Miles de palestinos irrumpen en el centro de distribución de ayuda de la organización respaldada por EE.UU.
- Fundación Humanitaria para Gaza ha afirmado haber distribuido 8.000 cajas de alimentos, equivalentes a 462.000 comidas
- El secretario general de la ONU, António Guterres, ha calificado las imágenes del reparto de ayuda de "desgarradoras"
Miles de palestinos han irrumpido en masa en los centros de ayuda de la organización respaldada por Israel y Estados Unidos, Fundación Humanitaria para Gaza (GHF por sus siglas en inglés). La entidad ha anunciado haber distribuido en su primer día en funcionamiento unas 8.000 cajas de alimentos, equivalentes a unas 462.000 comidas.
Durante dicha entrega, las personas han saltado las vallas y han entrado sin control en los puntos de suministro, lo que ha obligado a frenar la distribución hasta lograr apaciguarlos. Ello ha incluido disparos de advertencia de acuerdo con el Ejército israelí, que ha negado que emplease fuego aéreo para dispersar a los palestinos. A este respecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha calificado las imágenes de "desgarradoras".
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha reconocido que hubo una "pérdida temporal de control" durante la distribución de ayuda, aunque "afortunadamente, recuperamos el control".
En cambio Hamás se ha mostrado crítico con el desempeño israelí. En un comunicado, ha denunciado que "lo ocurrido es una prueba concluyente del fracaso de la ocupación para gestionar la crisis humanitaria que creó deliberadamente mediante una política de hambruna, asedio y bombardeos".
GHF tiene como objetivo principal supervisar la distribución de ayuda en el enclave palestino sin la intervención de terceras ONG. La fundación ha sido rechazada de plano por Naciones Unidas, que considera que no cumple con los principios de imparcialidad y neutralidad, y deja la ayuda a expensas de intereses políticos y militares.
La entidad fue creada en febrero en Suiza y trabaja junto con empresas privadas de seguridad y logística estadounidenses, como UG Solutions y Safe Reach Solutions. Israel ha aceptado permitir que la fundación opere, pero sin involucrarse directamente en la distribución de la ayuda.
La embajadora interina de EE. UU. ante la ONU, Dorothy Shea, ha instado a la ONU y a las organizaciones humanitarias a cooperar con este nuevo modelo.
El modus operandi de la GHF
La creación de la GHF produjo después de que Israel detuviera todas las entregas de ayuda a Gaza el 2 de marzo, tras acusar a Hamás de robar la ayuda, un cargo que el grupo palestino niega. La paralización de la ayuda estuvo vinculada a las demandas de Israel para la liberación de los rehenes aún en cautiverio. De hecho, la GHF ha denunciado a Hamás por causar retrasos en el acceso a los civiles a los lugares de distribución.
A principios de abril, Israel presentó su propio "mecanismo estructurado de monitoreo y entrada de ayuda” para Gaza, pero fue rápidamente rechazado por Guterres. En ese momento, Guterres advirtió que el plan israelí ponía en riesgo una "limitación despiadada de la ayuda", restringiendo los suministros hasta "la última caloría y grano de harina".
Según documentos de la GHF que han circulado entre la comunidad humanitaria y han sido rescatados por agencias como Reuters, la fundación tiene previsto operar desde cuatro "sitios de distribución seguros" ubicados en el sur de Gaza. Estos centros podrán servir hasta a 300.000 personas cada uno, con suministros como alimentos, agua y kits de higiene.
A este respecto, las empresas privadas de EE.UU. se encargarán del transporte de la ayuda a estos centros, pero serán organizaciones locales las encargadas de distribuirla. Fuentes de las organizaciones humanitarias que operan en Gaza han asegurado a EFE que tres agencias internacionales (a las que identificaron como IHRC, RAHMA y Multifaith Alliance, estas dos últimas estadounidenses) han contribuido a la distribución de comida del martes a los gazatíes.
"Creemos que simplemente aceptaron colaborar, de la misma forma que a muchas organizaciones se les ha pedido hacerlo [desde Israel] en las últimas semanas. Excepto que la mayoría nos hemos negado", ha asegurado una de estas fuentes.
Israel ha acordado la expansión del número de sitios de distribución y ha prometido encontrar formas de asegurar que la ayuda llegue a los civiles que no puedan acceder a estos puntos. La GHF también ha solicitado la colaboración del Ejército israelí para identificar ubicaciones en el norte de Gaza que puedan albergar más centros de distribución operativos dentro de los próximos 30 días. La fundación ha subrayado que no compartirá información personal de los beneficiarios de la ayuda con Israel.
El rechazo de la ONU al nuevo modelo de distribución
La ONU ha rechazado el plan respaldado por EE.UU., alegando que no se ajusta a sus principios fundamentales de imparcialidad, neutralidad e independencia. El responsable de la ayuda humanitaria de la ONU, Tom Fletcher, ha expresado su preocupación, señalando que podría generar más desplazamientos, exponer a miles de civiles a peligros y crear un sistema de distribución que solo cubra una parte de Gaza.
Fletcher ha instado a no perder más tiempo con propuestas alternativas, advirtiendo que el nuevo modelo no resuelve las necesidades más urgentes de la población en Gaza. Una crítica que Washington ha calificado como "el colmo de la hipocresía".
El organismo militar de Israel que coordina los asuntos civiles en los territorios ocupados (Cogat) aseguró en la noche del lunes que unos 400 camiones con ayuda humanitaria esperaban en el paso fronterizo de Kerem Shalom (sur de Gaza) para que las agencias de la ONU recogieran su contenido. El viernes, la ONU aseguró que en los últimos días se había autorizado el acceso dichos camiones, pero sus trabajadores sólo habían podido recoger el contenido de unos 115, lo que, advirtió, "no cubre ni de cerca la escala y volumen" de las necesidades de los 2,1 millones de habitantes de la Franja.
La ONU ha enfrentado importantes obstáculos para distribuir ayuda en el la Franja, incluidos los bloqueos impuestos por Israel, las restricciones de acceso y los saqueos por parte de grupos armados. A pesar de estas dificultades, la organización ha defendido que su sistema de distribución de ayuda funciona, y citó como ejemplo un alto el fuego de dos meses en el que logró entregar suministros con éxito.
Bajo el sistema de la ONU, la ayuda es inspeccionada y aprobada por Israel antes de ser transportada a Gaza, donde su personal se encarga de la distribución. El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, ha subrayado que el modelo funciona y que no es necesario inventar una nueva forma de hacerlo.