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No, no es cierto que los termómetros infrarrojos de toma de temperatura en humanos sean peligrosos utilizados adecuadamente

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Toma de temperatura con una pistola de rayos infrarrojos bajo el sello con la palabra bulo.
Los termómetros de rayos infrarrojos no son peligrosos si se usan adecuadamente.

En los últimos días se ha hecho viral un mensaje que alerta del uso de termómetros láser: “La asociación de optómetras me envía esta información. Si están visitando algún centro comercial y les toman la temperatura corporal con una pistola al entrar, por prudencia tápense los ojos. A veces quienes las usan no tienen certeza de hacia dónde apuntan. El termómetro de estos equipos funcionan sobre la base de un rayo láser que va y viene recabando la información para entonces generar la lectura, pero se ha detectado que no todas estas pistolas están debidamente calibradas para evitar que si por error apuntan a la retina no la lastimen. Vamos a cuidar nuestro sentido de la vista.” Desde RTVE VERIFICA hemos comprobado que el contenido del mensaje es un bulo.

El texto se ha compartido vía aplicaciones de mensajería, aunque también lo hemos localizado en publicaciones de Twitter y Facebook.

Hemos contactado con el Colegio de Ópticos y Optometristas (CNOO) y nos han confirmado que ellos no tienen nada que ver con dicho mensaje. El mensaje se ha difundido internacionalmente y tanto el Colegio de Optómetras de Puerto Rico como la Sociedad Puertorriqueña de Oftalmología o la Asociación de Optómetras de Argentina se han desvinculado de dicho mensaje y han desmentido su contenido. Incluso en China han desmentido un rumor similar.

Hemos consultado los manuales de algunos de estos dispositivos e incluyen como medida de seguridad no apuntar a los ojos, como en este manual (página 2) o en este otro (página 3).

Rayos infrarrojos, no láser

César Villa, miembros de la Junta de Gobierno del CNOO y óptico-optometrista, ha calificado dicho mensaje de “alarma innecesaria” y nos ha explicado que este tipo de termómetros no utilizan un rayo láser para medir la temperatura, sino rayos infrarrojos que detectan la temperatura del cuerpo, por lo que “no tiene repercusión para la retina”. La mayoría de estos termómetros, nos dice, no tienen láser incorporado, especialmente los que son utilizado cerca de la frente. Los que lo tienen utilizan un rayo láser para dirigir la toma de temperatura, pero en estos casos se trata de clase I o clase II, lo que no supone ningún riesgo ya que su potencia es muy pequeña y en el caso de los de clase II deberían estar más de 10 segundos apuntando al ojo para causar daños, tal y como nos explica César Villa.

Por su parte Paloma Martínez de Carneros, oftalmóloga en la clínica Martínez de Carneros afirma que sería “necesario un tiempo prolongado de exposición y un nivel de concentración alto para poder llegar a dañar el ojo, niveles que aparentemente no son capaces de alcanzar estos termómetros”.

Conchi Lillo, profesora de la Universidad de Salamanca y Neurobióloga, nos indica también que el láser debería ser “muy intenso, y no lo es, y estar expuesto durante mucho tiempo, que tampoco”.

Respecto al uso de este tipo de dispositivos mal calibrados, César Villa nos indica que supondría que el termómetro no orientara bien, pero no considera que suponga un problema. Paloma Martínez de Carneros afirma que es muy poco probable que causen daños oculares.

Láser de clase III

Existen otro tipo de termómetros que llevan incorporados un láser de Clase III, que sí suponen un riesgo para la vista, pero están destinados a uso industrial para, por ejemplo, medir la temperatura en sitios escondidos o recovecos, pero no son aptos para la toma de temperatura en seres humanos. Su uso en ese caso, nos indica César Villa, sería una negligencia.

Puestos en contacto con el Ministerio de Sanidad nos ha indicado que esos termómetros “son equipos que utilizan tecnología por radiación infrarroja para la detección no invasiva de la temperatura humana febril. Estos termómetros tienen la consideración de productos sanitarios y, por lo tanto, para su comercialización en España tienen que estar provistos del marcado CE, distintivo que declara que el producto cumple con los requisitos de seguridad, eficacia y calidad establecidos en la legislación de productos sanitarios y que debe figurar en el etiquetado y el prospecto del producto.

Toma de temperatura con un termómetro de rayos infrarrojos a un hombre con mascarilla sanitaria.

Algunos manuales de estos termómetros incluyen como medida de seguridad una advertencia para no apuntar a los ojos. VERIFICA RTVE

Para colocar el marcado CE, el fabricante tiene que justificar y documentar el correcto funcionamiento del producto, así como su seguridad. Para ello se realizan los ensayos de seguridad básica y funcionamiento indicados en las normas armonizadas, como son los ensayos de calibración y precisión o los ensayos de protección frente a peligros eléctricos, radiaciones indeseadas, temperaturas excesivas, etc. Toda esta información la evalúa el Organismo Notificado que emite el certificado y cuyo número de cuatro dígitos acompaña al marcado CE en el etiquetado”.

Además, nos remiten a la norma de referencia para este tipo de productos es la UNE EN ISO EN 80601-2-59:2009Equipos electromédicos. Requisitos particulares para la seguridad básica y funcionamiento esencial de los termógrafos de exploración para la detección de la temperatura humana febril.”

Por su parte la FDA, agencia federal que regula los medicamentos en Estados Unidos, indica en su web que la utilización de este tipo de termómetros reduce “el riesgo de contaminación cruzada y minimizar la propagación de enfermedades”, afirmando que son fáciles de utilizar, limpiar y desinfectar. En ningún caso, no mencionan el riesgo de un posible daño ocular.

Por tanto, desde VERIFICA RTVE concluímos que los termómetros de infrarrojos destinados a la toma de temperatura de seres humanos destinados con tal fin no suponen un riesgo para nuestros ojos, siempre que se utilicen adecuadamente.