La pasión viviente de Balmaseda, una de las tradiciones más célebres de Euskadi
- La mítica pasión viviente de Balmaseda en Euskadi ejemplifica la gran responsabilidad de representar a Dios
- Descubre más tradiciones de la Semana Santa en ‘Pasión y gloria’ (https://www.rtve.es/play/videos/pasion-y-gloria/), disponible en RTVE Play


Jueves y Viernes Santo el casco histórico de Balmaseda se convierte en un escenario viviente. El viacrucis era una procesión penitencial por las epidemias con los principales personajes bíblicos, pero la incorporación de nuevos personajes y escenarios la ha llevado a convertirse en lo que es actualmente una representación teatral en la que participa gran parte del pueblo de la primera villa de Vizcaya. En 'Pasión y Gloria' se descubre la pasión viviente de Balmaseda, una de las más célebres de Euskadi en Semana Santa.
Los orígenes
Todo empieza Domingo de Ramos con la recreación de los orígenes del Vía Crucis viviente, donde peregrinos penitentes salen del Campo de las Monjas hasta el monte Kolitza cargando un total de 14 cruces a sus hombros. Esta representación hace referencia a los pueblerinos que rogaban para que terminaran las plagas que avasallaron el municipio a finales de siglo XV, tal y como apuntan algunos autores. Sin embargo, no hay documentos que confirmen la existencia de esta festividad hasta 1771.
Jueves Santo
En Jueves Santo se lleva a cabo la procesión de los pasos. En la plaza de San Severino de la villa vizcaína se inicia un recorrido donde romanos y penitentes encapuchados y descalzos cargan con cruces, acompañados de la Coral Kolitza y una banda musical, que amenizan la celebración. Posteriormente, se representa La Última Cena, donde se teatralizan las escenas del Concilio de los Sacerdotes, la Última Cena, la oración en el Huerto de los Olivos, el prendimiento de Jesús y el juicio ante los sacerdotes.
Romanos y penitentes en la pasión viviente de Balmaseda.
El esperado Vía Crucis
El Viernes Santo es el día más intenso. En primer lugar, se lleva a cabo el Juicio ante Pilato, donde se recrea el ahorcamiento de Judas y el juicio de Jesús ante Poncio Pilato en el Pretorio. Se escenifica la flagelación de Jesús, la liberación de Barrabás y el Ecce Homo, la primera caída y el encuentro con María Magdalena y con la Virgen María.
Finalmente, se produce el Vía Crucis, un desfile de los personajes ya aparecidos en las anteriores celebraciones que configuran un acto tan vistoso como dramático. Jesús pronuncia sus últimas palabras y es descendido y trasladado al sepulcro. Horas después, es el turno de la procesión del entierro, donde se constituye un ambiente de profunda tristeza y recogimiento. La celebración en su conjunto termina con la procesión del silencio, donde la Guardia Romana acompaña al Cristo del Cementerio y la Dolorosa al camposanto en una atmósfera de silencio sepulcral con cientos de velas encendidas sostenidas por los asistentes del evento.
Imágenes correspondientes a la celebración de la pasión viviente de Balmaseda.
La presión de representar a Dios
Interpretar al personaje más famoso de la historia es toda una responsabilidad, y hacerlo en tu pueblo, aún más. Por ello, hay que sacrificarse: dejarse crecer la barba y el pelo, pasar por un proceso de preparación física y llevar una cruz enormemente pesante, de unos 70 kilos, durante más de una hora. Con todo eso, hay que completar un recorrido largo, de varios kilómetros, con la cruz en los hombros. Tres caídas, subidas, bajadas, escaleras… es duro, y por eso también hay que prepararse psicológicamente, como si de deporte de élite se tratara.
La juventud se implica con mucha intensidad, frecuencia y trabajo en esta festividad. Cualquiera puede presentarse para interpretar uno de los personajes, pero un porcentaje importante no puede salir porque no reúne las condiciones físicas, psicológicas e interpretativas. Los elegidos deben saber expresarse, vocalizar bien y sentir lo que dicen a través de unos diálogos muy amplios. Hay que estar muy seguro y extremadamente tranquilo para actuar delante de tanta gente, de la cual una gran parte está llorando. Algunos, incluso, se desmayan por culpa del calor y la emoción.