La pianista y activista Clara Peya cuenta cómo fue su paso por 'La Flotilla', la misión humanitaria a Gaza
- La pianista, cantante y activista Clara Peya formó parte durante dos semanas de la misión humanitaria de ‘La Flotilla’
- El pasado miércoles, el ejército militar israelí abordó las embarcaciones y detuvo a los activistas
La noche del pasado miércoles, navíos militares israelíes abordaron en aguas internacionales el medio centenar de embarcaciones de la Global Sumud Flotilla, la misión humanitaria que zarpó el 31 de agosto del puerto de Barcelona rumbo a Gaza con personas como la exalcadesa de Barcelona Ada Colau, la activista Greta Thunberg o la pianista Clara Peya a bordo. El ejército israelí detuvo a unos 400 miembros de la misión, entre ellos 49 ciudadanos españoles, 21 de los cuales regresaron anoche a nuestro país y 28 se espera que lo hagan hoy.
En Culturas 2, programa disponible en RTVE Play, la pianista, compositora y activista Clara Peya, que durante las dos primeras semanas de la misión estuvo a bordo, cuenta cómo están sus compañeros y compañeras después del ataque y los malos tratos que han denunciado que han recibido durante su detención en una prisión israelí. “Ha sido el mes más intenso y loco de mi vida, sin ninguna duda”, exclama. “Tengo muchas ganas de ver a la segunda tanda que llega hoy. La gente que no lo ha vivido no puede ni entenderlo y eso genera un poco de soledad. Solo puedes compartirlo con ellos”, continua.
Por qué la pianista se enroló en ‘La Flotilla’
En ‘La Flotilla', viajaban unos 400 activistas civiles de 46 países distintos, entre los que se intentó que hubiera personas con perfiles y habilidades distintas: mecánicos, capitanes de barco, periodistas, políticos… “A mí me llamaron. Yo siempre he hecho mi activismo desde el escenario, porque creo que el arte y el activismo van de la mano, pero poner el cuerpo es otro nivel”, explica Clara Peya. “En este caso, posicionarse en contra del genocidio no me parece ni activismo, es una cuestión de humanidad y empatía”, añade.
La falta de respuesta mundial y de acción, sobre todo, por parte del sector cultural, motivó a Peya a enrolarse en ‘La Flotilla’: “Estaba desesperada y enfadada. Para mí, dedicarse al arte significa creer que el mundo se puede transformar. Durante toda mi vida, la música me ha salvado, ha sido mi faro, mi medicina, pero, por primera vez, el arte no me era suficiente. Necesitaba hacer un gesto del tamaño de mi dolor”.
El día a día en ‘La Flotilla’
La pianista asegura en Culturas 2 que las condiciones durante el viaje fueron muy duras y precarias. En su caso, viajaban más del doble de personas para las que el barco está preparado. “Había 7 camas, no cabíamos todas, teníamos turnos para dormir, no había baño, tampoco podíamos cocinar... Para este barco, cruzar el Mediterráneo era una locura, se movía muchísimo. Lo único que podías hacer era estar sentada e intentar no vomitar”, recuerda. “Muchas sabíamos que llegar a Gaza era imposible, pero te lo crees, porque, si no, no sigues”, sostiene.
““Tu mente tira de adrenalina y estrés por una cuestión de supervivencia"“
Desde que zarpó, ‘La Flotilla’ ha sido atacada en diversas ocasiones. De entre ellos, Peya presenció los ataques con drones en Túnez: “Tu mente tira de adrenalina y estrés por una cuestión de supervivencia. No bajas a ti. Lo más duro de todo esto es volver, y, como yo lo hice antes, no tener a nadie con quien compartir lo que he vivido”.
Las manifestaciones a favor de Palestina
Pese a que las movilizaciones a favor del pueblo palestino y en contra de las retenciones de los miembros de ‘La Flotilla’ han sido muy numerosas, Clara Peya lamenta que lleguen tan tarde, dos años después del comienzo del conflicto. “¿Cómo no hemos podido empatizar antes? Hay una islamofobia que flipas. Si les pasa a ellos, no, pero, si les pasa a los nuestros [a los activistas de ‘La Flotilla’], entonces sí”, manifiesta.
““Nunca he recibido tanto odio como por haber ido a ‘La Flotilla'”“
Peya también afirma que ha sido muy criticada por participar en la misión humanitaria: “Nunca he recibido tanto odio como por haber ido a ‘La Flotilla'”. Sin embargo, ante las críticas, responde que “la lástima no mueve nada, el enfado, sí”. “En este individualismo atroz en el que vivimos, nos han hecho creer que no podemos tomar partido de las cosas, que el poder civil es inalcanzable, pero tenemos mucha fuerza. No soportamos estar incómodas, pero es en la incomodidad donde se dan las transformaciones”, sigue.
El papel del sector cultural en la movilización
Al final de la entrevista, Clara Peya incide de nuevo en la importancia de la implicación del sector de la cultura en el activismo contra el genocidio que perpetúa Israel en Gaza. Para ella, ser artista no es simplemente el hecho de hacer arte, sino presentarte al público con unos ideales y una manera de ver el mundo, y mantenerte coherente en tu discurso.
Culturas 2