Mueren dos personas en el asalto a un almacén de la ONU en medio del caótico reparto de ayuda en Gaza
- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) denuncia que las necesidades humanitarias "se han descontrolado" en la Franja
- Naciones Unidas reclama la gestión de la ayuda en el enclave, que ahora gestiona una organización avalada por EE.UU. e Israel
Dos personas han muerto durante el asalto a uno de los almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU en Gaza, según ha informado la organización. En medio del caótico reparto de ayuda que se está llevando a cabo estos días en el enclave, denuncian que las necesidades humanitarias "se han descontrolado" tras 80 días de bloqueo total por parte de Israel.
"Hordas de personas hambrientas irrumpieron en el almacén Al-Ghafari del PMA, en Deir Al-Balah, en busca de alimentos almacenados previamente para la distribución", afirma un comunicado del PMA en el que aseguran que los informen preliminares apuntan a la muerte de al menos dos personas en el incidente y señalan que "varias" han resultado heridas.
Asimismo, el PMA reitera su advertencia sobre "el alarmante deterioro de la situación" en el terreno y de "los riesgos que entraña limitar la ayuda humanitaria a las personas hambrientas que la necesitan desesperadamente". "Gaza necesita un aumento inmediato de la ayuda alimentaria. Es la única manera de garantizar a la población que no morirá de hambre", reza el comunicado, publicado en X.
La ONU reclama la gestión de la ayuda en Gaza
Previamente, Naciones Unidas y su agencia para los refugiados palestinos, la UNRWA, habían reiterado que la distribución de ayuda en la Franja debe estar en sus manos y en las de las ONG que trabajan sobre el terreno desde hace años, y no en las de la organización avalada por EE.UU. e Israel, Gaza Humanitarian Foundation (GHF), que lo gestiona actualmente.
En un comunicado, GHF ha asegurado que ha continuado el reparto de ayuda por segundo día consecutivo "sin incidentes". Sin embargo, según han informado residentes y comerciantes de Gaza, varios camiones de la ONU con alimentos han sido detenidos y saqueados durante la noche del martes al miércoles.
Un operador de transporte palestino ha afirmado que al menos 20 camiones pertenecientes al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU han sido atacados poco antes de la medianoche. "Algunos camiones lograron pasar, y luego parece que la gente se dio cuenta", ha declarado otro testigo a Reuters. "Se despertaron, algunos colocaron barreras en la carretera, interceptaron y robaron la mercancía", ha explicado.
Horas después de los saqueos, varios palestinos, desesperados y al borde de la hambruna, han invadido el centro de distribución gestionado por la GHF al comenzar a repartir la ayuda.
La fundación estadounidense fue creada para asumir el reparto de la ayuda humanitaria en la Franja y someterlo al control militar israelí para que, según Israel, la ayuda no llegue a manos de Hamás. En enero, Israel prohibió toda actividad de la UNRWA tanto en Gaza como en la Cisjordania ocupada y en Jerusalén Este. La UNRWA es la que tiene la infraestructura necesaria dentro de la Franja para asegurar la supervivencia de los gazatíes.
Segundo día de distribución de ayuda
El martes se vivieron escenas de caos en el centro habilitado en Ráfah por la GHF, cuando varios palestinos invadieron los puntos de reparto. Según la ONU, al menos 47 personas resultaron heridas de bala por disparos de los soldados israelíes. Según fuentes palestinas, hubo un muerto y 48 heridos. Israel, por su parte, ha asegurado que sus soldados solo dispararon al aire como advertencia.
GHF, que según el comunicado ha abierto un segundo centro de distribución, ha negado que la instalación hubiera sido invadida y ha afirmado de que su equipo había relajado brevemente los protocolos de seguridad "para evitar las reacciones de la multitud al recibir finalmente los alimentos". GHF también ha asegurado que no se habían producido disparos contra la multitud ni se había herido a ningún beneficiario.
"Lo que hemos visto el martes es un ejemplo muy claro del peligro de distribuir comida en las circunstancias en las que lo está haciendo GHF", ha subrayado el jefe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, Ajith Sunghay.
Las autoridades gazatíes, por su parte, han calificado lo ocurrido en Ráfah como "una verdadera masacre y un crimen de guerra en toda regla cometido a sangre fría contra civiles agotados por el asedio y la inanición continuos". Hamás ha tachado los centros de entrega de GHF como "una trampa que amenaza la vida de los civiles".
Sin embargo, la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Tammy Bruce, ha rechazado las críticas al dispositivo de ayuda, que ha calificado como "quejas sobre el estilo".
La ONU se niega a participar en el nuevo programa de distribución
El presidente ejecutivo de GHF, Jake Wood, dimitió el pasado 26 de mayo por la imposibilidad de llevar a cabo el plan de sus patrocinadores y al mismo tiempo, según él mismo reconoció, "respetar estrictamente los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia".
Naciones Unidas, así como otros grupos internacionales de ayuda humanitaria, se han negado a participar en el nuevo programa de distribución, alegando que viola el principio de que la ayuda debe distribuirse de forma neutral, basándose únicamente en la necesidad.
Estados Unidos e Israel encomendaron a GHF la distribución de la ayuda sin la intervención de otras ONG después de que Israel acusara a Hamás de robar la ayuda que entra en Gaza y paralizara todos los suministros durante casi tres meses.
La ONU ya advirtió de que esta forma de reparto de ayuda no cumple con los principios humanitarios, y que la cantidad "no cubre ni de cerca la escala y volumen" de las necesidades de los 2,1 millones de habitantes de la Franja a los que el bloqueo israelí ha privado de alimentos, agua y medicinas.
UNRWA: "Se acaba el tiempo para evitar una hambruna"
El director de la agencia de la UNRWA, Philippe Lazzarini, ha denunciado que el sistema de ayuda organizado por Washington y Tel Aviv es "una pérdida de recursos" y un intento de "distracción" de las atrocidades que está cometiendo Israel. "Se acaba el tiempo para evitar una hambruna", ha advertido Lazzarini. La organización asegura que tiene "miles de camiones" con ayuda esperando en la frontera a la espera de la autorización israelí para poder entrar en la Franja.
La Directora del Comité Español de UNRWA, Raquel Martí, ha denunciado el proceso por el que tienen que pasar los palestinos antes de recoger la ayuda: "Es necesario pasar por un reconocimiento facial biométrico. Es decir, [Israel] está registrando a la población que llega a recibir la ayuda. Es un absoluto despropósito". Martí ha añadido que hay más de 200.000 toneladas de ayuda humanitaria esperando al otro lado de la frontera y ha vuelto a reiterar que es Israel quien bloquea la entrada de dicha ayuda.
También la ONG World Central Kitchen, fundada por el cocinero español José Andrés, ha denunciado que las Fuerzas Armadas israelíes retienen sus camiones en el lado gazatí del paso fronterizo de Kerem Shalom y no han facilitado rutas hasta las cocinas donde se suministra a la población.
Al menos 23 muertos en los últimos bombardeos
Mientras tanto, los bombardeos israelíes no cesan. Al menos 23 personas han muerto en los ataques israelíes este miércoles, según fuentes sanitarias en el enclave a Efe. El ataque más letal ha sido contra la casa del periodista Osama al Arbid, en el barrio de Sawafti de Ciudad de Gaza, en el que han fallecido nueve y otras 15 han resultado heridas.
En la capital gazatí también ha muerto un niño, identificado por las autoridades como Ali Ibrahim al Sawaf, en un bombardeo contra el este de la ciudad. En Deir al Balah, en el centro de la Franja, otras seis personas han sido asesinadas en un ataque israelí contra una residencia familiar. Además, cuatro personas más han muerto en un bombardeo en Yabalia, en el norte del enclave, y otras tres en varios ataques contra la localidad de Jan Yunis, en el sur.
El 7 de octubre de 2023, Hamás llevó a cabo una incursión en el sur de Israel, matando a 1.200 personas y secuestrando a 250, de las que una veintena podrían seguir aún con vida dentro de Gaza. La ofensiva israelí que siguió ha reducido Gaza a escombros y ha matado al menos a 54.056 personas y herido a 123.129. Unicef calcula que más de 50.000 niños podrían haber muerto o resultado heridos.
Además, Israel ha provocado la hambruna y ha obligado a desplazarse múltiples veces a alrededor de 1,9 millones de personas. El Tribunal Internacional de Justicia investiga si la actuación de Israel constituye un crimen de genocidio.