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EE.UU. anuncia la ampliación de los Acuerdos de Abraham con la normalización de relaciones entre Israel y Kazajistán

  • Kazajistán será el primer país del segundo mandato de Trump en unirse a los Acuerdos
Firma de los Acuerdos de Abraham en 2020
El ministro de Asuntos Exteriores de Baréin, el primer ministro de Israel, el presidente de Estados Unidos, y el ministro de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, firman los Acuerdos de Abraham en la Casa Blanca, el 15 de septiembre de 2020 Alex Wong/Getty Images
RTVE.es

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado que Kazajistán será el primer país de su segundo mandato en unirse a los Acuerdos de Abraham, que desde hace cinco años normalizan las relaciones entre Israel y varios países de mayoría musulmana. El mandatario ha asegurado que "hay muchos más países que intentan unirse a este selecto grupo de potencias".

Kazajistán ya mantiene relaciones diplomáticas plenas y lazos económicos con el Estado hebreo, por lo que esta medida sería prácticamente simbólica. "Este asunto se encuentra en la etapa final de las negociaciones", ha declarado el gobierno kazajo en un comunicado. Astaná ha declarado que el asunto se encontraba en la etapa final de las negociaciones.

Esto sucede en un momento en el que Estados Unidos busca ganar influencia en una región dominada durante mucho tiempo por Rusia y cada vez más cortejada por China. El proceso de los Acuerdos de Abraham es una prioridad diplomática para Trump, algo que le permitiría seguir reforzando su papel como gran mediador internacional.

Otros países de Asia Central, como Azerbaiyán y Uzbekistán, que mantienen estrechos lazos con Israel, también han sido considerados como posibles candidatos a unirse a los Acuerdos de Abraham, considerados un logro emblemático de la política exterior del primer mandato de Trump.

Un giro diplomático que cambió las relaciones de la región

La normalización de relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos y Baréin pilló por sorpresa al mundo, en lo que se bautizó como los Acuerdos de Abraham, a los que luego se sumarían Sudán y Marruecos, un giro diplomático que cambió el paradigma que dictó por más de medio siglo las dinámicas de la región.

Auspiciados por el expresidente estadounidense Donald Trump, los acuerdos se firmaron el 15 de septiembre de 2020, en una ceremonia solemne en la Casa Blanca, por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el ministro emiratí de Exteriores, Abdulá bin Zayed al Nahyan, y su homólogo de Baréin, Abdulatif bin Rashid al Zayani.

Fue el propio Trump quien comunicó por Twitter el 13 de agosto de 2020, de forma totalmente inesperada, que Israel y EAU normalizarían relaciones; procedimiento que repitió el 11 de septiembre con Baréin; unos anuncios poco ortodoxos que se oficializaron con la rúbrica de ese pacto, a los que luego se adhirieron Sudán y Marruecos. Cinco años después, los vínculos no se han roto, de hecho se han mantenido sólidos en materia económica y comercial —especialmente con Emiratos—. Ni siquiera la dura ofensiva militar iniciada por Israel en Gaza, a raíz de los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, rompió con los acuerdos.

Los Acuerdos de Abraham quebraron el consenso árabe de no tejer lazos con Israel hasta la creación de un Estado palestino, pero respondieron a la necesidad de forjar un frente común contra Irán, potencia nuclear vista como una amenaza tanto por Israel como por varias monarquías del Golfo, incluida Arabia Saudí. Aun sin vínculos formales, los contactos en la sombra entre el Estado judío y la wahabita han sido un secreto a voces en los últimos años. De hecho, los rumores y filtraciones sobre una normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí cobraron fuerza en verano de 2023; funcionarios israelíes apuntaban al fin de ese año como la fecha del anuncio; pero los ataques del Hamás del 7 de octubre lograron truncar esos planes, uno de los objetivos declarados de los atentados.

Tras el inicio del alto al fuego en Gaza, Trump se ha mostrado optimista sobre las perspectivas de que Arabia Saudí, potencia regional, se una a los acuerdos, aunque Riad no ha mostrado ninguna disposición a avanzar sin al menos una vía hacia la fundación de un Estado palestino.