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Terremoto en Turquía y Siria

Al Asad reaparece cinco días después del terremoto mientras su gobierno se niega a facilitar la ayuda a las zonas rebeldes

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Imagen, facilitada por la Agencia de Noticias Árabe Siria (SANA) del presidente sirio, Bachar al Asad, visitando a heridos por el terremoto en un hospital de Alepo, este viernes, 10 de febrero. Foto: SANA / AFP
Imagen, facilitada por la Agencia de Noticias Árabe Siria (SANA) del presidente sirio, Bachar al Asad, visitando a heridos por el terremoto en un hospital de Alepo, este viernes, 10 de febrero.

El presidente sirio, Bachar al Asad, ha aparecido este viernes en público por primera vez desde los terremotos que han golpeado el norte de Siria y el sur de Turquía, y que han causado más de 23.200 muertos en ambos países.

Al Asad ha visitado el Hospital Universitario de Alepo, en la provincia noroccidental del mismo nombre, una de las más damnificadas. La Presidencia siria ha informado de la visita del mandatario y de su esposa, Asma al Asad, en su cuenta de Twitter, pero sin dar más detalles.

El número de víctimas mortales por los seísmos en Siria asciende a 3.384, y el de heridos a 5.245. Sin embargo, el Gobierno no ha actualizado las cifras oficiales desde el miércoles, por lo que el balance real se desconoce.

En el territorio que todavía sigue en manos de la oposición armada (la provincia de Idlib y parte de la de Alepo), el último balance de los Cascos Blancos, la organización de rescatistas que opera desde hace años en estas zonas, indica que hay 2.037 muertos y 2.950 heridos.

Asad acusa a Occidente por mantener las sanciones

En sus primeras declaraciones, el presidente sirio ha acusado a Occidente de tener en cuenta solamente el aspecto "político" de la situación en Siria y de ignorar el "humano". El gobierno sirio pide que se levanten las sanciones impuestas por la guerra civil que se libra desde 2011, para poder hacer así frente a la catástrofe.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha anunciado que permitirá durante 180 días todas las transacciones a Siria relacionadas con la respuesta humanitaria a los terremotos del lunes, de forma que las sanciones impuestas por el país norteamericano no entorpezcan el envío de ayuda.

Las zonas en manos de la oposición requieren ayuda urgente

Los Cascos Blancos continúan buscando supervivientes, pero las posibilidades de tener éxito son cada vez menos, cuando ya han pasado más de 100 horas desde el primer temblor. Denuncian, además, que no han recibido ayuda de la ONU tras el seísmo.

A las zonas opositoras llegó el jueves, a través del paso fronterizo de Bab al Hawa (el único abierto con Turquía), el primer convoy fletado por la ONU con ayuda humanitaria y este viernes ha pasado el segundo, compuesto por catorce camiones. Ambos han llevado ayuda no alimentaria (tiendas de campaña, mantas, ropa de abrigo y sistemas de calefacción) para unas 16.000 personas.

Hasta ahora no ha llegado ninguna ayuda de la ONU como respuesta al terremoto

Sin embargo, los Cascos Blancos denuncian que no ha llegado ayuda específica por el terremoto, ni el material que han pedido para continuar las labores de rescate. Los camiones del jueves, defienden, tenían prevista su entrada el lunes, que se retrasó por el seísmo.

El portavoz de la organización, Raed Al Saleh asegura que "hasta ahora no ha llegado ninguna ayuda de la ONU como respuesta al terremoto" y ha calificado de "desastrosa" la respuesta de la ONU y ha defendido que "la burocracia de la ONU participa en la matanza del pueblo sirio".

"He hablado con un responsable de la ONU, pregunté sobre las causas (del retraso) y me contestó que por motivos burocráticos. Hoy la burocracia de la ONU participó en la matanza del pueblo sirio", ha dicho Saleh desde la provincia noroccidental de Idlib.

Aquí son todo niños, y necesitamos calefacción y víveres

El noroeste de Siria es un territorio muy golpeado por la guerra. Unos cuatro millones de personas, el 90% de la población, ya dependía de la ayuda humanitaria antes del seísmo.

"Aquí son todo niños, y necesitamos calefacción y víveres", ha explicado a Reuters Munira Mohammad, una madre de cuatro hijos que huyó de Alepo tras el seísmo para marcharse a Idlib. "La pasada noche no pudimos dormir por el frío. La situación es muy mala", ha añadido.

El gobierno aprueba la entrega de ayuda en zonas fuera de su control

El gobierno sirio ha anunciado que aceptaría la entrega de ayuda internacional a las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste del país a través de un comunicado oficial distribuido por la agencia oficial siria Sana. El Consejo de Ministros ha acordado la entrega de ayuda humanitaria a toda Siria, "incluidas las zonas fuera del control del Estado", ha anunciado el Ejecutivo.

El gobierno ha afirmado que la distribución de la ayuda debe ser supervisada por la Media Luna Roja siria y la Cruz Roja con la ayuda de la ONU. No ha precisado, sin embargo, cuándo tendrán lugar las entregas.

Según medios estatales, el Ejecutivo también ha declarado zonas de desastre a las áreas más afectadas (Lattakia, Hama, Alepo e Idlib) y crearía un fondo para rehabilitarlas.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha alertado previamente de que se está quedando sin reservas. "Hemos llegado hasta la gente, pero tenemos que renovar nuestras reservas", ha explicado Corinne Fleischer, directora regional del PMA para Oriente Medio.

"Nos estamos quedando sin reservas y necesitamos acceso para traer más. El paso fronterizo está abierto ahora, pero necesitamos que se abran más pasos", ha añadido Fleischer.

Nos estamos quedando sin reservas y necesitamos acceso para traer más

Fuentes del gobierno turco habían asegurado anteriormente a la agencia Reuters que se estaba planteando la apertura de pasos con las zonas rebeldes en Idlib y del cruce de Yayladagi - Kasab, que comunica la provincia turca de Hatay con la siria de Latakia, en manos del gobierno. Turquía y Siria rompieron relaciones diplomáticas en 2011, cuando comenzó la guerra civil.

Pero el gobierno sirio ha insistido en que toda la ayuda que entre en el país debe coordinarse desde Damasco, y considera los envíos directos a las zonas opositoras como una violación de su soberanía.

Mientras tanto, a la capital siria llega, vía aérea, la ayuda de Rusia, China, Irán y países árabes. Rescatistas rusos participan en labores de rescate en las provincias de Latakia, Alepo y Hama, según el Ministerio de Defensa ruso. Rusia es aliada del régimen de Bachar al Asad, y le ha ayudado en la guerra.

Rescatistas rusos sacan un cuerpo de un edificio destruido por el terremoto en Jableh, Latakia, en la zona de Siria controlada por el gobierno. Foto: Afp

Rescatistas rusos sacan un cuerpo de un edificio destruido por el terremoto en Jableh, Latakia, en la zona de Siria controlada por el gobierno. Afp

El seísmo de magnitud 7,8 registrado en la madrugada del pasado lunes es el mayor terremoto en Turquía desde 1939. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro se situó en la provincia de Gaziantep, en el sureste del país, fronteriza con Siria. Las vibraciones se sintieron en Irak, Líbano, Israel y Chipre. Ha habido más de 1.500 réplicas.

Posteriormente, a las 13.25 hora local del lunes se produjo otro seísmo de magnitud 7,5.

Turquía es una zona de alta sismicidad por la coincidencia de las placas asiática, africana y europea. El del lunes es ya el peor seísmo en la región en casi un siglo.