Enlaces accesibilidad

El difícil camino de la reinserción laboral: "Haga lo que haga siempre seré un expresidiario"

  • Muchos colectivos son vulnerables a la exclusión social y laboral
  • Inmigrantes, parados de larga duración, o expresidiarios, son algunos de ellos
  • El reto es conseguir su reincorporación a la sociedad con la ayuda de todos

Enlaces relacionados

Por
Educación, clave para la reinserción social

“Cuando sales de prisión no te dan la oportunidad de demostrar lo que vales. Dentro de la cárcel sí preparan a la gente para integrarse, pero a los de fuera, que son -al fin y al cabo- quienes te tienen que dar trabajo, nadie les prepara para integrarnos”.

Son las palabras Andrés, un madrileño de 43 años que sabe muy bien lo que es entrar y salir de prisión y enfrentarse a la dura tarea de intentar reincorporarse a la vida laboral después de un largo tiempo fuera de ella.

Durante sus periodos en libertad ha estado trabajando por temporadas en el sector de la construcción y en la actualidad -mientras busca trabajo- vende las manualidades que aprendió a hacer en la cárcel. "Mientras me sale algo, me saco un dinerillo vendiendo pulseras, pitilleras etc..", cuenta.

La reinserción laboral, ¿una realidad?

El artículo 25.2 de la Constitución Española recoge como derecho fundamental que las penas privativas de libertad deben estar orientadas hacia la reeducación y reinserción social de las personas presas.

En teoría, el sistema penitenciario español concibe el tratamiento penitenciario como el conjunto de actuaciones directamente dirigidas a la consecución de este fin. Pero ¿hasta qué punto la reinserción laboral y social es una realidad? ¿De verdad se llega a conseguirla o simplemente se intenta?

En opinión de Andrés -que ha estado un total de 14 años en prisión- en España un expreso siempre será un expreso de cara al resto de la sociedad, y por mucho que le preparen para cuando salga en libertad, fuera se lo ponen muy difícil.

Es muy difícil encontrar trabajo, sobre todo después de una larga condena

“En prisión te dan todo tipo de charlas pero nunca te preparan realmente para cuando sales y debes enfrentarte al mercado laboral, sobre todo después de una larga condena ya que en tu currículum hay un largo espacio en el que no existe vida laboral”, explica a RTVE.es.

Y tras la cárcel, ¿qué?

Desde Instituciones Penitenciarias tienen varios programas de reinserción laboral cuyo fin es asesorar en la búsqueda de un puesto de trabajo. Para ello, se les proporciona información básica sobre las relaciones laborales y la organización de las empresas, al tiempo que se les educa en la prevención de riesgos laborales.

Estos programas engloban actividades de formación para el empleo, adquisición de experiencia laboral a través de talleres, orientación laboral, acompañamiento para la inserción laboral y apoyo para el autoempleo. Solo durante el año 2009 se desarrollarón 72 módulos en las cárceles españolas de "Formación y Orientación para el Empleo" en los que participaron un total de 1.080 internos.

A nadie le gusta trabajar codo con codo con un expresidiario

Con casi media vida en el interior de varias prisiones madrileñas, Andrés tiene claro que nadie les facilita la tarea de encontrar empleo. “Al principio siempre tienes dificultades para encontrar trabajo y sobre todo para mantenerlo ya que es necesario mentir en los currículum. A nadie le gusta trabajar codo con codo con un expresidiario” explica.

Andrés se queja de que hay muy pocas empresas concienciadas con este tema y lo dice con conocimiento de causa ya que en la actualidad lleva meses buscando empleo sin éxito.

Como explica este exconvicto son muchos los obstáculos que te ponen las empresas a la hora de hacerte un contrato laboral. “Si conocen tu pasado, te ponen todos los obstáculos posibles. Si te contratan, en cuanto se enteran de que has estado en prisión, te despiden fulminantemente”, cuenta Andrés indignado.

Solo un 5% de los reclusos en España tiene estudios universitarios

Un estudio realizado recientemente por la Fundación Atenea destaca que el 32,4% de las personas que entraron en prisión estaban en paro antes de su ingreso y el 35,8% solo contaba con recursos procedentes de la economía sumergida. Este estudio también destaca otro dato relevante y es que solo un 5% de los reclusos en España tiene estudios universitarios.

En muchos casos, sí es posible

Pero también hay que destacar que en muchos casos sí que es posible la reinserción laboral. Así se desprende de un estudio realizado a nivel europeo por el Centro de Investigación sobre Estudios del Trabajo y Vida Cotidiana de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre el éxito de las políticas de reinserción de expresos.

El estudio se basó en las trayectorias laborales de 3.225 antiguos internos de nacionalidad española en libertad definitiva en Cataluña entre los años 2004 y 2007. De todos ellos, un 43,6% consiguió alguna ocupación con alta en la Seguridad Social, frente a un 33,4% que no y un 22,9% de los casos, que reincidió.

Los datos en Andalucía también son positivos como lo demuestran las historias de las aproximadamente 12.000 personas que durante la última década han pasado por el Servicio Unificado de Renovación y Generación de Empleo  y que han conseguido un trabajo, a través del cual, han logrado salir de la situación de riesgo de exclusión social en la que vivían. De ellos, unos 2.800 contratos se han realizado en los dos últimos años, en 2009 y 2010.

El medio abierto, una herramienta eficaz

Otra de las herramientas que se ha demostrado más efectiva ha sido el cumplimiento de la pena en medio abierto. El medio abierto alberga un importante segmento de población reclusa que, cumpliendo condena, se encuentra en un proceso acreditado de inserción social.

Las personas clasificadas en tercer grado de tratamiento disfrutan de un régimen de vida que permite la excarcelación motivada diaria para su integración social, utilizando los recursos comunitarios existentes. Es decir, el preso puede salir a trabajar fuera de la cárcel y regresar a dormir a su celda.

Según los datos aportados por Instituciones Penitenciarias, en el segundo semestre de 2011, un total de 2.318 presos consiguieron un trabajo remunerado en régimen de tercer grado. "Este dato correspondería a un 42% del total de la población en medio abierto, no sobre la población activa.", explica a RTVE.es Santos Rejas, subdirector general de Medio Abierto.

Aparte de los reclusos hay más colectivos en la sociedad que están también en riesgo de exclusión social como pueden ser los inmigrantes ilegales, las personas discapacitadas, las amas de casa o los parados de larga duración.

El reto está ahora en conseguir su reincorporación a la sociedad con la ayuda de todos. Algo difícil y que muchos, como Andrés, creen que conseguirlo es casi una utopía. "Por mucho que haga o deje de hacer siempre seré un expresidiario. Los muros de las prisiones no solo separan familias y destrozan futuros, sino que también te separan para siempre de lo que antes era tu vida".