Los aeropuertos de EE.UU. continúan sufriendo retrasos por la falta de personal tras el cierre federal
- Se cumplen 35 días sin acuerdo en el Congreso, igualando el récord durante el primer mandato de Trump
- Si el cierre persiste hasta final de mes, podría causar el cierre de partes de su espacio aéreo
Los retrasos y desvíos de vuelos y cierres de aeropuertos relacionados con la falta de controladores aéreos persisten este martes en Estados Unidos, tras el peor fin de semana registrado en aeropuertos del país desde el inicio del cierre del Gobierno federal, que cumple 35 días sin acuerdo en el Congreso.
Con esta cifra, el cierre del gobierno estadounidense ha igualado un récord establecido durante el primer mandato del presidente Donald Trump como el más largo de la historia, mientras republicanos y demócratas en el Congreso continúan culpándose mutuamente por el estancamiento.
Mientras, las consecuencias aumentan día a día. La asistencia alimentaria para los pobres se interrumpió por primera vez; los trabajadores federales, desde aeropuertos hasta fuerzas del orden y militares, no están recibiendo sueldo y la economía opera a ciegas debido a la limitada información gubernamental.
Y todavía puede ser peor. El secretario de Transporte de EE.UU., Sean Duffy, ha dicho que podrían verse forzados a cerrar "ciertas zonas del espacio aéreo" del país si se prolonga el actual cierre del Gobierno - a un día de convertirse en el más largo de la historia del país-, que ha complicado la escasez de personal en aeropuertos.
"Habrá retrasos masivos en los vuelos. Habrá cancelaciones masivas, y puede que nos veamos obligados a cerrar ciertas zonas del espacio aéreo, porque simplemente no podemos gestionarlo, ya que no contamos con los controladores aéreos necesarios", ha dicho Duffy en rueda de prensa.
Y es que, si el cierre persiste hasta final de mes, podría causar un "desastre" en los desplazamientos de millones de personas por Acción de Gracias, una de las festividades por excelencia de Estados Unidos, como ya alertó la pasada semana el vicepresidente, J.D. Vance.
Un fin de semana de caos en los aeropuertos
Según la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), este martes persisten los retrasos y cancelaciones de vuelos, mientras que algunos aeropuertos se han visto obligados a suspender sus operaciones.
Todo ello, después de un fin de semana de caos aeroportuario: casi el 80% de los controladores en el área metropolitana neoyorquina se ausentaron el viernes de Halloween, cuando también se reportó la misma tendencia entre estos empleados esenciales en aproximadamente la mitad de los 30 aeropuertos principales del país, según la FAA.
El pasado fin de semana, incluido el viernes de Halloween, la FAA registró más de 98 "alertas de personal" en torres de control en Austin y Dallas (Texas), Denver (Colorado), Nashville (Tennessee), Phoenix (Arizona), Boston y Newark, que tuvo que ajustar y hasta suspender brevemente sus operaciones.
Cabe recordar que los trabajadores federales, como los agentes del orden y los miembros de las fuerzas armadas, no están recibiendo sus salarios, al igual que los agentes de seguridad aeroportuaria y los controladores de tráfico aéreo, lo que genera problemas de personal y retrasos en los viajes. Y es que, desde que comenzó el cierre, más de 3,2 millones de pasajeros aéreos estadounidenses se han visto afectados por retrasos o cancelaciones.
Cerca de batir el récord de cierre más largo en la historia de EE.UU.
El Senado ha votado más de una docena de veces en contra de una medida de financiación provisional aprobada por la Cámara de Representantes, y ningún legislador ha cambiado de opinión.
Los republicanos de Trump tienen una mayoría de 53-47 en el Senado, pero necesitan los votos de al menos siete demócratas para alcanzar el umbral de 60 votos de la cámara para la mayoría de las leyes. Entre tanto, los demócratas están reteniendo sus votos para conseguir una prórroga de algunos subsidios de seguros de salud.
Se prevé que este próximo miércoles, 5 de octubre, se rompa el actual récord del cierre más largo en la historia de EE.UU., situado hasta ahora en 35 días. Esta última paralización llegó a su fin precisamente entre presiones de la industria aérea después de que el absentismo de los controladores interrumpiera operaciones en los aeropuertos más importantes de la nación.