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Análisis

El conflicto entre Israel e Irán: ¿la hora de la verdad?

El conflicto entre Israel e Irán: ¿la hora de la verdad?
Equipos de rescate inspeccionan entre los escombros de un edificio en Tel Aviv JOHN WESSELS / AFP
ANGELA RODICIO

Las llamadas del presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, al levantamiento de los iraníes contra su régimen totalitario, mientras intenta acabar con sus centros de comando y control—descabezando directamente a su cúpula del poder, empezando por la militar— imponen un escenario en Oriente Próximo que aspira a ser el último capítulo de una larga historia.

Una larga historia que comenzó en 1979 con la primera revolución islámica que llevó a los ayatolás chiitas al poder en Irán. La República Islámica de Irán. En la zona, a los ayatolás se les llama simplemente mulás, versados en Mahoma para abreviar. Los ladrillos de construcción del edificio islámico más alto que se ha levantado, Irán.

Que ahora recibe impacto tras impacto con los ataques “quirúrgicos” de Israel. Con una operación denominada León que ruge, o que se levanta. Al parecer, un nombre tomado del Antiguo Testamento, del Libro de los Números. El león sería Israel, e Irán, su presa. Según otras versiones, el león sería el de la bandera persa que ondeaba bajo el sha —rey— Pahlevi antes de que llegaran los ayatolás, los mulás.

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En los primeros ataques contra apartamentos y dormitorios, en la noche del jueves día 12, importantes figuras de la Guardia Revolucionaria —las tropas que sustituyeron al ejército regular del sha— cayeron probablemente mientras dormían. Empezando por el general Salemí, conocido por la ferocidad con la que aplastó las revueltas del movimiento femenino 'Mujer, Vida, Libertad' del otoño del año 2022.

No menos odiados el resto de los caídos.

Irán responde

Cuando volvió a caer la noche del día 12 al 13, Irán, como había anunciado su presidente, Alí Jameneí —otro de cuyos familiares políticos, el general Bagherí, también había sido asesinado—, iniciaba sus contraataques contra Israel: oleadas de misiles y drones. Dron por dron, misil por misil, la versión posmoderna, israelí e iraní, de la antigua ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.

En última instancia se trata de una lucha existencial. Israel no puede permitirse una potencia nuclear hostil en la zona. Que una sola bomba nuclear de Irán pueda acabar con su país. Por otra, Irán, que ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, responde que Israel no lo ha hecho, y contaría al menos con 400 bombas atómicas.

Irán responde al ataque israelí con el lanzamiento de más de 200 misiles

El denominado Frente de Resistencia anti-israelí, formado por Irán con milicias afines en Líbano (Hezbolá, el partido de Dios pro-iraní); en Siria; Hashd al Shaabi, o milicianos de Dios, en Iraq, también conocidas como fuerzas de movilización popular; los partisanos de Dios de Yemen, Ansar Allah; Hamás en Palestina… Todos han sido descabezados en los últimos tres años, después de la masacre de más de mil civiles israelíes a manos de Hamás en el desierto del Néguev, que ha llevado el infierno a Gaza.

La Administración Trump estaba llevando a cabo, en Omán, negociaciones directas con Irán para llegar a un acuerdo sobre la materia con los ayatolás, o mulás. La sexta ronda estaba prevista para el domingo día 15. Cuando comenzaron los bombardeos israelíes en una atmósfera similar a la serie israelí, 'Teherán'. Una tensión psicológica insostenible, plagada de infiltraciones y moderna tecnología al servicio de odios antiguos.

La OTAN subrayaba que el ataque israelí sobre Irán era “unilateral”. Trump, como siempre, se desdecía sin pudor. Por una parte, Estados Unidos no había participado; por otra, el armamento y modernos sistemas de ataque de Tel Aviv no pueden ser sino norteamericanos.

Las imágenes nocturnas de los misiles balísticos iraníes sobre los cielos de las ciudades israelíes, en algunos casos burlando la denominada “cúpula de hierro” anti-misiles y anti-drones, mantienen a los ciudadanos en los refugios.

A la espera de conocer el número de víctimas civiles en Irán y en Israel, el nuevo giro del ojo por ojo y diente por diente, con el objetivo final de cambio de régimen en Irán —como antes en Siria—, permanece como el espejismo del gobierno de ultraderecha israelí.

Israel lanza un bombardeo masivo contra Irán

Irán, sin internet

Así como el primer ministro israelí apelaba al levantamiento de los iraníes contra su régimen de gobierno, el de Irán, Masud Pezeshkian, como la guía suprema, Jameneí, llamaban a la unidad en su país contra el enemigo externo. Una de sus primeras medidas para “facilitar” esa tarea, cortar internet. No parece mostrar mucha confianza en el nivel de resistencia de sus connacionales.

En el séptimo año de drásticas sanciones económicas de la comunidad internacional sobre Irán, la vida en el país es dramática. Faltan medicamentos, productos de primera necesidad, y su economía está de rodillas. Ni siquiera circula dinero porque los precios suben cada día y si se acuñara más moneda, Irán debería declarar ipso facto la bancarrota. La primera Administración Trump, en 2018, canceló el Acuerdo Nuclear con Irán que había firmado Obama con Teherán, bajo los auspicios de la Unión Europea.

Ahora Europa no parece contar mucho. Ni siquiera fue informada de los ataques de Israel sobre Irán, a los que Trump habría dado luz verde, según todos los indicios. Un mundo cuyo estado actual plantea más preguntas que respuestas. Del multilateralismo, a la ley del Talión.