La nueva primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, ha afrontado su primera gran prueba al frente del Ejecutivo nipón durante la visita del presidente estadounidense, Donald Trump. Una reunión cargada de simbolismo con honores y gestos para sellar una "nueva era dorada" entre ambos países. Japón ha prometido una inversión histórica de 472.000 millones de euros en EE.UU. y mayor compra de productos estadounidenses, mientras Trump ha mantenido los aranceles al 15%.
Entre intercambios de regalos, como el último palo de golf del exministro japonés, Shinzo Abe, y promesas mutuas de apoyo, ambos líderes han escenificado la firma de una alianza de cooperación militar y económica, y que incluirá el envío de nuevos misiles estadounidenses a suelo japonés.
Con las gafas de Anna Bosch