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Sarkozy, imputado por financiación ilegal de su campaña para las elecciones presidenciales de 2012

  • El partido del expresidente francés sobrepasó el límite de gastos fijado por ley
  • Una empresa emitió facturas falsas para la UMP, el partido de Sarkozy
  • Otros cargos del partido han admitido su participación en la trama ilegal

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El expresidente francés Nicolás Sarkozy llega en coche al juzgado para declarar por la supuesta financiación irregular de la campaña electoral de 2014, el 16 de febrero de 2016. AFP/Thomas Samson
El expresidente francés Nicolás Sarkozy llega en coche al juzgado para declarar por la supuesta financiación irregular de la campaña electoral de 2012 AFP/Thomas Samson

El expresidente francés y líder de la oposición conservadora, Nicolas Sarkozy, ha sido imputado por la presunta financiación ilegal de su campaña para las elecciones presidenciales de 2012, en las que se sospecha que su partido sobrepasó el gasto máximo fijado por la ley, lo que compromete sus aspiraciones de ser de nuevo candidato a la presidencia de Francia en 2017.

Sarkozy, que ha estado declarando ante los magistrados de la Fiscalía de París durante casi doce horas, ha sido declarado además "testigo asistido", una figura a medio camino entre la imputación y el simple testigo, por los cargos de fraude y abuso de confianza, según ha informado la Fiscalía.

Esa segunda figura jurídica implica que, aunque no se hayan encontrado pruebas suficientes contra él, puede ser llamado a declarar de cara a una eventual imputación. Su abogado, Thierry Herzog, ha asegurado ante la prensa tras la declaración que, aunque tiene previsto presentar los recursos pertinentes, está satisfecho de que no se le haya imputado por esos últimos cargos y no se haya manchado su nombre con esas prácticas.

Sin embargo, la nueva imputación por finaciación ilegal se suma a la recibida en julio de 2014 por "corrupción activa", tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional, justo cuando Sarkozy prepara las primarias de su partido para volver al poder en 2017.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy, durante un acto de su partido en París este mes de febrero

El expresidente francés Nicolas Sarkozy, durante un acto de su partido en París este mes de febrero. REUTERS

El expresidente asegura que no conocía la trama

En esta ocasión, el expresidente ha comparecido ante la justicia francesapor el denominado caso Bygmalion, que debe su nombre a una empresa que emitió facturas falsas por unos 18,5 millones de euros para que la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Sarkozy (rebautizado ahora como Los Republicanos), asumiera gastos que en realidad iban destinados a financiar la campaña.

Los magistrados sospechan que los responsables de la campaña crearon ese sistema fraudulento para cargar a la UMP parte de los gastos electorales con el objetivo de no superar los 22,5 millones permitidos por la ley y tratan de aclarar el papel que Sarkozy pudo tener en la elaboración de esas facturas.

El líder conservador ha reiterado en diversas ocasiones que no había oído el nombre de Bygmalion hasta tiempo después de esa campaña, y alega también que en ese periodo él no se ocupaba de los detalles porque debía dedicarse a gobernar, dado que era presidente en funciones.

"Cuesta creerlo, y sin embargo, lo juro, es la estricta verdad: No sabía nada de esa compañía hasta que el escándalo estalló", insiste el expresidente en su último libro, La France pour la vie, lanzado el pasado enero.

Escándalo de financiación ilegal en la derecha francesa

Varios miembros del partido están imputados

El escándalo se presentó al principio como un presunto desvío de fondos que afectaba a la dirección del partido, que se había hecho cargo de las sanciones de más de medio millón de euros impuestas por el Consejo Constitucional por sobrepasar ese tope legal. Sin embargo, el caso dio un giro cuando, en mayo de 2014, el abogado del gabinete de comunicación, Patrick Maisonneuve, afirmó que la empresa había emitido las facturas para los mítines de Sarkozy.

Por el momento, hay hasta trece imputados en esta causa, entre ellos los dirigentes de Bygmalion, pero también varios dirigentes de la UMP, como el ex director general Eric Cesari y los dos responsables de la campaña, Guillaume Lambert y Jérôme Lavrilleux. Este último afirmó en cotubre que tanto Sarkozy como "toda la cadena de mando" conocían las irregularidades y el pasado 8 de febrero, el entonces jefe de la formación de derechas, Jean-François Copé, compareció también ante los jueces de instrucción y fue declarado testigo asistido.

Nicolas Sarkozy se ha visto salpicado en numerosas causas judiciales desde que dejó el Elíseo, tras su derrota frente al socialista François Hollande. Pese a todo, el líder conservador ha mostrado su intención de aspirar de nuevo a la presidencia dentro de un año y medio, cuando termina el mandato de Hollande y Francia volverá a elegir presidente..

Los franceses se preguntan ahora cómo puede compaginar Sarkozy su estrategia política con dos imputaciones, pese a la presunción de inocencia, y en un momento en que su autoridad se ve contestada dentro del partido y los sondeos apuntan como favorito del centroderecha a su principal rival para las primarias, Alain Juppé.