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Ruta por El Hierro: imprescindibles de la isla más joven de Canarias

Turismo rural en el mundo - El Hierro: la isla del Meridiano
Juan Frutos

El Hierro es la isla de más pequeña del archipiélago canario y también la más reciente en términos geológicos: apenas cuenta con 1,2 millones de años. En su territorio residen cerca de 11.000 personas, distribuidas principalmente entre Valverde, La Frontera y El Pinar.

Apodada como la isla de los mil volcanes, El Hierro alberga asombrosas estructuras originadas por la solidificación de la lava a lo largo de los siglos. La riqueza natural de este rincón atlántico ha llevado a la UNESCO a declararlo Reserva de la Biosfera y Geoparque en su totalidad. Turismo rural en el mundo recorre este entorno excepcional de punta a punta, desde el litoral de Tamaduste hasta los límites occidentales en la Punta de Orchilla.

Reserva de la Biosfera

Una sierra de El Hierro con molinos y el mar a lo lejos Getty Images

Un sendero entre volcanes y especies únicas

El camino natural GR-131 es el trazado que sigue el programa para explorar la isla. Comienza en Tamaduste, en la zona noreste. En este territorio insular se contabilizan unos 500 cráteres visibles y alrededor de 300 ocultos bajo erupciones más recientes. La actividad volcánica ha condicionado profundamente las plantas locales, que se caracteriza por su singularidad. Se registran unas 150 especies endémicas del archipiélago y 11 que solo brotan en El Hierro.

La calma del mar más al sur de España

La Restinga es una aldea costera situada al sur, el enclave habitado más meridional de España. Nació en los años 60 como asentamiento de pescadores procedentes de La Gomera. Su litoral, apodado Mar de las Calmas, ofrece aguas serenas, sin apenas viento ni corrientes, gracias al relieve de la zona de El Julan. Esta tranquilidad convierte el lugar en una opción ideal para la navegación.

La Restinga, en El Hierro

El puerto y la playa de La Restinga, en la isla de El Hierro Getty Images

Contemplar El Hierro desde el agua permite descubrir un perfil impactante: la lava, al alcanzar el océano, ha modelado acantilados, formaciones rojizas y calas de aspecto abrupto. El contraste entre los tonos oscuros de las rocas y el azul profundo del mar crea un escenario difícil de olvidar.

Final de ruta en la antigua línea del meridiano cero

La travesía continúa por las alturas, siguiendo la cresta en forma de U que divide los principales valles. El Pico Malpaso, con 1.500 metros, corona la isla y permite observar el territorio completo, e incluso las nubes que a menudo cubren su cima. El recorrido finaliza en la Punta de Orchilla, extremo occidental, donde concluye el GR-131 tras unos 40 kilómetros de caminata. Una ruta que resume la esencia de esta joya tranquila del Atlántico.