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Fin del estado de alarma con el conflicto de los controladores encarrilado, aunque no resuelto

  • Los militares abandonan las torres y se espera que impere la normalidad
  • AENA y los controladores destacan la buena marcha de sus negociaciones
  • La huelga salvaje, con todo, sigue teniendo consecuencias en los tribunales

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España abandonará esta medianoche el estado de alarma un mes y medio después de que el abandono masivo de su puesto por parte los controladores aéreos obligara a cerrar el espacio aéreo del país, con el conflicto que enfrenta al sector y al Gobierno encarrilado, aunque todavía no resuelto.

La huelga salvaje desencadenada por los controladores durante el puente más largo del año, que dejó en tierra a más de 500.000 pasajeros, empujó al Ejecutivo a decretar la primera medida de excepción adoptada desde la reinstauración de la democracia, que supuso la militarización de los controladores aéreos y que fue prorrogado por el Congreso de los Diputados para evitar nuevos problemas durante las fiestas navideñas.

A partir de este domingo recuperarán su condición de personal civil, aunque se espera que continúe la normalidad en el tráfico aéreo, puesto que, pese a que aún no hay un acuerdo definitivo entre Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y los controladores sobre el convenio colectivo del sector, ambas partes certifican la buena marcha de las negociaciones.

Además, en el peor de los casos, han acordado recurrir a un árbitro -ha sido designado Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo con el PP-, para que a partir del 31 de enero decida en los aspectos en los que no haya acuerdo.

Los militares dejan las torres

Así lo señalaba el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, este viernes tras el Consejo de Ministros, asegurando que "se han cumplido los objetivos que el Gobierno tenía cuando se declaró el estado de alarma: garantizar la normalidad en nuestros aeropuertos y encauzar el final del conflicto".

El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes un real decreto por el que revoca la militarización del control del tráfico aéreo que está en vigor desde el pasado 4 de diciembre, mientras que la declaración del estado de alarma vigente desde ese mismo día se extinguirá a las 24 horas de este sábado 15 de enero, según han informado fuentes gubernamentales. "El objetivo ya se ha cumplido. Era conseguir la normalidad en los aeropuertos y así ha sido".

La ministra de Defensa, Carme Chacón, hará balance junto al jefe del Estado Mayor del Aire, el general José Jiménez Ruiz, de la actuación de los militares al frente del tráfico aéreo, aunque los controladores ya han destacado que han ejercido el mando con “absoluto respeto”.

En cualquier caso, el portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos -el sindicato que agrupa al 95% del sector-, César Cabo, comentaba este viernes que están contentos por "volver a ser como cualquier ciudadano español", al tiempo que garantizaba que no habrá problemas: "Ya dijimos en su momento que no hacía falta mantener el estado de alarma, pues mostramos nuestro compromiso con trabajar con toda normalidad".

Así lo ha anunciado Camilo Cela, presidente de la Unión Sindical de Controladores Aéreos. Ha asegurado que el sindicato ha hecho un llamamiento al colectivo para que se busque una forma de solucionar el conflicto.

Consecuencias judiciales

Pero, aunque se levante el estado de alarma, las consecuencias de la huelga salvaje todavía colearán durante meses, a la vista del aluvión de demandas interpuestas contra los controladores y la propia AENA, como responsable indirecto.

Así, las fiscalías provinciales de Madrid, Baleares, Valencia y Galicia han abierto diligencias para investigar las responsabilidades penales de los controladores por el paro encubierto y la Fiscalía de Madrid incluso ya ha presentado un denuncia por sedición, que puede conllevar hasta ocho años de cárcel.

Hay también denuncias de miles de pasajeros afectados, tanto de forma colectiva como individual, de organizaciones de consumidores, de la patronal del transporte aéreo y de los empresarios turísticos de Madrid y Andalucía. Las indemnizaciones podrían ser millonarias, más allá de las condenas penales o administrativas que sufran los controladores.

Negociaciones en marcha

Mientras la justicia sigue su curso, AENA y los controladores mantiene reuniones diarias para cerrar el convenio y ambas partes confían en que el árbitro no tenga que examinar más que aspectos puntuales.

Los puntos más complicados son los mismos que desencadenaron el conflictola jornada laboral y el salario, aunque desde el gestor aeroporturario se asegura que son los que más avanzados están, ya que tanto la masa salarial como la jornada fueron acordadas en agosto.

Si finalmente el 28 de febrero -fecha límite para que el árbitro emita un laudo con sus decisiones- se cierra el nuevo convenio colectivo, ambas partes habrán logrado superar uno de los conflictos laborales más espectaculares de historia de España, la huelga que cerró los cielos y llevó a los militares a hacerse con su control.