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La FIFA abre fronteras al Este y sus petrodólares

  • Rusia y Qatar albergarán los Mundiales de 2018 y 2022
  • La candidatura rusa era la más discreta de las finalistas
  • Qatar será la primera sede árabe de un Mundial absoluto

Por
Blatter hizo los honores y Putin las maletas

La FIFA pone rumbo al Este, el lugar por donde sale el sol y los 'petrodolares' asoman por las carteras de los más poderosos. Hacia allá mirará el fútbol mundial en 2018 y 2022. Primero a Rusia y después a Qatar. El fútbol, de nuevo, rompiendo fronteras, pero también todas las previsiones lógicas.

La candidatura rusa era la peor colocada en la carrera por el torneo. Y lo era, casualmente, desde el punto de vista objetivo de la FIFA, que cargó en su informe técnico previo a su elección como organizadora del Mundial. Su proyecto era el más virtual de los finalistas. De sus 16 estadios presentados, 13 están por construir y los tres restantes por remodelar.

Pero la FIFA se ha obstinado en mirar al este, siguiendo el camino iniciado por la UEFA al otorgar la sede de la Eurocopa 2012 a Polonia y Ucrania, que abrirán paso a Rusia y Qatar, previo viaje a Brasil en 2014. Y es que, como ha asegurado Del Bosque en Zúrich, "el poder del dinero es muy importante". El poder económico y político, que podría haberse llevado el octavo voto de la candidatura ibérica. Un voto previsto pero que nunca llegó.

De esta manera, Putin, que puso rumbo a Suiza tras conocer que su país había conseguido el Mundial, consigue un nuevo éxito, tras el logrado con la elección de Sochi como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014. Por segunda ocasión, el deporte deja paso a la geopolítica y Rusia vuelve a vencer con una candidatura más que discreta.

"Nos han elegido para organizar la Copa Mundial de 2018 y les puedo prometer que no lo lamentarán. Hagamos historia todos juntos", confió Shuvalov, cuyo país organizará también los Juegos de Invierno en Sochi 2014.

Qatar, un Mundial en el desierto

Al margen de los estadios, sus problemas de transportes y alojamiento siembran muchas dudas respecto al éxito de un Mundial en el país más grande del mundo. Aunque el tamaño, en este caso, no es determinante. Y es que de Rusia el Mundial volará a Qatar en cuatro años, el país más pequeño que jamás haya albergado un Mundial.

De nuevo al este, y de nuevo con petrodólares de por medio. La candidatura qatarí tampoco partía entre las favoritas por su proyecto, de lo más peculiar. Aunque su elección era una noticia anunciada.

Su proyecto llama la atención por la cercanía de sus sedes y por su particularidad. Entre otras cosas, proyectan construir megaestradios con aire acondicionado para contrarrestar el calor del desierto y, además, que se puedan regalar a países vecinos. Una vez concluida su función, desmontaje, un lacito y estadio de regalo.

La organización qatarí deberá construir nueve estadios nuevos, aunque en este caso la viabilidad económica del torneo no ofrece duda alguna, dada la abundancia de 'petrodolares' en un país poco acostumbrado al buen fútbol. Al menos, al local, ya que su selección figura en el puesto 113 del ránking FIFA. Quizá por eso decidió rodearse de estrellas de todo el mundo, como Zidane, Batistuta, Roger Milla o el propio Guardiola.

De esta manera, la FIFA otorga el primer Mundial absoluto a Oriente Medio, una zona muy novedosa que vivirá el Mundial más novedoso de la historia, dadas sus peculiares características.