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Cada semana se realizan 2,6 millones de horas extra que ni se cotizan ni se pagan

  • Más de la mitad de las horas extra que realizan las mujeres no son retribuidas

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Las empresas afrontan con incertidumbre la puesta en marcha del control horario

Las empresas están obligadas a registrar las jornadas de todos sus trabajadores desde este domingo. El objetivo es medir la duración de las jornadas laborales y, por lo tanto, las horas extraordinarias, y también los descansos, que no pueden ser inferiores a doce horas entre final e inicio de jornada ni a 36 semanales.

Los empresarios han tenido un plazo de dos meses para adaptarse a esta nueva normativa que se publicó en marzo como un real-decreto ley en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha anunciado que la inspección tendrá en cuenta si hay buena voluntad o si se está negociando con los sindicatos pero cree que los empresarios "no se han tomado en serio" el registro de jornada.

Las empresas más pequeñas y autónomos son los que más difícil tienen adaptarse al registro de la jornada laboral. Cada empresa tendrá que ir perfilando su sistema para registrar el horario de sus trabajadores usando desde los métodos más tecnológicos hasta los más analógicos.

Hasta ahora era obligatorio registrar las horas extras, pero al no existir un registro de jornada ordinario era difícil constrastar las cifras. En el primer trimestre de este año, el INE registró una media de 5,7 millones de horas extraordinarias a la semana. De ellas, más de tres millones fueron pagadas y el resto (2,6 millones) no fueron retribuidas ni se comunicaron a la Seguridad Social.

El INE pregunta cada trimestre en su Encuesta de Población Activa (EPA) por el número de horas extras trabajadas a los asalariados. En el último periodo, de enero a marzo, el 95,5% de los asalariados contestaron que no habían realizado horas extra en las últimas cuatro semanas.

Entre los que reconocen haber trabajado horas extra, el mayor porcentaje (1,36%) afirma haber trabajado entre 4 y 6 horas extras a la semana, seguidos de los que dicen que haber dedicado entre 10 y 12 horas extra (0,83%) y entre 1 a 3 horas extraordinarias (0,73%).

Casi la mitad no se pagan

De estas horas, como se mencionaba anteriormente, 2,6 millones de horas extraordinarias no estuvieron pagadas, lo que supone un 46,4% de las horas extra realizadas a la semana. Las extras no remuneradas fueron realizadas por más de 346.000 empleados.

A la hora de pagar las horas extraordinarias se pone de manifiesto la brecha laboral de género. Más de la mitad de las horas extra que realizan las mujeres no fueron retribuidas, en concreto el 50,6%, mientras que este porcentaje se reduce al 44,2% en el caso de los hombres.

En cifras globales, los hombres realizan el 65% de las horas extra y las mujeres hacen el 35% restante de horas extraordinarias totales, tanto remuneradas como no remuneradas. Una distribución que refleja el peso de los varones en la Industria, un sector donde tradicionalmente se hacen más horas por picos de actividad. En general, las mujeres son un 46% de las personas afiliadas a la Seguridad Social.