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Rajoy y otros presidentes del Gobierno ante los jueces por casos de corrupción

  • Es el primer presidente español en ejercicio en declarar ante un tribunal
  • Por esta situación también pasaron mandatarios de Francia, Alemania e Italia
  • Chirac, Sarkozy, Kohl y Berlusconi, entre los acusados más notables
  • Jospin, Villepin, Cameron y Tusk pasaron por el banquillo como testigos

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo.

Mariano Rajoy es el primer presidente del Gobierno en ejercicio que ha de comparecer en un tribunal para declarar como testigo en un caso de corrupción que afecta a su partido, pero no es ni mucho menos el único premier europeo en pasar por tal trance.

Tampoco es la primera vez que el líder del Ejecutivo en España se presenta ante un juez. Antes que Rajoy también pasaron por ello Adolfo Suárez y Felipe González, pero con la gran diferencia de que cuando lo hicieron -el primero por el caso Banesto en 1995 y el segundo por el caso Marey, una de las acciones del GAL, en 1998- ya no eran presidentes.

En Europa, otros dirigentes europeos también se vieron en la misma tesitura de tener que declarar ante un juez en países como Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, por causas relacionadas con la corrupción y la mayoría en calidad de acusados, lo que no ocurre en el caso de Rajoy, que es meramente testigo. A continuación, recopilamos los más destacados en los últimos años:

Francia, de derecha a izquierda

El expresidente francés Jacques Chirac (1995-2007)

El expresidente francés Jacques Chirac (1995-2007) EFE

En Francia, el conservador Jacques Chirac eludió el banquillo cuando era presidente escudándose en tal condición al juzgarse los casos de corrupción de su período en la Alcaldía de París. Sin embargo, una vez retirado, en 2011, fue condenado a dos años de cárcel por malversación de fondos públicos por ayudar en los años noventa a crear empleos ficticios para la financiación ilegal de su partido. No obstante, por motivos de salud ni declaró en el juicio ni tuvo que cumplir la pena. Fue el primer presidente de la Quinta República condenado, cuatro años después de expirar su mandato.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012)

El expresidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012)

Otro hito lo cumplió Nicolas Sarkozy al convertirse en el primer presidente de la República francesa que tuvo que declarar en condición de detenido -pasó 15 horas en prisión provisional en 2014-. Sarkozy fue imputado por corrupción activa, tráfico de influencias y violación del secreto profesional, en un momento en el que estaba vinculado a siete investigaciones judiciales y había sido imputado por abuso de debilidad en el caso Bettencourt, aunque le retiraron los cargos.

De nuevo, siendo expresidente y líder de la oposición conservadora, cuando sonaba como aspirante a la presidencia en 2017, Sarkozy fue imputado por la presunta financiación ilegal de su campaña para las elecciones presidenciales de 2012, en las que su partido habría sobrepasado el gasto máximo fijado por la ley, el conocido como caso Bigmalyon, por el que está previsto que vaya a juicio. Las sospechas de corrupción le hundieron en las primarias conservadoras, que ganó François Fillon, el siguiente en sufrir el descrédito de los tribunales cuando aspiraba a ser presidente, con el caso Penelopegate.

El ex primer ministro francés Dominique de Villepin

El ex primer ministro francés Dominique de Villepin. AFP

También en la izquierda francesa hay ejemplos, recordados estos días desde el PP para señalar por comparación que Rajoy no se enfrenta a una situación extraordinaria por tener que declarar como testigo. En esa condición declaró en 2001 el primer ministro Lionel Jospin por la supuesta financiación ilegal del Partido Socialista Francés, en el llamado caso Destrade.

Y en 2006, el primer ministro Dominique Villepin fue citado en el caso Clearstream, una trama de listas bancarias falsificadas para desacreditar a políticos y personas relevantes de Francia, entre ellos Nicolas Sarkozys.

Alemania: el presidente Wulff y el canciller Kohl

Los casos de corrupción también abochornaron en Alemania a todo un presidente de la República, Christian Wulff, y al totémico canciller de la reunificación alemana y europea, Helmut Kohl.

El primero dimitió como presidente federal en 2012, cercado por los casos de corrupción y de tráfico de influencias con empresarios alemanes, tras menos de dos años en el cargo. Un año después, se convirtió en el primer presidente tras la unificación alemana en sentarse ante los tribunales para hacer frente al cargo de corrupción. Le acusaban de haber aceptado 720 euros por la estancia y las comidas de un hotel durante el festival del Oktoberfest siendo presidente. Wulff fue declarado inocente, pero su prestigio político quedó arrasado y decidió volver a la abogacía.

Helmut Kohl, canciller alemán entre 1982 y 1998.

Helmut Kohl, canciller alemán entre 1982 y 1998. EFE

Helmut Kohl, que murió el pasado mes de junio, el canciller que más años gobernó Alemania, también tuvo que declarar ante el juez, también como ex jefe de Gobierno. Fue en 1999, tan solo un año después de dejar la cancillería, para admitir que había aceptado hasta dos millones de marcos entre 1993 y 1998 de donantes a los que se negó a identificar.

La investigación sobre la financiación de la CDU y el llamado Spendaffäre, el caso de corrupción más grave de Alemania, que conllevó una comisión parlamentaria ante la que Kohl tuvo que comparecer, supusieron el fin de su carrera y una profunda crisis en la formación conservadora, aunque Kohl no fue a la cárcel y el tribunal le sancionó solo con una multa. Aún tuvo que volver a sentarse en 2005 ante el juez como testigo en el caso contra su secretario de Estado de Defensa, acusado de soborno y evasión fiscal, considerado un hombre clave en la financiación ilegal del CDU.

Italia: Berlusconi, de juicio en juicio

El ex primer ministro, Silvio Berlusconi, dirigiéndose a sus simpatizantes AFP PHOTO / FILIPPO MONTEFORTE

El rosario de investigaciones judiciales que ha tenido que afrontar el expresidente italiano Silvio Berlusconi requeriría una monografía aparte. Se le ha acusado de falsificar documentos, defraudar al fisco, cooperar con la mafia, sobornar a jueces o incluso de prostituir a menores. Es también el primer jefe de Gobierno italiano que ha comparecido ante los tribunales.

De esta acumulación de juicios cosechó una condena de tres años por sobornar a un senador que facilitó la caída del gobierno de Romano Prodi, otra condena de cuatro años por fraude fiscal -que quedó reducida a un año- y la absolución de incitación a la prostitución de menores en el conocido como caso Ruby.

Con todo, por diferentes razones, no ha llegado a pisar la cárcel. Es más, debido a su edad, la condena por fraude fiscal de su empresa Mediaset la cumplió realizando trabajos sociales en un centro de ancianos.

Cameron, Tusk y Bertie Ahern, también ante el juez

El ex primer ministro británico David Cameron

El ex primer ministro británico David Cameron. AFP

El primer ministro británico David Cameron es otro ejemplo citado por el PP estos días de un mandatario europeo que compareció ante un tribunal como testigo. En el caso del político conservador, declaró en 2012 por el escándalo de las escuchas ilegales del periódico News of the World, y tuvo que explicar los motivos por los que contrató como director de comunicación a Andy Coulson, que fue director de este medio y terminó condenado a 18 meses de cárcel.

Del mismo modo, Donald Tusk, exprimer ministro de Polonia y presidente del Consejo Europeo, fue llamado a declarar como testigo el pasado mes de marzo por un caso contra los servicios secretos de su país, en el que se investigaba si la inteligencia polaca cooperó sin autorización con otros países.

Otro destacado mandatario europeo que tuvo que pasar por el banquillo fue el primer ministro irlandés Bertie Ahern, que tuvo que declarar en 2006 y 2007 por haber aceptado más de 60.000 euros de empresarios en dos ocasiones, entre 1993 y 1994, cuando era ministro de Economía y Finanzas y se enfrentaba a un costoso divorcio. Logró salir reelegido presidente en 2007, pero al año siguiente tuvo que dimitir ante nuevas sospechas de corrupción. En 2012, fue absuelto, aunque no se libró de las sospechas y tuvo que acabar dimitiendo como presidente de la coalición demócrata-progresista del Fianna Fáil.

Uno de los últimos mandatarios europeos en la situación de Rajoy ha sido el primer ministro de Malta, el laborista Joseph Muscat, que tuvo que declarar como testigo el pasado mes de abril por el supuesto vínculo de su mujer con una empresa fantasma aparecida en los papeles de Panamá, lo que no le ha impedido ganar las elecciones anticipadas que convocó el pasado mes de junio y revalidar su mandato.

Como apéndice, cabe mencionar que fuera de Europa la rendición de cuentas de un presidente del Gobierno ante la justicia tampoco es un fenómeno infrecuente. En los últimos dos años, cuatro expresidentes latinoamericanos han sido arrestados: Otto Pérez Molina (Guatemala), Rafael Callejas (Honduras), Ricardo Martinelli (Panamá) y Ollanta Humala (Perú).

La expresidenta de Argentina Cristina Kirchner acumula tres procesamientos por distintos casos de corrupción; el expresidente peruano Alejandro Toledo está en busca y captura y se encuentra prófugo en Estados Unidos, y al expresidente de Brasil Lula da Silva le acaban de condenar a nueve años de cárcel por corrupción y lavado de dinero, a la espera de una sentencia firme. En Chile, Michelle Bachelet declaró el año pasado como testigo en un caso de tráfico de influencias de la empresa Caval, de la que su nuera es socia y en la que trabajó su hijo.