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España, a la cola de la justicia social en la UE, según el último informe de la Fundación Bertelsmann

  • Ocupa la posición 24 de los Veintiocho, diez puestos más abajo que en 2008
  • Es el país donde más se ha deteriorado el acceso al mercado laboral
  • Dinamarca, Suecia y Finlandia encabezan la clasificación

Por
Claudia, una de las personas desahuciadas en España en 2014
España ha caído diez posiciones desde el inicio de la crisis en la clasificación de justicial social.

España figura entre los países con peor justicia social de toda la Unión Europea, según el último informe de la Fundación Bertelsmann, que la coloca en la posición 24 de los Veintiocho, diez puestos por debajo del lugar que ocupaba en 2008.

La clasificación elaborada por la prestigiosa fundación alemana, especializada en asuntos europeos, está encabezada por Dinamarca, seguida muy de cerca por Suecia, Finlandia, República Checa y Eslovenia. (Ver documento en pdf)

En el extremo opuesto, por detrás de España se sitúan Italia, Bulgaria, Rumanía y Grecia.

Muy mal en empleo y pobreza, y bien en sanidad

De las seis dimensiones analizadas, España presenta sus peores registros en el acceso al mercado de trabajo –es el país donde más se ha deteriorado desde el comienzo de la crisis-, educación equitativa –con el segundo dato más alto de Europa en abandono escolar por detrás de Malta- y en prevención de la pobreza, donde aparece como el segundo país que más se ha degradado en ese campo después de Grecia.

Así, el puesto 24 en la lista general resulta de combinar el puesto 21 en prevención de la pobreza y en justicia intergeneracional, el 23 en educación equitativa y el 27 en acceso al mercado laboral.

Esas posiciones en lo más bajo de la clasificación se compensan en parte por los puestos 16 en cohesión social y no discriminación y, sobre todo, por la posición 12 que consigue en atención sanitaria.

La buena nota en sanidad se consigue a pesar de que -según el informe- la proporción de personal médico y camas hospitalarias es "relativamente baja", la "calidad general del sistema se ha deteriorado por las medidas de austeridad" y se aprecian "desigualdades entre las regiones".

Dentro de la educación, llama la atención el elevado porcentaje en España de población sin estudios secundarios (41,7%), sólo superado por los de Malta y Portugal. En ambos países, sin embargo, esa tasa se ha reducido en casi 20 puntos desde 2008, mientras que en España, ha disminuido menos de 8 puntos en ese mismo período.

Según el informe, el mayor desafío al que se enfrenta España es mejorar el acceso al mercado laboral. Aunque el paro empezó a disminuir en 2014, la tasa de desempleo (19,7%) sigue siendo la segunda más alta de la UE, por detrás de Grecia.

Temporalidad y pobreza de los trabajadores

Además, las tasas de paro juvenil y parados de larga duración se dispararon durante la crisis y, pese a haberse reducido algo en los últimos años, continúan siendo de las más elevadas de Europa (44,4% y 9,5%, respectivamente), sólo por detrás de Grecia en ambos indicadores.

En cuanto a la tasa de empleo, la media de la UE se sitúa, por primera vez desde la crisis de 2008, en el 66,6%, un poco superior al 65,7% que había antes de la recesión.

España –con un 59,5% de tasa de ocupación- no ha recuperado el nivel de empleo previo a 2008, al igual que sucede en Italia, Croacia y Grecia.

Además, el estudio subraya otro dato: el porcentaje de españoles que trabajan con contratos temporales porque no pueden encontrar un puesto fijo es del 91,4%, el segundo más alto de los Veintiocho, sólo superado por Chipre.

Otro indicador muy preocupante es el de los trabajadores que, pese a tener un empleo, viven por debajo del umbral de pobreza. En España, eso sucede con el 10,7% de los ocupados, un punto porcentual más de los que había hace 10 años, que coloca al país en la parte baja de la clasificación, sólo por encima de Grecia y Rumanía.

La crisis económica y la austeridad han "exacerbado la marginalización"

El informe destaca también el porcentaje español de población en riesgo de pobreza y exclusión social (27,9%) que, pese a haberse reducido desde el máximo alcanzado en 2014 (29,2%), todavía sigue situado entre los más altos de la Unión.

“Especialmente grave”, según la fundación, es la tasa de pobreza infantil, que roza el 30%, aunque se ha reducido levemente en los últimos años.

Por contra, España está bien situada en la clasificación de personas mayores de 65 años en riesgo de pobreza (novena posición), con un registro bastante bajo comparado con otros países europeos.

Según las opiniones de expertos españoles que el informe de Beterlsmann hace suyas, “el impacto combinado de las dificultades económicas (crecientes tasas de paro junto a recortes en salarios y beneficios) y las medidas de austeridad (que han afectado a sanidad, educación, servicios sociales y programas de apoyo a discapacitados) ha exacerbado la marginalización”.

“El Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social del período 2013-2016 ha sido claramente insuficiente y las organizaciones sociales privadas han sido incapaces de cubrir ese hueco de prestación de servicios”, concluyen esos especialistas.