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Tony Blair, el elegido de Trump en su plan de paz para supervisar la transición política de Gaza

  • El ex primer ministro considera la propuesta estadounidenses como la mejor oportunidad para poner fin a la masacre
  • Su regreso trae a colación su legado en Oriente Medio, repleto de altibajos
Tony Blair, el elegido de Trump en su plan de paz para supervisar la transición política de Gaza
RTVE.es

La reaparición del ex primer ministro británico Tony Blair en el epicentro de la diplomacia de Oriente Medio, esta vez de la mano del presidente estadounidense, Donald Trump, y su plan de paz para Gaza, supone toda una novedad. Cuando al exmandatario se le encomendó por primera vez la tarea de forjar una paz duradera entre Israel y los palestinos en 2007, la Administración estadounidense advirtió que el ex primer ministro británico no era un "superhombre". En aquel momento, no fue capaz de resolver el conflicto.

Ahora, la propuesta de Trump contempla la creación de una Autoridad Internacional de Transición de Gaza (GITA) con el británico ocupando un rol destacado. Este organismo pretende gestionar el enclave tras la firma de un alto el fuego, apoyándose en una fuerza de estabilización internacional y con la promesa vaga de abrir la puerta a un futuro Estado palestino.

Un legado repleto de altibajos

El regreso de Blair trae a colación su legado en Oriente Medio. Dos décadas después de ser nombrado como enviado del Cuarteto, grupo conformado por EE.UU., Rusia, la ONU y la UE para materializar una "solución de dos Estados" entre Palestina e Israel, sus éxitos han sido relativamente modestos, cuando no inexistentes.

Su labor, que se prolongó durante ocho años, no arrojó ninguna mejora sustancial en la vida de los palestinos, e Israel continuó la expansión de asentamientos ilegales en Cisjordania. Para muchos, su figura fue percibida como excesivamente afín a los intereses israelíes y estadounidenses.

Cabe recordar que Blair se alineó con el entonces presidente estadounidense, George Bush, y su invasión de Irak, por lo que ha sido considerado por muchos, no así por las instituciones de justicia internacionales, como un "criminal de guerra".

De hecho, su popularidad se desplomó drásticamente tras este acontecimiento, lo que culminó en su renuncia como primer ministro en 2007. Tras ello, se centró en asesorar a empresas de los sectores energético y financiero, además de involucrarse en labores caritativas.

Sin embargo, no todo juega en su contra. Blair conserva credenciales en el tablero diplomático al ser considerado como un interlocutor válido para Occidente, Jerusalén y varias capitales de países árabes. En un escenario donde cualquier consenso es esquivo, su capacidad de tender puentes en los niveles más altos del poder puede resultar útil.

Sus defensores evocan el Acuerdo de Viernes Santo en Irlanda del Norte como prueba de su habilidad para transformar conflictos enquistados en acuerdos viables. La diferencia, en cambio, es que aquel proceso se cimentó en una voluntad genuina de las partes de cerrar un ciclo de violencia, algo que en Gaza no se da por el momento.

El favorito de Trump, pese a las críticas

La conexión con Trump no es casual. En 2019, Blair apoyó el plan del ex delegado principal de la Casa Blanca, Jared Kushner, para invertir hasta 50.000 millones de dólares en "modernizar" a Palestina. En aquel entonces señaló que el proyecto sería de "enorme beneficio" para los palestinos, si bien la Autoridad Palestina lo calificó de inviable al convertir un conflicto político en un mero ejercicio inmobiliario.

Que Trump lo presente como su favorito para liderar la GITA y que Blair haya accedido a ocupar un puesto en el tablero es significativo. Ambos comparten la idea de que la paz en Gaza puede construirse desde arriba, con la mediación internacional y bajo el liderazgo estadounidense. Una visión que, sin embargo, no es bien vista por Hamás.

De hecho, uno de los funcionarios del grupo islamista Hamás, Taher Al-Nono, ha rechazado de plano cualquier papel para Blair, afirmando que el grupo no aceptaría la imposición de una "tutela extranjera" sobre Palestina. "Nuestro pueblo es más capaz de gestionar sus propios asuntos", ha afirmado.

Por el momento, el calificado por Trump como un "muy buen hombre" no ha hecho comentarios oficiales sobre su nueva función, si bien su institución Tony Blair Institute emitió un comunicado en redes donde el británico aseguraba que el plan era "audaz e inteligente" y la mejor oportunidad para poner fin a la masacre.