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Elecciones municipales

El voto útil, la debilidad de Podemos y el desgaste, caldo de cultivo para la caída de los 'ayuntamientos del cambio'

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Manuela Carmena (Más Madrid), Ada Colau (Barcelona en Común) y Pedro Santisteve (Zaragoza en Común).
Manuela Carmena (Más Madrid), Ada Colau (Barcelona en Común) y Pedro Santisteve (Zaragoza en Común).

Manuela Carmena ha perdido el Ayuntamiento de Madrid pese a haber ganado las elecciones, Pedro Santisteve no podrá volver a ser alcalde de Zaragoza y el resultado de las elecciones municipales deja en el aire la continuidad de Ada Colau al frente del consistorio de Barcelona. La caída de seis de los ocho principales 'ayuntamientos del cambio' no encuentra una sola cuasa, según los expertos. En primer lugar, se debe al descenso de la marca de Podemos tras la ruptura de sus confluencias, pero también al desgaste de estas candidaturas tras cuatro años de gobierno y a la opción por un voto útil hacia el PSOE arrastrado de las elecciones generales.

"Estas elecciones se han jugado más a otras escalas que a la municipal", explica a RTVE.es el investigador especializado en movimientos sociales de la UOC, Arnau Monterde, algo en lo que, según el politólogo de la UNED Jaime Pastor, ha sido fundamental "el efecto de las generales". Esto, unido al discurso de los socialistas contra "el peligro de las tres derechas", ha hecho que "gran parte del voto se vaya al PSOE a nivel nacional y también a ERC en Cataluña".

Sin embargo, los expertos no ponen todas las responsabilidades en una única cesta. "Estos partidos han sufrido el desgaste de gobernar" y, además, "la marca de Podemos ya llegaba tocada y su debilidad se ha agrandado porque algunas confluencias que se dieron en 2015 no se han dado ahora", explica Pastor.

Derrota aritmética en Madrid y simbólica en Barcelona

El Ayuntamiento de Madrid era el premio más deseado de las elecciones municipales y, tras un ajustado recuento en el que la opción de Manuela Carmena (Más Madrid) ha ganado las elecciones, los resultados matemáticos, pactos mediante, dan la alcaldía al candidato del PP, José Luis Martínez-Almeida.

"La desmovilización y la desmotivación" han pesado más en este caso que la falta de apoyo de Podemos a la actual alcaldesa en funciones, que se produjo "a última hora", explica Pastor. "En todo el sur ha aumentado la abstención respecto a las generales", favorecida, a la vez, por "la división entre Carmena y un sector de lo que fue Ahora Madrid", afirma.

Ada Colau no se puede dar por plenamente derrotada"

En el caso de Barcelona, "la derrota es más simbólica", asegura Pastor, que cree que, con el empate técnico entre Barcelona en Comú y ERC, "Ada Colau no se puede dar por plenamente derrotada" ya que su formación será "clave para la gobernabilidad". El ganador de las elecciones y candidato a la alcaldía de ERC, Ernest Maragall, pretende gobernar Barcelona en solitario, pero "va a tener a Colau como aliada preferente, porque, a pesar de no ser independentista, ha tenido cierta flexibilidad y manifestaciones claras" respecto al artículo 155 o los políticos juzgados en el Tribunal Supremo, afirma.

"El conflicto catalán ha polarizado mucho el resultado", añade Monterde, que cree el discurso de campaña en clave nacional sumado a cierta crisis de Podemos "ha penalizado a las formaciones que son puramente municipalistas".

Carmena pierde la alcaldía de Madrid y Colau felicita a Maragall por su victoria

Podemos no logra representación cuando defiende sus siglas

Distintos son los casos de Zaragoza o Valencia. En el primer ayuntamiento, Zaragoza en Común, la opción del todavía alcalde en funciones Pedro Santisteve, ha pasado de tener nueve concejales con el apoyo de Podemos a solo tres sin él, al tiempo que el partido liderado por Pablo Iglesias se ha tenido que conformar con dos ediles. En el segundo, Compromís ha mejorado sus resultados pero Unides Podem ha quedado fuera del consistorio.

El no ir en confliencia ha podido reforzar una imagen sectaria de Podemos

Tanto a la retirada de los apoyos de Podemos a algunas candidatutras, como a la estrategia a nivel municipal de meter en liza sus siglas para ganar representación "ha fracasado", de acuerdo con el criterio de Pastor, porque, "en el plano municipal, el no ir en confluencia ha podido reforzar una imagen sectaria del partido" de Iglesias.

En Cádiz, José María González 'Kichi' ha mejorado los datos de 2015 con el proyecto aglutinador Adelante Andalucía. "Ha pesado más el carisma y la gestión que ha podido hacer 'Kichi', que se ha logrado desmarcar públicamente de Iglesias", afirma el experto.

En los dos casos "tiene que ver con la manera de hacer", coincide Monterde, que también observa "un error de cálculo" por parte de Podemos al "intentar medirse por sí solos" renunciando a su "capacidad de vincularse con otros movimientos de las ciudades". "Ha sido una mala estrategia que ha generado desconfianza", opina el politólogo.

Cambio de equilibrios en las ciudades gallegas

En cuanto al cambio de pesos que ha producido en los consistorios el voto útil al PSOE del que hablan los expertos, es fácil encontrar un ejemplo en los 'ayuntamientos del cambio' gallegos.

En Santiago de Compostela, hasta ahora gobernada por Compostela Abierta, los socialistas han pasado de cuatro a diez concejales y la confluencia de diez a cinco; en el de A Coruña, los equilibrios han cambiado de seis a nueve ediles para el PSOE y de diez a seis para Marea Atlántica, que hasta ahora ostentaba el gobierno; finalmente, en Ferrol, donde el PP ha ganado las elecciones, el reparto de concejales pasa de seis a tres para Ferrol en Común y de cinco a ocho para los socialistas.

"Tanto en Podemos como en IU se abre un periodo de reflexión general", asegura Pastor, que considera que ambos partidos "se van a tener que replantear qué oposición hacen y una búsqueda de un mejor anclaje en los barrios y municipios". Además, añade, "tendrán que redefinir la relación con los movimientos sociales" de los que provenían muchos de los ediles de los proyectos que han sido desbancados.

"Es un momento para revisar y ver como se reconstruyen estos proyectos", coincide Monterde, para quien, después de superar este "momento de luto colectivo", importa más el cómo se aborda este proceso que el con quién se hace. "Debería caber mucha gente", explica, pero lo esencial es "si se ponen por delante las siglas o los proyectos".

"La entrada de la extrema derecha en los gobiernos puede ser un factor de reactivación de la movilización social y un nuevo aliento para estas formaciones", reflexiona el politólogo, que advierte de que "la nueva relación de fuerzas en la calle" va a tener que fraguarse "respetando la independencia de los movimientos sociales".