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La economía creció un 0,8% en el segundo trimestre, una décima más de lo esperado, por el consumo y la inversión

  • En términos interanuales, el PIB repuntó un 3,1% de abril a junio, tres décimas más de lo avanzado por el INE
  • El Gobierno cree que se "afianza" la previsión de crecimiento del 2,7% para este año y que España volverá a ser líder
La economía creció un 0,8% en el segundo trimestre, una décima más de lo esperado, por el consumo y la inversión
Un trabajador de la construcción en Ciudad Real, en una imagen de archivo EFE/Jesús Monroy

La economía española pisó el acelerador en el segundo trimestre del año, pese al contexto de incertidumbre por la guerra comercial. El Producto Interior Bruto (PIB) creció un 0,8% de abril a junio, una décima más de lo esperado, gracias al tirón del consumo privado y la inversión.

"Este dato del segundo trimestre afianza la reciente revisión al alza de la previsión del Gobierno de crecimiento al 2,7% para este 2025, en que el que España volverá a liderar a las principales economías avanzadas", ha celebrado el ministerio de Economía, Comercio y Empresa en una nota remitida a los medios.

Este avance también se traduce en una revisión al alza en términos interanuales (frente al mismo periodo de 2024): el PIB creció un 3,1% respecto al segundo trimestre del año anterior, tres décimas más que en el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el mes de julio.

Cabe recordar que durante este periodo, de abril a junio, la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impactó de lleno en la economía mundial. España no se libró de este contexto de incertidumbre, pese a la "limitada" dependencia exterior respecto al mercado estadounidense (aunque importante en algunos sectores), y las exportaciones mostraron signos de debilidad.

Así, el avance de la economía se debió exclusivamente a la fortaleza de la demanda interna (consumo e inversión), que contribuyó con 0,8 puntos al crecimiento intertrimestral del PIB, una décima más de lo esperado; mientras que la externa (exportaciones e importaciones) tuvo una participación prácticamente nula.

Con respeto al mismo periodo del año anterior, la demanda nacional aportó 3,5 puntos al crecimiento interanual de la economía española en el segundo trimestre, una décima más de lo adelantado; si bien la demanda externa tuvo una contribución negativa de 0,5 puntos, frente al 0,6 previsto.

De esta forma, la economía española acumula 20 trimestres consecutivos de incrementos trimestrales y 17 trimestres de avances interanuales.

La demanda interna tira del crecimiento

Dentro de la demanda interna, el gasto en consumo final de los hogares ha repuntado un 0,8% de abril a junio (sin cambios respecto al dato adelantado), lo que a juicio de Economía refleja "la solidez del mercado laboral y el aumento del poder adquisitivo".

En este sentido, la estadística recoge un aumento intertrimestral del 0,8% en los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (y del 3,5% en tasa interanual, seis décimas más) y un repunte de la remuneración total de asalariados del 1,6% (+7,1% interanual). Precisamente en el segundo trimestre del año se alcanzaron los 22 millones de trabajadores, una cifra sin parangón en España.

Por su parte, la formación bruta de capital —esto es, la inversión— ha registrado una variación del 1,8% frente al trimestre anterior, tres décimas menos si se compara con el dato avanzado por el INE.

En tasa interanual, el consumo creció un 3,1%, tres décimas menos, tras desacelerarse el crecimiento del consumo de los hogares cinco décimas, hasta el 3,4%. Y la formación bruta de capital registró una variación del 5,8%, tasa ocho décimas mayor que la del trimestre anterior.

Las exportaciones se resienten

Respecto a la demanda externa, las exportaciones de bienes y servicios sufrieron los efectos de los aranceles impulsados por Donald Trump y presentaron una tasa intertrimestral del 1,3%, lo que supuso 1,1 puntos menos que en el primer trimestre.

Por su parte, las importaciones también lo hicieron, aunque en menor medida: registraron una variación del 1,6%, tasa cuatro décimas menor a la anotada entre enero y marzo.

Y, en términos interanuales, las exportaciones de bienes y servicios presentaron una tasa del 4,2%, lo que supuso ocho décimas más que en el primer trimestre. En tanto que las importaciones registraron una variación del 6,1%, aumentando en un punto la del trimestre precedente.

Crece el valor añadido de todos los sectores de actividad

Desde la óptica de la oferta, todos los grandes sectores de actividad presentaron tasas positivas intertrimestrales en su valor añadido, salvo las ramas primarias, que retrocedieron un 6,4%. Entre todas, destaca la Construcción, con un incremento del 2,3%, dos puntos más que en el trimestre anterior; y los Servicios, que aumentaron su tasa en seis décimas, hasta alcanzar el 1%.

Si se compara con el mismo periodo del año anterior, de nuevo, todos los grandes sectores de actividad presentaron tasas interanuales positivas en su valor añadido, con la Construcción como punta de lanza: aumentó un 4% respecto al segundo trimestre de 2024; mientras que los Servicios lo hicieron en un 3,4%.

Todo ello, mientras la productividad por hora sigue avanzando en el segundo trimestre, en este caso medio punto respecto al arranque de año, lo que "en un contexto de fuerte creación de empleo", a juicio del departamento que dirige Carlos Cuerpo "confirma la robustez de nuestro modelo económico".

Y es que el PIB a precios corrientes anotó en el segundo trimestre del año un nuevo máximo al crecer un 5,6% interanual, tres décimas más, y superar los 417.000 millones de euros tras sumar 4.881 millones respecto al trimestre previo, un 1,2%.