El papa y Abás coinciden en la urgencia de ayudar a Gaza y en la solución de dos Estados
- Se cumplen diez años del Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina
- El presidente palestino mantendrá reuniones con la primera ministra Giorgia Meloni
El papa León XIV y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, han coincidido en la reunión que han mantenido este jueves en el Vaticano en la urgencia "de prestar ayuda a la población civil de Gaza y poner fin al conflicto, persiguiendo la perspectiva de la solución de los dos Estados".
Así ha informado el Vaticano en una escueta nota y ha añadido que la audiencia se produce con motivo del décimo aniversario del Acuerdo Global entre la Santa Sede y el Estado de Palestina. La Santa Sede ha reconocido oficialmente al Estado de Palestina en 2015 mediante un acuerdo bilateral y ha apoyado desde siempre la solución de "dos Estados" para conseguir la paz, pero reconociendo a Jerusalén con un estatuto especial para garantizar la libertad religiosa.
Abbas se reunirá con Giorgia Meloni
El presidente palestino ha llegado el miércoles a Roma, en una visita oficial de tres días en la que mantendrá reuniones con el jefe de Estado, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni.
Justo en la tarde del miércoles, después de su llegada a Roma, el presidente palestino visitó Santa María la Mayor para un momento de reflexión ante la tumba del papa Francisco. "Vine a ver al Papa Francisco porque no puedo olvidar lo que hizo por Palestina y el pueblo palestino, y no puedo olvidar que reconoció a Palestina sin que nadie se lo pidiera", declaró Mahmud Abás a los periodistas que lo esperaban.
Abás también recordó las llamadas telefónicas de Jorge Bergoglio a las familias palestinas afectadas, incluidos los miembros de la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza.
Abás ya había mantenido una conversación telefónica con León XIV el 21 de julio en la que se habló de la evolución del conflicto en la Franja de Gaza y el pontífice reiteró su llamamiento al pleno respeto del derecho internacional humanitario, haciendo hincapié en la obligación de proteger a los civiles y los lugares sagrados, así como en la prohibición del uso indiscriminado de la fuerza y el desplazamiento forzado de poblaciones.