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La CNMC pide que las eléctricas asuman los 150 millones anuales de fraude eléctrico

  • Hasta ahora eran los consumidores quienes sufragaban estas pérdidas
  • Competencia señala que el fraude cada vez es mayor y más sofisticado

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Un técnico de mantenimiento repara una torre de alta tensión
Un técnico de mantenimiento repara una torre de alta tensión.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha propuesto que sean las compañías eléctricas y no los consumidores quienes asuman las pérdidas de suministro eléctrico que cada año registra la red española, estimadas en 150 millones de euros anuales, y que en su mayor parte vienen generadas por la comisión de fraudes en las conexiones.

El superregulador considera que, de esta forma, se incentivaría a las compañías a reducir estas pérdidas de electricidad y a atajar el fraude, que además registra desde 2012 un "significativo aumento y profesionalización". "Incluso ha proliferado el fraude organizado", alerta.

La CNMC señala a este fraude como la principal causa de las pérdidas de electricidad que cada año registra la red eléctrica española. Otro pequeño porcentaje deriva de fallos técnicos, lecturas no realizadas o falta de mantenimiento.

No obstante, recuerda que en la actualidad, según la Ley del Sector Eléctrico, la energía defraudada "no supone una disminución de los resultados de las compañías eléctricas, sino un mayor coste para los consumidores". "Son estos quienes sufragan el coste que los efectos del fraude suponen para el sistema", asegura.

La propuesta de Competencia

Por ello, tras constatar el aumento de pérdidas del sistema eléctrico y del fraude con el operador y a las principales compañías distribuidoras, Competencia ha elaborado un informe con una propuesta para atajar ambos problemas.

Así, por un lado, pide revisar el actual incentivo que se da a las empresas distribuidoras para controlar el fraude. Por otro, propone dos alternativas para achacar la responsabilidad sobre las pérdidas del sistema.

La primera opción pasa por que el distribuidor sea el responsable de comprar la diferencia de pérdidas reales y estándares (las derivadas de defectos técnicos del sistema). De esta forma, las pérdidas reales, y no las técnicas, se asumirían por "los responsables de la calidad de la red y no por el consumidor".

La segunda contempla que el comercializador siga siendo el responsable de comprar las pérdidas del sistema como ahora ahora, pero que el distribuidor le financie la diferencia entre las perdidas técnicas y las reales.

"En ambos casos, el coste de las pérdidas reales incidiría de forma inmediata sobre los ingresos de los distribuidores, por lo que se reforzaría el incentivo a la reducción de pérdidas", argumenta el organismo que preside José María Marín Quemada.

"Sofisticación" del fraude

La Comisión señala además la necesidad de fomentar una acción conjunta y armonizada por parte de las administraciones para luchar contra el fraude, "dada la disparidad de criterios actual a escala estatal y autonómica".

En su informe, la CNMC alerta no sólo del "significativo" aumento del fraude, sino de su "sofisticación, que cada vez hace más difícil su detección".

Entre las distintas modalidades de fraude cita los enganches directos y sin contratos a la red de distribución o a instalaciones de otro usuario, o la colocación de derivaciones para suministrar energía a una instalación no prevista en el contrato.

También se defrauda mediante la manipulación de los contadores de energía para alterar el registro de consumos, con la realización de puentes o la instalando determinados dispositivos, o mediante la manipulación del interruptor del control de potencia.

Además del perjuicio económico para los consumidores, la CNMC alerta de que el fraude constituye también un "grave problema de seguridad", para quienes lo cometen y para los operarios que trabajan con las redes de eléctricas manipuladas, y genera problemas técnico, por las averías que ocasiona.