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Trump rediseña los aranceles al resto de países y marca una nueva fecha: así quedan tras su último giro

  • La nueva orden del presidente de Estados Unidos vuelve a retrasar su entrada en vigor, ahora al 7 de agosto
  • Además de los que llama "recíprocos", aplica gravámenes adicionales a Canadá o Brasil por motivos políticos
Así quedan los aranceles tras el último giro de Trump

Nuevo giro en la guerra comercial lanzada por Donald Trump. A solo unas horas de que expirase el ultimátum del 1 de agosto, el presidente de Estados Unidos firmaba una orden ejecutiva que ha retrasado la entrada en vigor al 7 de agosto y supone subidas de aranceles para algunos países respecto a los anunciados al inicio de esta ofensiva, en abril. Mientras, otros gobiernos han logrado rebajas en sus negociaciones estos meses, como es el caso de la Unión Europea, Japón o Vietnam.

Pero desde aquel 2 de abril, que bautizó como el Día de la Liberación, se han sucedido todo tipo de anuncios, amenazas y concesiones que enmarañan la situación y dificultan entender qué impuestos quiere aplicar realmente a cada país para revertir su déficit comercial, aunque en algunos países, como España, tenga superávit.

Así, a esos aranceles que él llama "recíprocos", aunque no lo sean, se suman otros a sectores específicos (el del acero y el aluminio) y como represalia por motivos políticos, como ha ocurrido con Brasil y Canadá.

Los repasamos a continuación con algunos gráficos.

Un arancel universal del 10% y "recíprocos" para 70 países

Por defecto, Estados Unidos fija un 10% de aranceles a todas las exportaciones de otros países a su territorio. Estas, como el resto, empezarán a aplicarse a las 12:01 a.m. del 7 de agosto (6:01 hora peninsular).

Sin embargo, para unos 70 países se han calculado tasas en función de sus relaciones y balanza comercial. Si los comparamos con los anunciados en un primer momento, la mayoría de los gravámenes son más bajos ahora.

Países que han logrado bajar los aranceles

Los países que más rebajas han obtenido son Lesoto, Camboya y Madagascar, además de las islas Malvinas. Al primer país africano, la Casa Blanca le impuso unos aranceles del 50% en abril por el déficit comercial, pero su pequeña economía se verá ahora aliviada con un 15%.

También el Gobierno camboyano ha celebrado el "éxito" del acuerdo por el que evitan unos aranceles del 49%, lo que habría dañado de gravedad a su industria textil exportadora. Se les aplicará finalmente un 19%, concesión que llega después de que cesaran las hostilidades en la frontera con Tailandia, como había reclamado Trump.

Destaca también la rebaja a Vietnam (del 46% al 20%) después de llegar a un acuerdo "inédito" entre la gran economía norteamericana y el gobierno comunista asiático. "Podremos vender nuestros productos en Vietnam sin aranceles", resumió Trump al cerrar el pacto.

Es conocido también el entendimiento al que ha llegado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con el magnate. Es para los expertos un arreglo "asimétrico", puesto que Estados Unidos gravará con un 15% las importaciones desde la Unión Europea, pero los Veintisiete dejarán sus aranceles al 0%, al tiempo que se han comprometido a realizar compras masivas de energía e inversiones en el país aliado.

Desde antes de la guerra comercial, Trump ha cargado contra las regulaciones del mercado en la UE y los impuestos al consumo, que considera barreras no arancelarias. De este modo, aunque en abril anunció aranceles del 20% para el bloque comunitario, decidió subirlos al 30% en mitad de las negociaciones. El 15% acordado ahora supone así la mitad de esa última amenaza, pero solo una rebaja de cinco puntos porcentuales respecto a la primera.

La 'ventaja' recae en los automóviles europeos, a los que al final se les aplicará el tipo mínimo pactado y no el 27,5% anterior. En cambio, el sector del vino y las bebidas espirituosas confiaba en estar del todo excluido y tendrá que soportar también un 15%.

Países en los que los aranceles suben

Solo unos pocos países han visto sus aranceles "recíprocos" aumentar con este último giro. Son los que estaban en la parte baja de la tabla, los más 'beneficiados' hasta ahora, puesto que el suelo arancelario ha pasado de estar en el 10% a situarse en el 15% (Turquía, Ghana, Ecuador, Nueva Zelanda…).

El caso de Suiza es más llamativo: sus aranceles pasan del 31% al 39%. Las negociaciones bilaterales fracasaron, a pesar de que el Gobierno helvético ha renunciado a aplicar contramedidas para no dañar más a su economía. Pero Trump ha puesto a la industria farmacéutica suiza en la diana y ha exigido a las principales empresas (Novartis, etc.) que rebajen el precio de sus medicamentos en Estados Unidos si no quieren represalias para su sector.

India tampoco han logrado cerrar un acuerdo, pero los aranceles a sus exportaciones solo aumentan un punto porcentual, hasta el 26%.

Como represalia política: el caso de Canadá y Brasil

En paralelo a estos aranceles, que la Casa Blanca justifica para atajar la balanza comercial deficitaria de Estados Unidos, el presidente republicano ha firmado estos días otras dos órdenes que suponen también impuestos a las exportaciones, aunque los motivos que se esgrimen no son (solo) económicos.

Canadá pagará tasas del 35%, en lugar del 25% inicial, por todos los bienes que lleguen a territorio estadounidense y no estén recogidos en el tratado de libre comercio que los vincula (USMCA). Trump tomó la decisión después de que el Gobierno canadiense anunciara que reconocerá el Estado de Palestina en septiembre por el "sufrimiento" de la población.

El magnate advirtió que eso iba a "dificultar mucho" el acuerdo comercial y acto seguido firmó una orden que asegura que los aranceles se deben a que Canadá "no ha cooperado para frenar el flujo constante de fentanilo y otras drogas ilícitas" y, además, "ha tomado represalias" contra él en su intento de hacer frente al problema.

En el caso de Brasil, la orden que les impone unos aranceles del 40% (además del 10% "recíproco") es transparente con sus motivos. Acusa al Gobierno de Lula da Silva de violar los derechos humanos, perseguir la libertad de expresión de ciudadanos estadounidenses y tomar medidas que dañan su economía. Se refiere en concreto al juicio al expresidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, acusado de intento de golpe de Estado.

El acero y el aluminio, gravados al 50%

Y por encima de todos estos aranceles definidos por país, la Administración Trump aplica un 50% de impuestos a todas las importaciones de acero y aluminio al mercado estadounidense, en un intento de proteger y revitalizar a su industria.

En un primer momento, se fijó una tasa del 25%, pero el presidente decidió duplicarla alegando motivos de "seguridad nacional". Según justificó la orden, el tipo anterior no había logrado "asegurar niveles sostenibles de producción nacional para cumplir con las necesidades de defensa".

Los efectos de esta política comercial proteccionista van más allá de reforzar su industria. Suponen un importante aumento de los ingresos para la Administración estadounidense, que tiene entre sus principales objetivos reducir el endeudamiento al tiempo que baja los impuestos.