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Bruselas quiere eliminar de las ciudades los vehículos de gasolina o diésel en 2050

  • Pretende reducir su número a la mitad en 2030
  • Propone que el tren sustituya a la carretera en la mitad de los viajes de media distancia

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La Comisión Europea quiere que en 2050 todos los vehículos de gasolina y gasoil hayan dejado de circular por las ciudades de Europa. Ese es el principal objetivo del Libro Blanco que desarrolla la nueva estrategia del transporte presentado este lunes por el comisario de ese departamento, Siim Kallas. En una primera fase, el documento de Bruselas propone que en 2030 se haya reducido a la mitad el número de ese tipo de vehículos.

El informe pretende reducir en un 60% las emisiones de CO2 y recortar también la dependencia del petróleo. Ahora, el 73% del consumo de crudo de la UE se debe al transporte.

El camino que queda por delante es largo, ya que en la actualidad, tres  de cada cuatro traslados en áreas urbanas de la UE se realizan en coche.

El comisario ha destacado en la presentación que "se puede acabar con la dependencia del petróleo que tiene el transporte sin sacrificar su eficiencia y comprometer la movilidad".

El ferrocarril, preferido para viajes de media distancia

Para mantener esa movilidad sin aumentar las emisiones, el informe de la Comisión propone incentivar que la mitad de los viajes de media distancia que se realizan en la actualidad a través de carretera pasen a hacerse en 2050 en ferrocarril.

Bruselas se marca también como objetivo para las próximas cuatro décadas reducir un 40% las emisiones del transporte marítimo y lograr que un 40% del combustible que se utilice en la aviación sea bajo en de dióxido de carbono.

A las autoridades municipales, el documento recomienda que incrementen sus sistemas de transporte más ecológicos, así como que extiendan las infraestructuras necesarias para permitir aumentar el uso de los coches eléctricos, como por ejemplo, los puntos de recarga de las baterías.

Para facilitar estos objetivos, Bruselas sugiere que las autoridades "faciliten el uso de vehículos de bajas emisiones para las flotas comerciales", lo que podría conseguirse con subvenciones o con la compra por parte de los gobiernos de camionetas, autocares o taxis para luego venderlos o alquilarlos a las empresas de transporte a precios subvencionados.