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Yolanda Díaz: de abogada laboralista a vicepresidenta abanderada del consenso

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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha pasado en tan solo un año de ser una voz desconocida en la política nacional a convertirse en una de las ministras mejor valoradas del Gobierno. Su carácter negociador, su férrea defensa de los trabajadores, de los pensionistas y de la igualdad entre mujeres y hombres y su papel destacado durante la crisis del coronavirus le ha otorgado una gran notoriedad pública, razón por la que el actual vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha decido cederle no solo su puesto en el Ejecutivo, sino también el liderazgo de Unidas Podemos, aunque finalmente será vicepresidenta tercera, y no segunda.

Yolanda Díaz es ya la mejor ministra de Trabajo de la Historia de España, y no me equivoco si digo que millones de personas de izquierdas sienten que puede ser la próxima presidenta del Gobierno”, señaló Iglesias este lunes en un vídeo donde anunciaba su intención de presentarse a las elecciones de la Comunidad de Madrid para arrebatarle la presidencia a Isabel Díaz Ayuso.

Pedro Sánchez le ha dado a elegir a Díaz entre ser vicepresidenta segunda o mantener el Ministerio de Trabajo, y finalmente se ha decantado por esta segunda opción pese a verse relegada a vicepresidenta tercera y a que el presidente del Gobierno aseguró este lunes que el puesto que deja Iglesias le corresponde a Unidas Podemos y que "no va a haber ningún problema ni ningún malentendido” en el relevo. Sobre Yolanda Díaz, Sánchez recalcó que tiene "la mejor de las opiniones" y que cuenta con todo su apoyo, ya que "está haciendo un trabajo extraordinario".

La ministra, que llegó con la misión de derogar la reforma laboral de 2012, combatir la precariedad laboral y adaptar el Estatuto de los Trabajadores al siglo XXI, se tropezó con una pandemia que le obligó a cambiar las prioridades de su departamento. "El ADN de este Gobierno se llama diálogo social" ha defendido en numerosas ocasiones.

Así, poco más de un año después, Díaz se ha convertido en una abanderada del consenso, al cerrar hasta siete acuerdos con la patronal y los sindicatos en un difícil contexto marcado por la pandemia. Entre ellos se encuentran la subida del salario mínimo interprofesional a 950 euros, la puesta en marcha de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), la regulación del teletrabajo o, en las últimas semanas, las condiciones laborales de los ‘riders’ tras más de medio año de negociaciones.

Sus inicios hasta ocupar el ministerio de Trabajo

La ministra era una gran desconocida en la política nacional cuando entró en el Gobierno en enero del pasado año. De hecho, se hizo cargo de la cartera de Trabajo gracias al acuerdo de gobierno del PSOE y Podemos que le dio a En Marea la cuota gallega de poder dentro del Ejecutivo de coalición.

Antes, esta abogada laboralista, especializada en recursos humanos y mercado laboral, había ejercido durante cuatro años como diputada en el Congreso de los Diputados. Y mucho antes, lideró la candidatura de Esquerda Unida al parlamento gallego en 2005, 2009 y 2012, cuando se alió con otros espacios de la izquierda gallega para crear Alternativa Galega de Esquerda (AGE), sentando las bases de "las mareas” gallegas. De hecho, Díaz es una firme defensora de la suma de distintas fuerzas políticas en la izquierda: ya en 2007, formó un gobierno municipal de coalición con el PSOE en el Ayuntamiento de Ferrol, donde el socialista Vicente Irisarri Castro ejercería como alcalde y ella como primera teniente. La coalición, no obstante, se rompió en 2008.

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Durante su etapa en el Congreso, una de las acciones por las que se le recuerda es por dinamitar el Pacto de Toledo cuando estaba a punto de cerrar sus recomendaciones. Yolanda Díaz, en este momento, era la portavoz de Unidas Podemos en la comisión. Así, en febrero de 2019, tras dos años y medio en busca de un consenso y con serias posibilidades de alcanzarlo a tiempo, ante el adelanto de elecciones por parte de Pedro Sánchez tras perder la votación para la aprobación de los Presupuestos, el pacto saltó por los aires: Unidas Podemos optó por presentar votos particulares para distanciarse casi de la totalidad de recomendaciones y finalmente se levantó de la mesa.

"No estamos de acuerdo con que el cómputo de la pensión se extienda a toda la vida laboral, porque esto supone un recorte de la pensión y afecta especialmente a las mujeres. Como tampoco podemos votar a favor de que tengamos que trabajar más allá de los 67, queremos volver a los 65 años", aclaró la entonces diputada, cabeza visible de las negociaciones.

Su reto pendiente: la reforma laboral

Lo cierto es que durante esta legislatura, ya al frente del Ministerio de Trabajo, Díaz ha continuado ejerciendo como una firme defensora de los pensionistas. Esto ha sido motivo de fricción en el seno del Ejecutivo, sobre todo con el titular del Ministerio de Seguridad Social, José Luis Escrivá, con quien mantiene diferencias en asuntos como el aumento del periodo de cálculo de la pensión o el retraso en la edad de jubilación.

Sin embargo, es en el entorno de los trabajadores donde a Díaz le espera la prueba más difícil hasta el momento: negociar la posible derogación de la reforma laboral de 2012 aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy, una medida incluida en el acuerdo de investidura y a la que se aferran las empresas para recomponerse de una crisis económica y social que aún está lejos de revertirse.

A pesar de que era uno de los retos de su mandato, la ministra todavía no ha abordado los cambios en la normativa que levantó el Gobierno de Mariano Rajoy. Díaz sigue retrasando su negociación a pesar de la insistencia de los sindicatos, que ya han convocado movilizaciones a nivel nacional para exigir su derogación, mientras que desde el Gobierno surgen voces -encabezadas por Nadia Calviño- que señalan que no es el momento.

Durante este año al frente de la cartera de Trabajo, Díaz ha optado por centrarse en aquellas medidas enfocadas a contrarrestar el impacto de la pandemia en los trabajadores, dejando a un lado la reforma laboral, a pesar de que desde su formación llegaron incluso a acordar con EH-Bildu derogar la reforma laboral de forma urgente. Así, la ministra ha conseguido mantener el clima de entendimiento en el Gobierno y también en el diálogo social, pero sabe que el tiempo apremia y que esta situación no puede prolongarla mucho más allá.

La pasada semana, Díaz anunció que ha convocado a los agentes sociales el 17 de marzo para abordar la "modernización" del mercado laboral, una mesa en la que se tratarán no sólo los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012, sino también otras materias remitidas a Bruselas en el plan de recuperación, entre las que figuran la contratación laboral o medidas contra la precariedad laboral. Será entonces cuando tenga que demostrar de nuevo sus dotes de negociación y consenso, en un escenario con posiciones antagónicas por parte de los agentes sociales.

Su posible liderazgo al frente de Unidas Podemos

Entretanto, y tras la salida de Iglesias a la Comunidad de Madrid, el todavía líder de Unidas Podemos ha anunciado que cederá también el liderazgo del partido a Yolanda Díaz. Una decisión que tendrá que ser votada por la militancia en primarias.

“Hay que animar y apoyar a Yolanda (Díaz) para que si ella así lo decide y así lo quiere la militancia sea la candidata de Unidas Podemos en las próximas elecciones generales y la primera mujer en ser presidenta del Gobierno de España”, recalcó Iglesias. Fuentes de su entorno aseguran que, al igual que aceptó “el reto” de la Vicepresidencia, hará lo propio con el liderazgo del partido.

Por el momento, Yolanda Díaz es la ministra mejor valorada de Unidas Podemos en las encuestas que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), no solo por los votantes de la formación ‘morada’, sino también por los socialistas. Iglesias y la responsable de Igualdad, Irene Montero, por su parte, son los peor valorados del Gobierno. Una baza que podría servirle de gran ayuda si finalmente se alza con la presidencia.