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Elecciones generales

Las cuentas de los nacionalistas: a vueltas con los pactos mientras se afilan las rivalidades PNV-Bildu y ERC-Junts

  • ERC y Junts caen a cuarta y quinta fuerza en Cataluña, con el menor apoyo al independentismo desde el procés
  • Bildu avanza con fuerza en Bizkaia y le pisa los talones al PNV a solo un año de las elecciones en el País Vasco

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Resultados de los partidos nacionalistas en Cataluña y País Vasco tras las elecciones generales del 23J
Resultados de los partidos nacionalistas en Cataluña y País Vasco tras las elecciones generales del 23J.

Las elecciones generales del 23J dejan a los partidos nacionalistas de Cataluña y País Vasco en una situación contradictoria. La desmovilización de su electorado, junto a la concentración del voto en torno a los grandes bloques, ha reducido su presencia en el próximo Congreso de los Diputados, con la única excepción de Bildu. Sin embargo, todos ellos son imprescindibles para la gobernabilidad si Pedro Sánchez intenta ser investido de nuevo presidente -toda vez que Alberto Núñez Feijóo parece sin opciones tras la negativa del PNV a negociar-, aunque su implicación en esos pactos está muy condicionada por sus propias rivalidades y las próximas elecciones autonómicas en ambas regiones.

De hecho, el único que ha garantizado casi sin condiciones previas su apoyo a un nuevo gobierno de coalición progresista ha sido Bildu, desde la confianza que le otorga su avance en el País Vasco, donde ha ganado un escaño y amenaza la hegemonía del PNV a un año de las elecciones autonómicas. Y en Cataluña, ERC retrocede con fuerza, con ocho escaños menos, mientras la estrategia de enfrentamiento de Junts le permite limitar su caída e igualar el resultado de su rival; ambos tienen ahora siete escaños, lo que deja en alto la pugna por liderar el soberanismo.

En total, tras la salida del Congreso de la CUP y sin contar el escaño del Bloque Nacionalista Galego (BNG), el nacionalismo contará con 25 diputados, lo que le devuelve a una representación similar a la de 2016, después de que en la legislatura que acaba de terminar tuviera hasta 32 escaños, una de las cifras más elevadas de la democracia.

Dado que los partidos nacionalistas de Euskadi repiten los mismos once escaños -en esta ocasión con seis para Bildu y cinco para el PNV-, el retroceso se observa en Cataluña, donde ERC y Junts cosechan el peor resultado conjunto del independentismo en unas elecciones generales. De hecho, hasta tres partidos (PSOE, PP y Sumar) les han superado en número de votos en la región, aunque no en escaños, lo que les sitúa como cuarta y quinta fuerza, respectivamente, con el 13,2% y el 11,2% del total.

ERC cae pero sigue por delante de Junts en Cataluña

Es un retroceso quizás circunstancial, puesto que el voto al bloque soberanista en las elecciones autonómicas suele estar entre 10 y 15 puntos por encima del de las generales, por lo que cabría esperar que el electorado nacionalista estuviera mucho más implicado si se adelantasen los comicios en Cataluña, en principio previstos para 2025. Y la pérdida de poder queda minimizada por el hecho de que ambos partidos, y no solo Esquerra, son imprescindibles si el PSOE y Sumar quieren reeditar su coalición de gobierno.

Sin embargo, es evidente que ha habido un notable desplazamiento del voto hacia el PSOE y, en menor medida, hacia Sumar. Por ejemplo, ERC, que en 2019 era la fuerza más votada en 619 municipios, casi dos de cada tres, ahora solo consigue serlo en 170, mientras que los socialistas son los más votados en 462 localidades. Junts, en cambio, pasa de 241 a 299 municipios en los que sale vencedor, aunque la mayoría se encuentran en las zonas rurales del interior.

El duelo ERC - Junts, por municipios

Lo cierto es que la formación del fugado Carles Puigdemont, aunque también pierde apoyo, ha sostenido mucho mejor su posición que ERC y solo se deja un escaño. Esa fortaleza y la necesidad que tendría Sánchez de contar con al menos su abstención para ser investido en segunda ronda explican sus exigencias previas a la negociación -una "amnistía" de los condenados por el procés y una referéndum de autodeterminación-, frente a las peticiones, mucho más posibilistas, adelantadas por los republicanos.

En cualquier caso, en su duelo particular, casi hay un empate por municipios, dado que ERC queda por delante de Junts en 472, mientras que estos tienen más votos en 475 localidades. Lo que decanta la balanza es que los republicanos dominan en las grandes ciudades: son la fuerza independentista más votada en 42 de las 50 localidades más pobladas de Cataluña, incluyendo tres capitales de provincia (Barcelona, Tarragona y Lleida), mientras que Girona, donde fue alcalde Puigdemont, sigue siendo un feudo de Junts. Así, en el recuento final de votos, ERC saca algo más de 70.000 a Junts.

PNV y Bildu, más cerca que nunca en el País Vasco

Mucho más ajustada está la pugna entre el PNV y Bildu por el espacio político del nacionalismo vasco: apenas les han separado 1.106 votos -sobre un total de 1.155.484 válidos en la región-, el equivalente a una décima en porcentaje de apoyo, con un 24% para los abertzale y un 24,1% para los jeltzale. Nunca, desde que la izquierda abertzale primara la no violencia con la derrota y posterior disolución de la banda terrorista ETA, la distancia entre ambos partidos había sido tan pequeña.

La tendencia que se aprecia en los resultados de estas elecciones generales es que, tal como ya se advertía en las municipales de hace dos meses, Bildu crece y el PNV mengua. Así, por ejemplo, la formación abertzale ha sido la más votada en 140 municipios, 60 de ellos arrebatados a los jeltzale, y con victorias muy significativas en Bizkaia, el gran feudo del PNV, como Durango o Amorebieta. A cambio, el PNV es la fuerza con más votos en 79 localidades, pero en todas ellas repite victoria salvo en una: Navaridas, un pequeño pueblo de Álava donde desplaza al PP.

En su duelo particular, Bildu se impone en dos de las tres capitales vascas, Vitoria-Gasteiz y Donostia-San Sebastián, mientras que el PNV mantiene su primacía nacionalista en Bilbao. En el conjunto de la región, el nacionalismo de izquierdas se impone al de derechas en 153 municipios, por 98 en los que vence el PNV.

Con tanta igualdad, la política de pactos en Madrid y en el propio País Vasco -por ejemplo, un pacto entre el PNV y el PSOE, con apoyo externo del PP, ha evitado que Bildu gobierne la diputación de Gipuzkoa tras el 28M- puede ser decisiva de cara a las autonómicas que se celebrarán, si no hay adelantos, en el verano de 2024, más aún cuando el PSOE ha salido de estas elecciones como la fuerza más votada en Euskadi, con un 25,3% de los votos. Es, en puridad, un triple empate que anuncia una enorme incertidumbre sobre quién será el próximo lehendakari. La misma incertidumbre que sobrevuela casi toda la política española, ya sea nacional, autonómica o nacionalista.

El duelo PNV - Bildu, por municipios