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Nvidia invertirá 100.000 millones en OpenAI: claves de un acuerdo sin precedentes para revolucionar el negocio de la IA

  • Los chips del gigante tecnológico seguirán siendo la columna vertebral de la infraestructura de IA de próxima generación
  • La compañía de ChatGPT obtendrá el respaldo financiero necesario para implementar sistemas con mayor potencia
Nvidia invertirá 100.000 millones en OpenAI: claves de un acuerdo sin precedentes para revolucionar el negocio de la IA
Logos de Nvidia y OpenAI, en una imagen de archivo REUTERS/Dado Ruvic/Illustration

Nvidia y OpenAI cerraron este lunes un acuerdo "sin precedentes" en la industria tecnológica. El fabricante de chips invertirá 100.000 millones de dólares (unos 85.000 millones de euros) en la compañía de ChatGPT para construir nuevos centros de datos y sistemas con mayor potencia y capacidad que permitan entrenar y ejecutar sus próximos modelos de inteligencia artificial a una escala nunca antes vista.

El fin último es la implementación de la llamada "superinteligencia" artificial, según explicaron ambas compañías en un comunicado, aquella que es capaz de razonar, tener emociones y actuar de forma autónoma, siendo equiparable e incluso superior a la inteligencia humana.

Sin embargo, los expertos consultados por RTVE.es dudan de que esto se consiga a medio plazo y creen que se trata de un movimiento "estratégico" para afianzar posiciones en un mercado cada vez más competitivo y garantizar una infraestructura tecnológica que les permita liderar la próxima era de la inteligencia artificial. Estas son las principales claves del acuerdo:

¿Qué es Nvidia? ¿Y OpenAI?

Nvidia es un gigante tecnológico estadounidense especializado en diseñar unidades de procesamiento gráfico (GPUs) y sistemas de chips, componentes de hardware fundamentales para la inteligencia artificial.

OpenAI, por su parte, es uno de los principales desarrolladores de software y modelos de inteligencia artificial del mundo, conocido especialmente por el desarrollo de ChatGPT.

¿Qué implica esta inversión de 100.000 millones?

"Parece un gasto muy alto, pero no lo es tanto", apunta el profesor de IA y Big Data en la Universidad Europea Enrique Puertas. Y es que la condición indispensable de la operación es que OpenAI dedique ese dinero a adquirir hardware de la propia Nvidia, con lo que se asegura "que esa inversión retorne a la empresa".

Al mismo tiempo, va a permitir a OpenAI "entrenar modelos de inteligencia artificial mucho más potentes", con el fin de "superar los modelos chinos que están apareciendo y también posicionarse por encima de otras empresas estadounidenses como Google o Meta, que también están invirtiendo mucho dinero".

¿Cómo reaccionaron los mercados tras conocer la decisión?

Las acciones de Nvidia subieron más del 3% durante la jornada bursátil del lunes, llevando su capitalización bursátil a unos 4,5 billones de dólares, consolidándose como la empresa con mayor capitalización del mundo.

Es una decisión "sorprendente y estratégica", señala Ikhlaq Sidhu, decano de la escuela de Ciencia y Tecnología de IE University. "Sorprendente porque probablemente genere más fricciones en sus relaciones con los demás proveedores de servicios en la nube y centros de datos", explica.

Pero también es estratégica porque a su juicio "probablemente hayan llegado a la conclusión de que necesitan formar parte de una solución integral de IA/centro de datos y no limitarse a ser un proveedor de chips", al tiempo que "perciben que la mayoría de los otros proveedores de la nube se alejarán de Nvidia en el futuro, lo que ejercerá presión sobre los precios".

Pero, ¿a quién beneficia?

El acuerdo será beneficioso para ambas compañías, coinciden los expertos consultados. Por un lado, Nvidia se asegura que sus GPUs sigan siendo la columna vertebral de la infraestructura de IA de próxima generación, al afianzar a OpenAI como socio estratégico. Mientras que OpenAI obtiene el respaldo financiero y tecnológico necesario para implementar al menos 10 gigavatios de potencia en centros de datos.

"A OpenAI le faltan dos ingredientes de los cuatro que necesita ahora mismo una empresa para entrenar modelos de inteligencia artificial", explica Miguel Ángel Román, cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial (IIA), a diferencia de Google que "cuenta con todos ellos" y "se está convirtiendo en una amenaza real".

Dichos elementos son: talento, datos, GPUs y centros de datos para conectar las GPUs. OpenIA tiene los dos primeros, pero necesita la tecnología avanzada de Nvidia y una inversión millonaria en infraestructura para entrenar y optimizar sus modelos de IA a gran escala.

¿Por qué OpenAI?

Cabe recordar que OpenAI surgió como una compañía sin ánimo de lucro con el objetivo de crear tecnología que todo el mundo pudiera utilizar de manera gratuita. "Ha evolucionado y ahora tiene una parte con ánimo de lucro, pero sigue siendo una empresa que, a pesar del potencial y lo que ha creado, no cuenta con esta megaestructura gigantesca que tienen otras como Google o Meta, por lo que es más fácil invertir en ella", añade Enrique Puertas.

¿El acuerdo permitirá llegar a esa "superinteligencia" artificial?

No está claro, coinciden los analistas. "En el comunicado se habló de crear una superinteligencia artificial (...) pero no creo que se refiera a un modelo equiparable a la inteligencia humana, sino a conseguir una que esté por encima de los modelos actuales", puntualiza el profesor de la Universidad Europea.

"Yo creo que tiene que haber otras técnicas, otras mejoras, otros avances que permitan llegar hasta ahí, no simplemente escalando el modelo. La escala nos permitirá que los modelos sean mejores, pero no creo que lleguen a ese punto de tener las capacidades o la inteligencia de un humano", afirma el cofundador del IIA, que recuerda el ejemplo de la calculadora: "En cuanto a hacer operaciones matemáticas, la inteligencia artificial es mejor que los humanos, pero no es más inteligente que nosotros".

Para el profesor de IE University, por su parte, esta "superinteligencia" podría ser más "una marca o aspiración". "La idea es primero alcanzar las capacidades cognitivas humanas de manera general y luego superarlas en velocidad y precisión. El cerebro humano tiene funciones e interconexiones más allá de la lógica y el reconocimiento de patrones; el objetivo sería igualar esas capacidades primero", puntualiza.

Entonces, ¿hacia dónde se dirige la inteligencia artificial?

"La próxima parada de la inteligencia artificial es en la creación de agentes que ayuden en el día a día a las compañías, agentes especializados en tareas concretas, que hagan a las empresas más eficientes", explica Miguel Ángel Román.

Mientras que Enrique Puertas alerta de los "dilemas éticos y morales" que pueden surgir a la hora de seguir nutriendo de datos a los modelos. "Ya les queda poco por aprender en este sentido: le han dado toda la Wikipedia, todo Youtube, todos los libros y todos los artículos… Y cuando ya no tengo más datos públicos, pues a lo mejor tengo que recurrir a otro tipo de datos no tan fáciles de acceder y que pueden ser sensibles".

En este escenario, ¿qué papel jugará Europa?

Es un tema que preocupa a los expertos consultados. "Estos movimientos, como el de Nvidia y OpenAI, van a hacer que mejore la tecnología de Estados Unidos; China sigue avanzando en su propio modelo, fabricando sus propios chips para no depender del mercado estadounidense (...) mientras en Europa nos estamos quedando atrás a pesar de las promesas de dinero", lamenta el profesor de la Universidad Europea.

En el mes de febrero, la Comisión Europea anunció la movilización de 200.000 millones de euros para la inteligencia artificial, con la aportación de dinero público que se sumará a los 150.000 millones comprometidos por un grupo de empresas europeas.

Entonces, la presidenta del organismo, Ursula Von der Leyen, rechazó la idea de que la UE ya ha perdido la carrera por la IA que lidera Estados Unidos y, a cierta distancia, China. Y se mostró confiada: "Esa carrera no ha hecho más que comenzar". Está por ver cómo evolucionará el negocio en los próximos meses.