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La OCDE recomienda a España subir impuestos medioambientales, donde tiene "margen"

  • Pide suprimir subvenciones como "las tarifas eléctricas para los hogares"
  • El diésel debería subir para bajar la carga sobre las rentas del trabajo, dice
  • Montoro responde: "No es el momento de implantar nuevos impuestos"

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El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría
El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría.

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Angel Gurría, ha destacado el "impresionante progreso" de España en materia ambiental, pero considera que el país debería avanzar en la fiscalidad medioambiental donde tiene "gran margen" y simplificar y racionalizar la legislación en este campo por su "gran cantidad de exigencias".

En el informe Análisis de los resultados medioambientales de España 2015, la OCDE señala que el país "dispone de margen para reforzar la aplicación de impuestos medioambientales y reducir los gravámenes sobre el trabajo con el fin de estimular el crecimiento económico".

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya ha rechazado la propuesta: "No es momento de implantar nuevos impuestos, ni el Estado ni otras administraciones, porque debemos favorecer el crecimiento".

Se pueden subir impuestos medioambientales

De hecho, según el organismo, los ingresos por impuestos ambientales han caído en España a uno de los niveles más bajos de Europa, un 1,6% del PIB en 2012, mientras que la tributación del trabajo se ha incrementado.

Por eso pone un ejemplo, "un aumento de los impuestos sobre el diésel hasta el nivel correspondiente a la gasolina podría contribuir a proteger el medio ambiente, permitiendo asimismo una reducción de la tributación del trabajo".

Gurría ha señalado que España tiene un parque automovilístico "envejecido y contaminante" y, a su juicio, las "ecotasas" se podrían revertir con una reforma fiscal que podría genera más empleos y aumentar los ingresos ambientales, si se reduce la carga fiscal al trabajo. Y pone como buen punto de partida, la propuesta de reforma fiscal hecha por los expertos (el denominado informe Lagares) el año pasado.

Respecto a la normativa ambiental, considera que España "puede avanzar más" en la simplificación y racionalización de la regulación ambiental, debido a que la complejidad de su normativa y a la "gestión descentralizada" en 17 comunidades autónomas siguen imponiendo a las empresas una carga burocrática "gravosa" en materia ambiental.

Gurría ha advertido de que el crecimiento de la producción industrial podría ejercer nuevas presiones sobre el medio ambiente. En este contexto, ha afirmado que la OCDE viene trabajando con España para facilitar la transición "del ladrillo a la neurona".

Acabar con las subvenciones de las tarifas eléctricas para los hogares

El economista mexicano ha manifestado que "el mundo se está moviendo ineluctablemente" en la dirección de hacer políticas concertadas y que, en ese sentido, se deben "desmantelar" los subsidios a los combustibles fósiles.

Por ello, ha manifestado que es preciso suprimir las medidas fiscales y las subvenciones económicamente ineficientes y perjudiciales para el medio ambiente, como son las relacionadas con la producción nacional de carbón y la generación de electricidad por combustión de carbón; las tarifas eléctricas para los hogares; los combustibles para los sectores minero y agrícola; y para el transporte marítimo, aéreo y ferroviario.

"Sabemos que no son medidas fáciles, pero son necesarias. Ponerle un alto precio a la contaminación es la mejor forma de cambiar pautas de comportamiento e incentivar la transición a conductas consistentes con el coste medioambiental de nuestras actividades", ha precisado Gurría.

En materia de biodiversidad, ha calificado a España como un punto caliente a nivel mundial, ya que alberga el 30% de las especies endémicas de Europa, pero ha advertido de que esta riqueza está "cada vez más amenazada" sobre todo por el turismo, la construcción y las infraestructuras de transporte. En especial, se ha referido a la biodiversidad del litoral, que ha resultado "especialmente afectada".