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En la programación especial de Las mañanas de RNE desde Jerusalén, conversamos con Meir Margalit, historiador y pensador y una de las pocas voces críticas que en el panorama intelectual israelí se levantan contra el genocidio en Gaza. Su último libro se titula El delirio de la sociedad israelí. "En momentos en que Netanyahu habla de victoria total, yo miro a mi alrededor y he llegado a la conclusión de que Israel está enterrado en las arenas de Gaza. Más allá del área militar, Israel ha perdido esta contienda. De esta guerra no se cuánto tiempo le llevará a Israel levantar cabeza. Hemos pagado un precio impresionante y esto, nuestros hijos y nietos lo seguirán pagando" afirma el historiador.

Margalit, asegura a RNE que, "lamentablemente", no ve un acuerdo de paz, sino un "cese de fuego". Pero no una paz duradera en la zona para el futuro. "Yo, como todos aquellos que pensamos de esta manera, somos traidores. Nos sentimos acosados", reconoce el pensador. "El temor está impregnado en la sangre del israelí. Si vives con miedo es muy difícil cuidar la sensatez, todo pasa por el filtro del miedo y este pensamiento binario. O eres amigo, o eres enemigo. No hay grises: o blanco, o negro", lamenta Margalit. Entrevista completa en RNE Audio.

El segundo aniversario de los atentados de Hamás y la invasión israelí de Gaza llega en plenas negociaciones para un alto el fuego. Mientras tanto, la justicia internacional intenta recopilar pruebas para demostrar que en Gaza se está cometiendo un genocidio. Este martes, el programa En Portada empieza la temporada poniendo el foco en ese trabajo de investigación y estrena Gaza: Expediente genocidio.

Foto: EFE/EPA/MOHAMMED SABER

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha esparcido miles de amapolas de papel frente a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid, como símbolo de las decenas de miles de víctimas mortales causadas por la masacre cometida por el Ejército israelí contra la población de Gaza, que comenzó hace ahora dos años, el 7 de octubre de 2023. Además, CEAR ha presentado en el registro de Asuntos Exteriores 230.000 firmas que se han recogido en los últimos meses en su campaña ciudadana para exigir el fin de los ataques sobre Gaza.

En declaraciones a TVE, el codirector de CEAR, Mauricio Valiente, ha explicado que este acto simbólico pretende "que no se olvide que ha ocurrido un genocidio en pleno siglo XXI" y exigir al Gobierno español "que tome medidas concretas para acabar con esta situación". Considera que las medidas hasta ahora son "insuficientes". Según Valiente, "hacen falta medidas humanitarias, más apoyo a las familias palestinas que viven en España, a la ayuda humanitaria y a las organizaciones humanitarias que están siendo víctimas de las agresiones" de Israel. Para la activista hispano-palestina Sara Tubasi, esta iniciativa representa "la perseverancia del pueblo palestino", que "lucha cada día por vivir en libertad, con justicia y dignidad".

'Narrar el abismo' está escrito desde la justicia, una reivindicación de la periodista Patricia Simón. Y una dedicatoria a los periodistas palestinos, especialmente a los más de 200 asesinados por el ejército sionista en la Franja de Gaza. "Espero que haya un alto el fuego, un acuerdo de paz que cumpla con condiciones de seguridad y de justicia, con el mandato del derecho internacional que acabe con la ocupación", cuenta en el informativo Las Mañanas de RNE. Sobre todo, afirma, que los responsables de este genocidio rindan cuentas ante las instancias internacionales.

"Es un cliché decir que la primera víctima de la guerra es la verdad", escribe la periodista. Un cliché real, por eso son tan importantes las palabras. Patricia Simón explica que los entrevistados son conscientes de que prestar testimonio no va a cambiar su situación, pero "es lo más parecido que van a vivir a un proceso de verdad, justicia y reparación", añade que "cuando le pones palabras a lo que jamás debería de haber ocurrido, estás generando memoria". De la esperanza de que quien lo reciba lo transforme en una acción política.

Samer Alwariz, ciudadano palestino nicaragüense habla con Las mañanas de RNE con Juan Ramón Lucas desde Gaza, donde ha contado que "los bombardeos han sido constantes", e incluso "más fuertes". Alwariz ha contado que han tratado de salir desde el inicio de la guerra, sin éxito, porque "todo lo que alguna vez tuvimos ha sido destruido". Alwariz ha narrado lo dura que es la situación que vive junto a su familia, poniendo como ejemplo las dos horas de cola que ha hecho para conseguir un poco de agua. Además, ha explicado lo duro que es ver a los niños sufriendo cada día. "¿Cómo le explicas a un niño pequeño que su amiguito se murió?" se ha lamentado. Un testimonio desgarrador el del nicaragüense que ha afirmado rotundo que "cada día es un infierno" en la Franja de Gaza. Por eso, ha hecho un llamamiento urgente al fin de este conflicto, aunque ha reconocido que tiene pocas esperanzas, ya que siente que "ninguno de los dos lados quiere detener esto".

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el concejal barcelonés de ERC Jordi Coronas han llegado al Aeropuerto de Barcelona-El Prat, mientras que otros cuatro activistas catalanes de la Global Sumud Flotilla viajan de Madrid a la capital catalana en coche.

Tras su liberación, 21 activistas españoles han embarcado en un avión en Tel Aviv a primera hora de la tarde y han llegado a Madrid pasadas las ocho. Desde el Aeropuerto de Barajas, Colau y Coronas se han subido a otro avión, con destino a Barcelona, que ha aterrizado sobre las 23:00 horas.

Colau ha relatado lo vivido durante los últimos días desde su detención por soldados israelíes. "Hemos pasado por una experiencia muy dura de detención ilegal, de secuestro en aguas internacionales".

"Hemos estado encerrados en una prisión de alta seguridad donde no se respetaban ninguno de nuestros derechos, ha habido maltrato, trato denigrante", ha denunciado Colau.

Foto: Toni Albir/EFE

Este domingo han llegado al Aeropuerto de Madrid-Barajas 21 de los 49 miembros españoles de la Global Sumud Flotilla que fueron detenidos el pasado miércoles por Israel cuando intentaban llevar ayuda por mar a Gaza y abrir un corredor humanitario.

"Nos estuvieron humillando durante horas, estuvimos siete horas maniatados con las manos en la espalda", ha denunciado el activista Rafael Borrego, miembro de la flotilla que ha regresado a Madrid desde Tel Aviv.

"Cuando nos procesaron pasamos por un trato denigrante, nos robaron casi todos los objetos personales. Todo con un trato humillante, se reían en nuestra cara, como si fuéramos menos que animales. Los maltratos físicos y psicológicos han sido repetidos estos días", ha relatado Borrego.

Foto: Thomas COEX/AFP

31 de agosto. La flotilla zarpa desde Barcelona con ayuda humanitaria en dirección a Gaza para tratar de romper el bloqueo israelí. En más de un mes de travesía, el camino ha estado lleno de contratiempos: meteorología adversa, varias paradas técnicas y ataques de drones a las embarcaciones. El Gobierno envía un buque de la Marina de apoyo a la flotilla.

El miércoles por la noche, a unas 70 millas náuticas, el Ejército israelí les rodea, utiliza cañones de agua y detiene a los 500 tripulantes de las 40 embarcaciones en aguas internacionales. Era la crónica de una intervención anunciada.

La odisea marítima da paso a la judicial. Los activistas permanecen incomunicados en una prisión en medio del desierto. Tras varios días, comienzan las deportaciones. Para regresar hay dos vías. La primera es aceptar que han entrado al país de forma ilegal. Es la más rápida. El proceso se demora para los que se han negado a hacerlo y siguen en Israel. Se enfrentan a un juicio y a la deportación forzosa.

La flotilla no ha conseguido entregar la ayuda, pero su acción ya ha tenido una repercusión mundial.