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Obama apoya las "medidas audaces" de Zapatero y niega cualquier intromisión en su política

  • La Casa Blanca desmiente cualquier injerencia en las decisiones de España

Respalda el recorte del gasto para fortalecer la economía y la confianza de los mercados

El recorte estaba decidido días antes de la llamada de Obama, tal como avanzó TVE

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La Casa Blanca ha desmentido Obama que haya presionado a Zapatero para recortar el gasto público al tiempo que respalda las medidas adoptadas por el Ejecutivo español, que califica de "audaces".

"Sólo los dirigentes españoles saben lo que es adecuado para España", ha declarado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Hammer.

Hammer ha añadido que Obama da "la bienvenida a las medidas audaces que Zapatero anunció el miércoles". El presidente de EE.UU. considera que son necesarias para fortalecer la economía y restablecer la confianza de los mercados.

EE.UU. niega cualquier intromisión

La Casa Blanca se ha visto obligada a salir al paso de la interpretación que se ha hecho en España de la conversación telefónica que mantuvieron Obama y Zapatero el pasado martes. Una conversación en vísperas de su comparecencia ante el Congreso de los Diputados, donde Zapatero detalló el recorte de 15.000 millones de euros en el gasto público

Tanto los medios de comunicación como la oposición política han interpretado esa llamada como una presión de Estados Unidos. Ante la sospecha de injerencia, Hammer ha precisado que en aquella llamada, "el presidente Obama dejó claro que los líderes en España son los únicos que saben lo que le conviene a España".

En todo caso, conviene recordar que el Ejecutivo español decidió el recorte del gasto al menos tres días antes de la llamada de Obama. TVE supo el plan de ajuste que llevaba la vicepresidenta económica a la reunión del Ecofín el pasado fin de semana. 

Obama apoya las medidas "difíciles"

Hammer también ha aclarado que Obama es plenamente consciente de que "son medidas difíciles" y que "al procurar estas medidas, España cuenta con su completo apoyo".

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ya informó el pasado martes que Obama y Zapatero abordaron la importancia de que España tomara "acciones contundentes, dentro del esfuerzo que lleva a cabo Europa, para fortalecer la economía y la confianza de los mercados".

La llamada de Obama se enmarca en la ronda de contactos que ha mantenido en los últimos días con los líderes europeos. El presidente de EE.UU. ha jugado un papel importante en el paquete de medidas para blindar el euro ante el ataque de los especuladores. Washington sigue con preocupación e interés la evolución de la crisis del euro.

Prevenir el contagio financiero

El pasado fin de semana, Obama insistió a la canciller alemana, Angela Merkel, de la necesidad de una acción conjunta, de envergadura suficiente para calmar los mercados. Consiguió convencerla y el resultado fue el fondo de rescate de 750.000 millones de euros y la intervención del BCE en el mercado de deuda.

La crisis del euro se ha extendido a los mercados financieros internacionales. La desconfianza de los inversores sobre la sostenibilidad de la deuda de países como Grecia, Portugal, España o Italia, no sólo ha encarecido su financiación sino que ha aumentado las reticencias de los bancos a prestarse dinero entre sí y ha desatado una fuerte volatilidad en los mercados bursátiles.

El respaldo estadounidense no se limita a las palabras. La Reserva Federal ha apoyado la compra de deuda pública y privada que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo. La cooperación se ha sustanciado en el intercambio de dólares por euros. Una línea de "swaps" que también se puso en marcha después de la caída de Lehman Brothers.

Gran recorte social

Zapatero anunció este miércoles la reducción del sueldo medio de los funcionarios en un 5%, la eliminación de la actual ayuda por nacimiento de hijos y la suspensión de la revalorización de algunas pensiones, como medidas para reducir el déficit público.

La intención de éstas y otras medidas incluidas en ese anuncio es reducir en 15.000 millones de euros el gasto entre 2010 y 2011.