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Adiós a Isabel II (IV)

Los británicos no olvidan la crisis económica en una semana histórica: "¿Cómo voy a sobrevivir el mes que viene?"

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Tania, gerente del Café Tejo en Londres, sirve un café a un cliente
Tania, gerente del Café Tejo en Londres, sirve un café a un cliente

Los británicos están viviendo una semana histórica. El lunes fueron testigos del cambio político en el número 10 de Downing Street, con la sustitución de Boris Johnson como primer ministro por Liz Truss, la tercera mujer en el cargo. Y el jueves, Carlos III se convertía en el nuevo rey tras la muerte de su madre, Isabel II, quien reinó el país durante 70 años.

La muerte de la reina de Inglaterra supone un cambio de era, abre un nuevo capítulo en la historia y ha entristecido al país entero, pero, más allá de las altas esferas, los británicos no olvidan la situación económica en la que se encuentra el país. La inflación en Reino Unido se encuentra en su nivel más alto en 40 años y las facturas de la luz y gas son altísimas a pocas semanas de que llegue el frío.

Neil, un londinense de 48 años, define a la perfección la situación. “Este es un momento muy triste, pero así es la vida. La gente se muere y eso no supone que nada sea diferente. Seguirá siendo muy difícil pagar las facturas”, señala a este medio. “Los precios se están disparando y la gente no tiene suficiente dinero”, lamenta con tono enfadado.

Los británicos temen "no poder sobrevivir"

A las consecuencias de la pandemia del coronavirus le ha sucedido la guerra en Ucrania. La economía británica se enfrenta a una inflación desbordada. Los precios de los productos básicos no dejan de aumentar y tampoco las facturas de la electricidad. Según el regulador del sector eléctrico Ofgem, los precios subirán a partir del 1 de octubre hasta un 80%.

Esta situación hace que 9 de cada 10 británicos estén preocupados por el impacto que puedan tener las altas facturas sobre el coste de vida en ellos mismos y en el país en su conjunto, según una encuesta de Ipsos.

“El problema más grande es el de la factura del gas, que es la principal cuestión en estos momentos”, explica a RTVE.es el decano de Ciencias Sociales y profesor de Política de la Universidad de Bristol, Simon Torney. “El coste de la vida en general ha explotado a lo largo del año con una alta inflación. Las pensiones no siguen el mismo ritmo y hay mucha gente con salarios bajos”, detalla.

Fiona, una mujer de unos 60 años que pasea tranquilamente por el barrio londinense de Westminster, asegura que en Reino Unido “la situación es muy complicada para muchas personas porque los sueldos llevan un tiempo sin subir y muchos han perdido su trabajo por la pandemia”. “El coste de la vida ha subido mucho. En los supermercados, los precios están por los cielos. Hace seis meses podías comprar dos litros de leche fresca por 1,40 libras (alrededor de 1,60 euros) y ahora te cuesta 2,10 libras (unos 2,40 euros)”, recalca.

“Los precios no hacen más que subir. Es un momento muy aterrador para todo el mundo. Si sigue así, será un desastre. La gente no podrá pagar nada”, opina Connor, mientras sirve una cerveza Guinness en un pub del barrio londinense de Tower Hamlets, uno de los más pobres de la capital.

Ferdous es una de esas personas. Vive en Londres y trabaja para una compañía de entrega rápida de comida. Mientras espera que le llegue un pedido, cuenta que cobra unas 1.200 libras al mes (alrededor de 1.370 euros), una cantidad que asegura que “no es suficiente”.

“Mi alquiler cuesta 600 libras al mes y el mes que viene la electricidad va a subir un 80%. Entonces me pregunto, ¿cómo voy a poder sobrevivir?”. “No sé qué pasará conmigo en el futuro. No sé qué pasará con mi vida. ¿Cómo voy a sobrevivir el mes que viene?”, dice, mientras mira su teléfono por si tiene un nuevo pedido.

Ferdous explica que para reducir su gasto de electricidad ha pasado de poner “tres lavadoras en una semana a ponerla tan solo un día”. “Veo menos la televisión y apago las luces para ahorrar electricidad. Si la factura fuera de menos de 100 libras al mes, sería suficiente para mí, pero más es imposible”, se lamenta.

Los comercios suben sus precios y reciben menos

Entre los principales afectados por la subida de las facturas eléctricas se encuentran los comercios. Lara es gerente en una cafetería llamada Café Tejo y cuenta, mientras prepara un café, que “cada vez hay menos clientes porque tienen menos dinero para gastarse y las facturas están subiendo mucho”. “Si no se resuelve este problema, muchos comercios se verán obligados a cerrar, porque no se pueden permitir pagar gastos como el alquiler o las facturas”, admite.

Según expone, para ahorrar gastos ha hecho un sacrificio y no cuenta con personal. Además, en su cafetería se gasta alrededor de 2.000 libras al mes (2.285 euros) en electricidad. “Es el doble de lo que pagaba hace un año y todavía no es invierno… En invierno nos gastaremos incluso más y eso va a ser duro porque tendremos que subir el precio de los productos y eso afectará a nuestros clientes”, lamenta.

La entrada de Café Tejo, una cafetería en el barrio londinense de Westminster

La entrada de Café Tejo, una cafetería en el barrio londinense de Westminster RTVE

María Ángeles es una granadina que regenta la peluquería Yoella en el barrio de Westminster. Es consciente del duro invierno que augura la economía británica. "La situación es muy difícil y vienen tiempos peores”. “Esto es solo el principio de todo”, señala.

María Ángeles recalca que en casa sí que ahorra en electricidad, pero en su peluquería es más complicado. “Necesitamos las luces para trabajar. A los clientes les he bromeado diciendo que vamos a empezar a peinar a velas o con linternas”, cuenta entre risas.

Varias mujeres en la peluquería Yoella, en el barrio londinense de Westminster

Varias mujeres en la peluquería Yoella, en el barrio londinense de Westminster RTVE

A la peluquería van varias mujeres de edad avanzada y la gerente relata que “muchos pensionistas no van a poder pagar la factura de la electricidad si no reciben ayudas del Gobierno”.

Piden ayuda al Gobierno

La nueva primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, ha heredado una economía en declive y su primer anuncio ante el Parlamento británico fue un plan para hacer frente a la crisis energética que incluye congelar la factura media de los hogares en 2.500 libras (alrededor de 2.872 euros) al año durante dos años. Lo hizo, precisamente, poco antes de interrumpir la sesión al conocer el grave estado de salud de la reina Isabel II.

“Se calcula que un tercio de los británicos en estos momentos tiene problemas cumpliendo con sus pagos más básicos. Por esa razón, cuando Liz Truss asumió el poder como primera ministra, ha tenido como prioridad poner un tope en los precios del gas”, explica Torney. “Es el asunto número uno al que se tiene que hacer frente en la actualidad en Reino Unido”, añade.

Liz Truss promete reducir la factura eléctrica y los impuestos ante la crisis

Sobre el plan anunciado por Truss, el decano de la Universidad de Bristol asegura que “es una gran ayuda, pero es muy polémica porque lo que no están haciendo es decirles a las empresas de gas que están cobrando demasiado, algo que otros países europeos sí están haciendo”. “La otra opción es recurrir a alternativas más radicales, como nacionalizar empresas de energía”, recalca.

En este sentido, Fiona opina que en Reino Unido “hay una cosa estúpida y es que en este país generamos suficiente energía como para no tener que comprarla de Europa”. “Pero tenemos un acuerdo por el que vendemos la energía que generamos a Europa y después la volvemos a comprar. Si estuviéramos usando nuestra propia energía, sería más barato”, opina.

Por su parte, Lara cree que el Gobierno “debería poner un límite en el precio de la electricidad para los comercios”. “Deberían ayudar más a los comercios, pero hasta ahora no hemos recibido nada”, se queja la gerente del Café Tejo.

Reino Unido comienza una nueva era, cerrando 70 años de reinado de Isabel II y empezando el del nuevo monarca, un cambio que se ve empañado por las preocupaciones de los británicos por sus economías domésticas en esta semana que el país nunca olvidará.