Enlaces accesibilidad

Fedea pide cuotas femeninas en los consejos de las empresas para romper el monopolio masculino

  • En un informe sostiene que las mujeres están mejor preparadas que los hombres
  • Sufren peores condiciones laborales y están infrarrepresentadas en puestos de poder

Por
Una alta ejecutiva dirige una reunión en una empresa
Una alta ejecutiva dirige una reunión en una empresa

Fedea alerta de los "techos de cristal" contra los que chocan las mujeres a medida que ascienden en su trabajo, y aboga por establecer cuotas obligatorias de representación femenina en los consejos de administración de las empresas "para romper el monopolio masculino". Estas cuotas serían de carácter temporal con un sistema transparente de plazos de implementación y sanciones en caso de incumplimiento. La UE intenta legislar en este sentido desde 2013 pero no ha logrado avances significativos.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha presentado un informe (en pdf) en el que detalla que la brecha laboral de las mujeres supone "una pérdida de fuerza laboral y de talento que no se puede permitir". Así, tomar medidas para mejorar la representación de las mujeres en puestos de responsabilidad serviría para paliar la discriminación femenina en el mercado laboral.

Según el informe, las mujeres están mejor preparadas que los hombres para enfrentarse al mercado laboral y aunque su participación en él se sitúa ya en la media de la UE, las condiciones laborales son inferiores, están infrarrepresentadas en posiciones de poder y asumen el peso de las tareas domésticas y familiares.

La carga de la maternidad

La maternidad se perfila como uno de los factores que perjudican la participación de las mujeres en el mercado laboral, puesto que supone una desconexión del mercado, y porque ellas asumen casi en exclusiva el peso de las consecuencias de la crianza.

El informe indica que "cuanto mas desigual es la distribución de las tareas domésticas dentro del hogar, mayor es la brecha de género de la participación laboral". Por eso, este grupo de economista aboga por mejorar las condiciones para compaginar la maternidad con el trabajo, como permisos de paternidad obligatorios o incentivados.

Fedea también recomienda como soluciones mejorar la cobertura pública de la etapa educativa de 0 a 3 años y la flexibilidad laboral de las condiciones laborales en términos de jornada y lugar de trabajo.

Además, considera necesario trabajar en la implicación de los padres, con permisos de paternidad intransferibles (con un número de días exclusivo para cada uno de ellos) o incentivar su disfrute premiando a la madre con más tiempo o remuneración.

Más paro, temporalidad y contratos a tiempo parcial

En cuanto a las condiciones, el subdirector de Fedea, Jose Ignacio Conde-Ruiz, ha explicado que la tasa de paro es mayor en las mujeres que en los hombres, y también es más alta la de temporalidad y la parcialidad no deseadas, al tiempo que la brecha salarial es del 20%.

"Aunque es cierto que hay una segregación ocupacional por sectores, lo cierto es que hay un mayor porcentaje de mujeres sobrecualificadas para el puesto que desempeñan y es preocupante el estancamiento de la tasa de féminas que alcanza puestos de responsabilidad", ha dicho.

La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha pasado del 35% de las que había en edad de trabajar en 1985, al 68% de las 15,3 millones de las que hay en la actualidad (por encima de la media de la UE).

Aunque la diferencia entre el porcentaje de trabajadores y trabajadoras está en la media de la UE, el informe incide en que "hay margen de mejora en las generaciones de menos de 30 años", porque las mujeres, en general, están mejor preparadas que los hombres, pero su participación en el mercado laboral es menor.

Así, el 67% de las mujeres de entre 20 y 50 años ha completado la educación secundaria, frente al 58% de los hombres; y el 43% de las féminas tiene estudios universitarios, ante el 36% de los varones. Además, la brecha educativa a favor de las mujeres se amplifica en las generaciones más jóvenes. La paradoja es que cuanto más formadas están las mujeres se ven sometidas a una mayor discriminación salarial.