Martes a las 20.00 horas
Presentado por: Óscar López Dirigido por: Óscar López
Espacio que acerca a las pantallas el mundo de la literatura, con entrevistas a escritores, recomendaciones y promoción de lanzamientos editoriales. Esta ''Página Dos'' está firmada por Óscar López, periodista cultural que ya ha conducido programas similares en Catalunya.
En esta nueva temporada desaparecerán todas las secciones habituales del programa y cada semana el espectador descubrirá un 'Página Dos' distinto: al margen de los habituales contenidos literarios, también tendrán cabida otros temas de tipo cultural y social que surgirán de los libros. Cada nuevo capítulo será como un cortometraje televisivo y literario que, además, se verá reforzado con un nuevo y moderno grafismo.
A lo largo de todos estos años se han rodado centenares de entrevistas, reportajes y secciones por las que han pasado ilustres escritores e invitados como Margaret Atwood, José Saramago, Ana María Matute, Paul Auster, Mario Vargas Llosa, Fernando Aramburu, Almudena Grandes, Joyce Carol Oates, Karl Ove Knausgârd, Ian McEwan, Svetlana Aleksiévich, Tim Robbins, Ferran Adrià o Joaquín Sabina.
Tiempo entre costuras me pareció una novela maravillosa,
sobre todo, por la profundidad de su personaje principal, Sira.
-La verdad es que no me esperaba
que hubiese una segunda parte de la novela,
porque, bueno, se publicó hace más de diez años
y recibí con mucha ilusión la noticia
cuando María Dueñas anunció
que continuaría esta historia de Sira Quiroga
y la verdad que me apetece volver a emocionarme con ella,
volver a viajar,
como lo hice en El tiempo entre costuras.
Y tengo muchas ganas de leerla.
-En esta segunda parte, me espero... me espero algo movido, ¿no?
Porque después de estar en el servicio secreto británico
y, bueno, no sé si volverá a España, no volverá, qué retos a afrontar...
Pero ya siendo una mujer tan fuerte como acabó,
con cualquier cosa ella va a poder.
-Y me espero esa Sira valiente e inconformista
y que pueda vencer cada obstáculo.
-Yo creo que es un personaje que da mucho de sí
y que todavía tenía que vivir muchas cosas.
Y estamos deseando de... 'de verlo'.
(Música)
(Música)
(Música)
Absolutamente, la verdad es que fue una visita a Barcelona,
recuerdo que 'buscastes' un taller de costura,
el taller de Feli, quiero recordar.
Mira, todo fue tan rápido, fue tan convulso,
era un tiempo en el que yo todavía tenía mi profesión,
de profesora de Universidad,
que ni me había planteado dejar todavía en ese momento.
Seguramente, ese día falté a alguna clase
por irme a la entrevista contigo,
con lo cual, todo fue tan precipitado, tan rápido,
que nunca tuve un momento
para pararme a pensar 'que está pasando, qué vamos a hacer,
qué previsión de futuro tengo'... ni idea.
Todo fue un poco sobre la marcha,
y aquí estamos, doce años después y seguimos.
Pero tan inesperada como que lo decidí en un día, Óscar.
Fue... Nunca me había pasado esto.
Yo soy bastante sistemática y tengo...
me planteo un objetivo y voy hasta el final.
No cambió mucho de, de, de opinión, ni dudo, y voy a por él.
Y yo tenía otra novela empezada que iba a ser mi quinta novela.
Empezada y avanzada, bastante avanzada.
Pero yo sigo yendo mucho a Tánger.
Voy constantemente, y, de cada viaje, vuelvo pensando
que me queda una novela por escribir todavía, Ángel.
Hasta que en uno de estos viajes,
además, me traje un librito de la colonia inglesa.
Yo voy al cementerio de Saint Andrews.
Siempre me doy una vuelta, hablo con el guardián...
y, 'oye, que es que hemos reeditado este libro'.
Me lo traje, lo fui leyendo en el avión.
Y yo, otra vez, daba vueltas a lo mismo.
Aquí queda una novela aquí queda una novela...
Y con ese runrún pasé unos cuantos días,
hasta que dije: "Mira, me voy, planto la anterior, me voy a Tánger".
Y ahí ya sí que tuve claro que si volvió a Tánger,
tendría que ser con Sira.
Pues mira, fui muy, muy imprudente.
Porque ni se me pasan por la cabeza, si te soy sincera.
Tomé la decisión y yo creo que quedó
'algo como entre, entre Sira y yo'.
(Música)
(Música)
Lo de 'segundas partes nunca fueron buenas'
Lo dice Cervantes en el prólogo de la segunda parte del Quijote,
que es mucho mejor que la primera, como todo el mundo sabe.
Yo, cuando termino una novela,
lo primero que intento es olvidarme de ella,
para poder escribir la próxima.
Pero, en este, caso fui incapaz de quitarme de la cabeza
al protagonista, Melchor Marín,
y al mundo que se había generado en torno a él.
E, inmediatamente,
ocurrieron dos cosas que nunca me habían ocurrido.
Una, planeé tres novelas más.
Y, dos,
me puse a escribir la segunda de manera absolutamente inmediata.
(Música)
Melchor Marín vive, sigue viviendo, en la Terra Alta.
En este lugar que para él se ha convertido en una patria,
donde descubrió cosas que nunca creyó que tendría,
y, cuatro años después, su mejor amigo, que se llama Blay
y que es inspector en la central de los Mossos d Esquadra,
de la Policía, en Barcelona,
le llama y le pide que le ayude a resolver un caso muy complicado,
muy vidrioso.
Y es que están chantajeando con un vídeo sexual
a la alcaldesa de Barcelona.
Para mí, sigue siendo un experimento, un único experimento,
que tiene un tema fundamental, ¿verdad?
Que es la relación entre la justicia y la venganza.
Esa era la pregunta central de Terra Alta
y esa sigue siendo la pregunta central de Independencia
y, probablemente, lo va a ser de todo el ciclo
o de toda la novela completa.
¿Es legítima la venganza
cuando la justicia no nos hace justicia?
Sí, es un salto, un poco impensado, un poco imprevisto.
Bueno. Termina la II Guerra Mundial.
Y Sira deja de depender de los servicios secretos
para sus quehaceres,
pero mantiene su relación con Marcus y, bueno,
él sigue siendo un agente al servicio de su país
y el siguiente destino es Palestina.
Y es una Palestina ya bastante turbulenta,
porque se está precalentando todo el ambiente.
Porque en los años siguientes es cuando nace el Estado de Israel
y ya hay un conflicto enorme, no solo entre árabes y judíos,
que quizá no tanto, sino entre ingleses,
entre británicos y judíos.
Y, entonces, ahí tenemos a Sira entre la espada y la pared ¿no?
Por un lado, está su compromiso con Marcus
y su deseo de no separarse de él.
Pero es que, por otro lado, se queda embarazada
y entonces ve que ese escenario para una familia,
para que nazca su hijo, para vivir ella,
no es el más apropiado
y, además, otra cosa que le pasa es
que de pronto se ve inactiva
y es algo que le cuesta trabajo asumir,
porque ella ha estado trabajando constantemente, desde muy jovencita,
primero, cosiendo,
después, con sus implicaciones clandestinas.
Y ahora, de pronto, estar de 'señora de',
cruzada de brazos, esperando a que su marido vuelva, o no vuelva,
porque los afanes de Marcus son también muy resbaladizos...
Entonces, no encuentra su sitio para nada.
Sí. Bueno, se va a Londres, al final, forzada.
Se va con su hijo, con su pequeño Víctor,
que ha nacido hace unos meses.
Y, entonces, ahí, lo que va a hacer ella es un poco
empezar a salir al mundo por su cuenta,
sin conocer a nadie, sola,
y va a entrar en contacto con la BBC de Londres,
con la legendaria BBC,
pero, dentro de ella,
con un servicio muy concreto que fue histórico,
fue el servicio latinoamericano de la BBC.
¡Qué salto! Bueno, parece que son dos universos totalmente apartados,
pero todo tiene un enlace.
Y es que en España está a punto de tener lugar
la visita mítica de Eva Perón.
Cuando llegó en el año 47,
lo que se llamó la gira arcoíris,
que recorrió varios países europeos,
pero el grueso del viaje fue España,
atendiendo una invitación particular de Franco en aquel momento.
Y, entonces, dónde deciden alojar a Evita, como huésped de Franco,
es aquí, en su casa.
Franco vive aquí
y deciden que le van a organizar un ala del palacio,
que es exactamente donde estamos ahora,
para que ella se asiente.
Bueno y entonces qué vinculación hay entre Sira y Evita y este viaje.
La cuestión es que todavía está en el aire si Evita va visitar,
como broche de la gira arcoíris, Gran Bretaña o no.
Y el problema es que hay intereses muy serios en juego,
porque esta política de nacionalización de Perón
está acabando con muchos de los intereses económicos
de los capitales británicos en Argentina.
Y entonces, bueno, hay una tensión política tremenda
y ellos no saben si admitir a Evita o no.
Si participar en esta visita o no.
Y lo que quieren es alguien que observe
cómo se está moviendo la cosa por España,
cuál es la actitud de ella, cuáles son sus exigencias,
sus demandas...
Y entonces encargan a Sira la misión
de que se haga pasar por una supuesta reportera de la BBC de Londres
que está simplemente siguiendo el tour
a lo largo de todas las visitas que hacen en España,
para un futuro programa de la BBC,
para ser retransmitido a Latinoamérica.
Sí; además es que a mí me encanta, me encanta.
Para mí, lo duro para mí es sentarme a escribir 'capítulo uno'
y arrancar la primera frase.
Ahí ya viene lo poco apet... bueno, lo poco apetecible, no.
Realmente, lo disfruto también mucho.
La forma en la que vivían los personajes,
que, al final, condiciona, en cierta manera, su modo de ser.
Me interesa muchísimo.
Intento que no se note demasiado, ¿no?
Pero ahí hay una labor minuciosa de documentación
con la que disfruto enormemente.
(Música)
(Música)
Siempre digo que el trabajo de autor,
hablamos de lo que nos pasa y de lo que nos gusta
y de lo que aprendemos y de lo que vemos.
Y, en muchos casos, cuando he estado leyendo algún libro,
alguna novela que me ha interesado, que me ha llegado,
que me ha hecho pensar mucho,
lo he traspasado a mi trabajo.
De las primeras colecciones que hice,
estaba basada en los hermanos Karamazov,
de Dostoyevski.
La fuerza de los personajes fue
la que me motivó a cómo vestiría yo a estos personajes.
Cómo yo me los imaginaba cuando leía el libro.
(Música)
-La literatura ha tenido influencia en la moda,
pues igual más de la que parece.
Virginia Woolf ha influido muchísimo en la moda.
Por ejemplo, textos que ha escrito, como El vestido, El vestido elegante.
Y luego, por supuesto, Orlando.
Y es la historia de una persona que nace hombre
y en el siglo XVIII se transforma en mujer
y que nos explica su experiencia de género,
su percepción de la realidad desde el género,
y, también, con relación a la moda.
-Esto también se trasladaba a la colección.
Que era muy 'andrógena'
y jugábamos con este dualismo de masculino-femenino.
También, los dos opuestos del blanco y el negro.
La época, porque también pasa en quinientos años,
un poco analizar las aventuras por las que pase el libro.
Esta otra colección,
que estaba inspirada en el libro de Spambauer,
un poco su mundo, ¿no?
El mundo al que él te transporta,
este mundo de los indios americanos.
Y ahí se ve reflejado pues todas las plumas.
Lo más étnico.
-Hay un montón de escritores estilosos,
o sea, a la que te pones a buscar,
pues 'desde la más contemporaneidad', pues, yo qué sé, Joan Didion,
por ejemplo,
que inspira una campaña de publicidad de Celine,
también en Susan Sontag, también.
En esa mecha blanca que llevaba de una de las biografías que le hacen
al menos, la que he leído yo,
que es 'intelectualidad de glamur', ¿no?
Y luego también, claro,
todos los poetas vinculadas de alguna manera al dandismo.
Estoy pensando, por ejemplo, en Marcel Proust,
estoy pensando también en Baudelaire,
cómo le gustaba, por ejemplo, pues teñirse el pelo de colores.
Color azul también, o sea, adoptó un pre pre pre punk,
en este sentido, por supuesto,
en Wilde, Oscar Wilde, el dandy por antonomasia.
Todos estos escritores decimonónicos o de principios del siglo XX
son un poco un reflejo de este nuevo mundo burgués, ¿no?
Que de alguna manera se tiene que recrear
a través de la indumentaria, de la apariencia, ¿no?
Claro, todos estos escritores aparecen
y son como los que retratan eso con palabras,
desde la literatura.
Y en el Tratado de la elegancia, de Balzac,
un poco lo que hace es una radiografía social
de qué pasa en la Francia de su momento,
es una cosa muy curiosa, dice,
porque tú rico te puedes hacer pero elegante naces.
(Música)
-Libros que para mí son importantes, que tengo aquí, en el estudio,
que son de moda,
diría que El siglo de los diseñadores de moda,
que va de 1900 a 1999,
es una buena guía y es como un libro
que se tiene que tener,
y, cómo no, un libro de Comme des garçons,
que para mí es uno de mis referentes superimportantes.
Y el libro en sí es ya un libro objeto que me gusta tener.
Coleccionar.
(Música)
(Música)
(Música)
(Música)
(Música)
Pues, en principio, es un viaje que responde
a una invitación de Franco al propio general Perón.
Lo que pasa es que él, bueno, no es momento
para que haga un viaje a Europa,
pero decide enviar a su mujer, Evita.
Entonces, dentro de España,
pues eligen una serie de ciudades emblemáticas
que tengan alguna esencia importante.
Y entre ellas está Granada.
Y por eso estamos aquí.
Y hay un acontecimiento, del que no podemos desvelar mucho,
pero que va a desencadenar una intriga
que se prolonga casi hasta el final de la novela
y que tiene que ver
con esa insignia que Franco le impone a Evita,
la Gran Cruz de Isabel la Católica, tan tan significativa,
la reina en Granada.
No se puede contar nada, pero pasan muchas cosas en Granada,
eso sí es importante.
Exacto.
Exacto. Pero yo es que he pretendido que sea así.
Sira, cuando la conocemos, y ahora sigue,
no tiene grandes ambiciones, no tiene grandes objetivos vitales,
no quiere permanecer en la Historia más allá de lo justo,
pero es verdad que algunas veces,
sobre todo, en El tiempo entre costuras,
porque se le cruzan historias por el camino.
Ahora ya
algunas historias se le cruzan y otras son decisiones propias.
Pero es verdad que ella se va un poco aclimatando a cada momento.
Va agarrándose a las cosas que se le cruzan por delante
y tomando decisiones; ahora toma más decisiones que antes.
Antes era... se dejaba arrastrar.
como se dice en el cine.
Mira, va a estar Marcus Logan,
con quien ella mantiene una relación en el principio de la novela.
Continúa con su relación.
Vamos a reencontrarnos con Gonzalo Alvarado, con su padre,
en Madrid.
Después, cuando vayamos a Tánger,
vamos a tener a Dolores, su madre, que vive en Tetuán,
casada con un señor; ha recompuesto su vida.
Y vamos a tener también a Félix Aranda, su vecino,
y a Candelaria.
Candelaria es para mí...
Me ha hecho muchísima ilusión rescatarla.
Además, la pobre está de capa caída.
Está en el peor de sus momentos.
En la pensión ya no entran los los huéspedes.
No tiene un duro.
Y Sira le va a echar una mano.
Y al final va a ser una ayuda importante en su vida.
Totalmente.
Esa ha sido mi intención desde el principio,
quien haya leído El tiempo entre costuras
y empiece ahora Sira pues verá cómo hay un hilo conductor,
pero quien no le haya leído puede entenderlo
como una lectura totalmente independiente.
De hecho, estos personajes de los que hemos hablado tienen
una presencia muy coyuntural;
y yo, de hecho, te confieso
que tampoco he leído El tiempo entre costuras
para volver a escribir Sira.
Me lo planteé, no ha sido dejadez.
Siempre me lo planteé y dije: "¿Qué prefiero?
¿Dejarme seducir
y que intervengan ciertas cosas que tuve presentes hace doce años?
¿O que sea una novela fresca, nueva y totalmente independiente?"
Y opté por lo segundo y sigo sin leer El tiempo entre costuras.
Y ya lo tenemos en las librerías.
Mira, ni me lo pienso. Ni me lo planteo.
De verdad que para mí es lo menos importante.
Yo vuelvo, como en todas las novelas,
a arrancar como si fuese de cero, con la misma ilusión,
con las mismas ganas,
con la misma voluntad de volver a seducir a los lectores,
pero no por llevarlos a remolque de las novelas anteriores,
sino para que se enamoren de esta por primera vez.
Sé que hay mucho esfuerzo editorial, en todos los sentidos, invertido
y yo espero estar a la altura,
pero no me dejo... que eso me condicione para nada.
(Música)
Me ha dado... me ha dado libertad, en todos los sentidos.
Yo venía del mundo académico,
que, bueno, fue magnífico el tiempo que duró
por todo, por mi desempeño profesional,
por mi aprendizaje vital, por todo;
pero es verdad que estás más constreñida
a unos calendarios a unos ciertos enfoques.
Y eso ahora no me pasa.
Ahora yo escribo lo que quiero, cuando quiero...
Es verdad que, bueno, yo me marcó mis tiempos
e intento ser responsable en el cumplimiento de todo ello,
pero soy yo la que decide ahora, la que toma todas las decisiones.
Entonces, en ese sentido, me ha dado muchísima libertad
y yo lo agradezco enormemente.
Pues no tengo muchas, la verdad. Yo vengo de familia numerosa
y en las familias numerosas...
Tonterías, las mínimas. Entonces, soy muy adaptativa,
no tengo problema.
Es verdad que hay cosas que no hago nunca.
Por ejemplo, no escribo en los viajes.
No me llevo nunca el ordenador conmigo, ni me molestó.
Aprovecho para leer cosas que tengan que ver con lo que estoy escribiendo,
o que no, depende.
Y escribo ya cuando tengo el día por delante.
Y, por lo demás, pues no;
escribo, pues como casi todo el mundo hoy día, con un ordenador.
Es verdad que suelo tener a mano unos cuadernos con unos rotuladores,
donde voy anotando mucho:
cuestiones de documentación, cuestiones de trazos de personajes,
cosas que se me van ocurriendo...
y, al final del libro,
ahora lo miraba, al recoger todo el material de Sira,
tengo dos grandes cuadernos repletos de notas.
Y eso lo tengo yo, como soy zurda, lo tengo siempre a mi izquierda,
al lado del ordenador.
Pero más allá de eso y de tomar un par de cafés
o un par de tazas de té, durante la escritura,
no tengo ninguna manía más.
Varias veces, varias, varias veces.
Sí, la verdad es que ha despertado muchísimo interés
y probablemente acabe en una producción audiovisual.
Pero yo, de momento, es que no tengo ninguna prisa, Óscar,
porque, mira, tenemos La templanza recién estrenada.
Tenemos Las hijas del capitán en marcha, en proceso de guión.
Y entonces Sira está un poco a la lista de espera.
Yo entiendo que haya muchas ganas,
porque va encadenada a El tiempo entre costuras,
que tuvo una audiencia magnífica,
que gustó muchísimo.
Y entonces eso es normal y a mí también me apetece,
y a Sira le va a gustar verse otra vez en la pantalla.
Pero, bueno, todo a su tiempo, ya llegará.
No lo sé. Ahora mismo no tengo ni idea, ni idea,
porque ni me lo he planteado.
No te digo que no definitivamente, pero tampoco te digo que sí.
Igual, después.
Mi próxima novela es algo distinto, igual Sira vuelve con el tiempo.
Igual no vuelve nunca. No lo sé.
Yo voy al momento y ahora me toca acompañar a Sira en este nuevo paseo
por un tramo de su vida.
Y después, pues yo qué se,
igual se me cruza otra novela distinta por en medio
y no hay más Sira, o igual sí, ya veremos.
(Música)