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La hermandad Oviedo-Genoa: de una eliminatoria UEFA inolvidable, a un amistoso centenario

  • El 19 de septiembre de 1991, la localidad asturiana vivió un partido único en un clima de total amistad con la afición italiana
  • Este jueves se ha celebrado un amistoso por el centenario que recuerda aquellos días de gloria europea
Genoa 3-1 Oviedo: resumen del partido de la UEFA (1991)

Todavía hoy en día si uno pasea con la camiseta del Oviedo por las calles de Génova, la gente le saluda y le recuerda una cita histórica para dos aficiones y dos ciudades. Una hermandad que nació de una eliminatoria que juntó a ambos equipos para siempre en septiembre de 1991. En el antiguo Carlos Tartiere se vivía la fiesta de la UEFA, "Hombres" de Loquillo y los Trogloditas era la canción más escuchada en la radio y Melendi aún estaba en séptimo de E.G.B.

A día de hoy esa sigue siendo la única eliminatoria europea en la historia del club ovetense. Entonces, el genovés también debutaba en la Copa de la UEFA (luego repetiría solo una vez, en 2009 y ya en su competición heredera, la Europa League) y llegó hasta semifinales, cuando 'el Grifone' se cruzó con el Ajax de Bergkmap y Van Gaal, que acabaría siendo campeón.

Allí se plantó el Oviedo tras haber esperado que el Atlético de Madrid le ganase la Copa del Rey al Mallorca para que los rojiblancos se clasificaran a la Recopa, haciendo buena la sexta posición oviedista para clasificarse a la competición europea. Eugenio Prieto, presidente carbayón de aquel momento, le dio la bienvenida a la temporada europea con un célebre "UEFAs tardes".

El rival, la peor opción posible: uno italiano. Concretamente, el más antiguo de Italia, el Genoa, para una Copa de la UEFA dominada por el país itálico durante la década de los '90 con nueve finales con presencia de equipos de la Serie A (en cuatro de ellas, ambos finalistas eran transalpinos) como la Juventus, Fiorentina, Inter de Milan, Roma, Torino, Parma o Lazio.

Aquel inolvidable San Mateo de 1991

19 de septiembre. En plenas fiestas de San Mateo, el Oviedo tocó su techo futbolístico en Europa en un día inolvidable. Nada de tratarlo como un partido normal. En la localidad asturiana se vislumbraba lo que se iba a vivir aquella tarde. Lo sabían desde hacía dos días cuando el aeropuerto batió su récord de tránsito: 42 vuelos en 30 horas desembarcaron a unos 6.000 genoveses en las gradas del Tartiere, más todos los que llegaron por carretera y se quedaron fuera.

Muchos de los aficionados italianos pensaban que el desfile que se presenció ese día era debido al partido hasta que algunos carbayones les explicaron el verdadero motivo: el tradicional desfile del Día de América en Asturias que se celebra allí cada 19 de septiembre coincidiendo con las fiestas de la ciudad. Los asturianos alucinaban. Los de Génova, también. La atmósfera que se había creado aquel día marcaría la hermandad de ambas aficiones, que intercambiaron bufandas y camisetas. Los carbayones ayudaban con el idioma a los italianos en los bares en un clima de total amistad en una previa única en la localidad asturiana.

Sobre el césped, 11 jugadores dispuestos a morir por la histórica cita. La alineación de aquel día algunos aún la saben recitar de memoria: 'Viti'; Zuñiga, Gorriarán, Jerkan, Luis Manuel, Elcacho; Berto, Vinyals, Bango; Carlos y Lacatus. En el banquillo, el mítico Javier Irureta.

En un estadio completamente vestido de azul y blanco en tres cuartas partes y rossoblu en la restante, el reloj esperó a que dieran las 21:17h. Bango cabeceó un córner, el balón pegó en la mano de Signorini y remató su propio rechace para incendiar, literalmente, las gradas. El momento de mayor protagonismo de la historia del Oviedo en Europa.

Oviedo 1 - 0 Genoa | Gol de Bango en la Copa de la UEFA 1991

Morir de pie en Génova

Por las calles de Génova, el 3 de octubre de 1991, se volvieron a reencontrar ambas aficiones. Mismo ambiente, igual fraternidad en el primer y único desplazamiento fuera de España con el Real Oviedo. Sin embargo, esta vez sobre el césped se vivió una pesadilla.

Un tanque checo de nombre inolvidable para la afición carbayona acabó con el sueño europeo: Tomáš Skuhravý anotó un doblete que mandó a casa a la afición asturiana tras una eliminación cruel por aquel gol en el último minuto que puso al delantero a dar volteretas sobre el Luigi Ferraris.

El heroico Carlos Muñoz fue quien dejó la honra en Italia con un gol que hizo creer al Oviedo con la gesta europea en un partido también marcado por la polémica arbitral de otro de los nombres impronunciables por Oviedo, Jürgen Schmidhuber. El colegiado alemán expulsó a Lacatus a mitad de la segunda parte por un manotazo y no vio el penalti sobre Berto. Aquellas "pequeñas decisiones", como dicen en la localidad asturiana, cambiaron el rumbo del partido y propiciaron la remontada italiana.

De aquella noche ya han pasado más de 30 años, pero lo que ocurrió en aquel final de año de 1991 no se ha olvidado en Oviedo, que decidió armar un triangular amistoso para celebrar el centenario junto a su 'histórico' rival europeo y el Villarreal, club que encumbró a Santi Cazorla, quien también fue homenajeado este jueves.

El homenaje centenario del Oviedo en el Tartiere y su reencuentro con el Genoa