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Emma Ríos publica 'Anzuelo': "Quería mostrar mi propia visión del mar y el terror"

  • Una espectacular novela gráfica realizada enteramente con acuarelas
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Personaje de espaldas con abrigo largo y pelo oscuro en playa con gaviotas al atardecer.  Escena tranquila con tonos cálidos.
Detalle de una viñeta de 'Anzuelo'

En 2010, Emma Ríos (Villagarcía de Arousa, Pontevedra, 1976), hizo historia al ser la primera dibujante española en trabajar para Marvel, concretamente en el Dr. Extraño con el que comenzó una carrera llena de éxitos (Spiderman, Daredevil, Batman, Mirror...) que le llevaron hasta Bella Muerte, junto a la guionista Kelly Sue DeConnick, un western con mucho de realismo mágico y un dibujo espectacular que les valió varias nominaciones a los Premios Eisner y gracias al que Emma consiguió el Eisner a la mejor portadista en 2020. Entonces, decidió dejarlo todo para dedicar más de tres años a su obra más personal: Anzuelo (Astiberri), un espectacular cómic de 300 páginas realizado con acuarelas. Una obra de arte que también nos invita a reflexionar sobre hacia donde se dirige la humanidad.

Una apasionante historia de eco-horror postapocalíptico en la que Emma narra la historia de tres niños, Nubero, Lucio, Izma, que intentan sobrevivir después de que el mar se alce y prácticamente acabe con toda la humanidad. Tres niños que también afrontan el paso a la adolescencia mientras experimentan cambios en sus cuerpos que parecen salidos de una novela de H.P. Lovecraft. Un arranque magistral, que solo es el principio del que será uno de los cómics del año.

Emma nos ha contado cómo nació la historia: "Fue algo bastante natural porque hacía mucho tiempo que quería escribir algo sobre el mar que tuviera un toque de terror. Entonces leí el manga Los niños del mar, de Daisuke Igarashi, y flipé con la atmósfera. La historia no me interesó demasiado pero conseguía que me sintiera como si estuviera nadando por el mar. Y pensé: "me encantaría hacer algo así con mi propia visión del mar y del terror". A eso se sumó que en esa época estaba jugando al videojuego Bloodborne, donde hay una parte ambientada en una aldea de pescadores y que me recordaba muchísimo a casa, a Galicia. Fueron las dos cosas que terminaron de decidirme a escribir esta historia".

"Yo suelo salir a navegar, porque me encanta -añade la dibujante-, y reflexionando sobre esas dos historias empecé a darme cuenta de las sensaciones de tranquilidad, aislamiento... algo que me pareció como muy mágico y me hizo pensar en H.P. Lovecraft, los sueños relacionados con el agua y ese terror triste de aquí, de la terriña. Así que, cuando acabé el último arco de Bella Muerte, en 2020, como estaba agotada de colaboraciones y tenía ganas de hacer esta historia, se lo expliqué a mi editor de Image, que me dio un adelanto, me puse a escribir, me atropelló la pandemia de coronavirus...¡Y aquí estamos!".

Siete viñetas muestran una criatura marina rosada gigante, peces cayendo del cielo y dos personajes reaccionando con pánico en un entorno acuático.

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

"La historia creció de forma natural"

En cuanto a por qué decidió dedicar más de tres años y medio de su vida a un cómic, Emma Ríos nos comenta: "Tiene mucho que ver con mi idea de como debe hacerse un tebeo, que sería sin limitaciones de espacio ni de tiempo, que es a lo que solemos estar obligados. Quería trabajar con una escaleta previa pero sin tenerlo todo atado desde el principio, sino que los propios personajes fueran guiando la historia. Y al final fue creciendo de forma muy natural a base de plantear cosas sobre esos personajes. Por ejemplo ¿Cómo sobrevivirían a ese aislamiento en medio de una pandemia?"

"Además -añade-, para la historia de terror me había sumido en lecturas muy pesimistas sobre el suicidio, el antinatalismo... en medio de ese mogollón que estábamos viviendo con la pandemia, que también me hacía plantearme cómo íbamos a sobrevivir. Por eso los personajes intentaban permanecer juntos y apoyarse. Y al ir construyendo la historia de una forma tan natural, siguiendo más o menos los procesos mentales de los personajes, la cosa fue creciendo y al final el libro me devoró un poco, porque también era el lugar donde yo me escondía. Pero ese tipo de narración de dejarlo fluir me estaba funcionando muy bien y si lo piensas tardar tres años y medio en una novela gráfica de 300 páginas tampoco es descabellado, en cuanto hagas un dibujo un poco detallado. En fin, ha sido una locura, pero también un proceso vital bastante guay".

Secuencia de viñetas de un cómic: mujer con marcas circulares en la espalda, transformación, ojos sorprendidos.  Detalles de agua y una fogata.

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

El mar como fuente de vida... pero también de peligro

En el cómic flota esa idea, muy gallega, del mar como fuente de vida, pero también de peligro. "Si -nos confiesa Emma-, porque aunque no haya ninguna especificación de lugar, está claro que es la terriña. Esa melancolía de la historia es muy de Galicia. También ese sentimiento de que vivimos para servir al mar y que estamos incluso sometidos a él, porque hay mucha gente de la zona que depende del mar. Eso está muy presente en la historia".

"Pero -añade la artista-, también amamos muchísimo al mar, porque es bellísimo. A pesar de que hemos destrozado gran parte de la costa debido a la pesca excesiva. Es esa sensación de que ya no queda nada, de tristeza, pero de no poder dejar de amarlo al mismo tiempo. De amarlo, servirlo, temerlo y al mismo tiempo destruirlo... Todo viene de la mano y de ahí esa sensación de melancolía que recorre el cómic".

"Y también está esa parte del folclore -continúa Emma-, de las historias de fantasmas conectadas con los ahogados. En Anzuelo hay uno de esos fantasmas que tiene una historia muy graciosa. Se me ocurrió después de estar leyendo cosas de antropología sobre las historias de fantasmas que se cuentan en las aldeas. Entre ellas una muy buena sobre los fantasmas de los ahogados a los que tienes que llevar de la mano cuando te los encuentras porque no se enteran, no ven el mundo igual, no saben muy bien qué hacen ahí y se quedan parados por una promesa incumplida o algo así, como que no fueron a Lourdes en vida. Así que les tienes que ir diciendo: "vamos a entrar en el coche, vamos a subir escaleras..." Es gracioso y me dio unas cuantas claves para ese fantasma triste y solitario".

Viñetas de cómic con pájaros, sangre, un gran ojo azul y un cuervo.  Onomatopeya

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

Los personajes rechazan la violencia

Otra cosa que nos llama la atención es que, mientras en otras historias de supervivencia los personajes luchan por los escasos recursos, aquí rechazan la violencia. "Yo soy animalista y no como animales -nos confiesa Emma-, por eso también me planteé la historia desde esa perspectiva personal: ¿Qué haría yo en esa situación? Además, creo que vivimos en un entorno de brutalización total y que estamos anestesiados frente a esa violencia que vemos en todas partes. Yo siempre trato de hacer como ejercicios personales sobre este tema , me como los típicos comentarios de que "este tema no es realista"... Parece que damos por sentado que esa violencia es necesaria... y yo no creo que sea así".

"Para mí fue como una cuestión personal de cara al libro -añade-. Para que te guste vas a tener que tomar una postura sobre el pensamiento de estos niños que son un amor, en general, que solo piensan en ayudar a los demás y no se dejan llevar por sus emociones para no provocar que los otros se sienten peor. Es todo lo contario a El señor de las moscas (William Golding, 1954), que leí de pequeña y no lo he vuelto a leer porque me sentí muy incómoda leyéndolo".

"El cómic también habla de ese contraste entre la naturaleza, que es violenta porque no puede evitarlo, porque es así, y los seres humanos que si pueden decidir y eligen ser violentos. Hay un ensayo de Peter Wessel Zapffe, El último Mesías (1933), que me impactó mucho y en el que habla de la relación del hombre con la naturaleza y me ayudó a hilvanar, de una forma un poco sofisticada, cómo me sentía yo de cara a eso, que al final es de una manera un poco más humanista".

Y también está presente ese mensaje de la fuerza del grupo frente a la soledad del individuo. "Hay un arco en el cómic en el que cada uno está muy centrado en sí mismo, que piensa que los humanos son una mierda, pero hay como un encuentro de nuevo, un mensaje de que a lo mejor no tenemos que ser tan horribles. Creo que me fui volviendo menos nihilista al escribir esta historia, que tuve cierto crecimiento mental y se me quitó todo ese rollo eco fascista que se te escapa a veces cuando te enfadas en plan "me da igual".

"El tema de la empatía es algo que me ha preocupado en todas mis obras -concluye Emma Ríos-. Creo que aquí quizá sea lo más como lo más crudo. Es una premisa fundamental del libro y a partir de ahí construyo todo lo demás: la no violencia, el no perder el control pensando en los demás... Y luego hablar un poco de altruismo, pero también de cómo el altruismo puede ser tóxico, ¿no? Como es el el caso de la cría".

Viñetas de cómic con acuarelas, mostrando una mujer en la playa, una figura oscura y textos que expresan angustia y posible ideación suicida. Atmósfera onírica y melancólica.

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

"No hay mecanismos contra el pánico"

Preguntamos a Emma si el cómic también trata de la identidad, de quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser. "Más que de la identidad, hablo de cómo no rechazarnos a nosotros mismos, porque estos chavales sufren cambios radicales (físicos y Psiquicos) y no hay mecanismos contra el pánico, como desaparecer, que es el más humano de todos. Y tenemos a una persona que se hace con el control y que les obliga a tener ciertas normas, como por ejemplo, no matar animales. Se hace cargo de todo para proteger a los demás, para crear como un hogar, que sientan que tienen un ancla y un lugar seguro"

"Hay otro que intenta comprender su entorno y a sus compañeros de una forma súper altruista y como muy dulce -continúa-. Y esos personajes acaban construyendo esa sociedad en la que todo el mundo se sacrifica muchísimo para que funcione. Y aparte, estas ideas luego confluyen con la mar: dentro del mar, en la superficie del mar, en el barco o en el cielo volando. Trabajé con esos tres niveles para ir construyendo lo que es la historia".

Como nos cuenta Emma esos cambios de los personajes no so solo mentales sino también físicos, un poco al estilo Lovecraft. Me interesa mucho el Body Horror y esa idea de que no importa lo que nos pase en el cuerpo porque vamos a seguir siendo nosotros. Es una idea con la que llevo trabajando mucho tiempo y que está muy ligado a lo de quererse a uno mismo. En este caso los niños tienden a quererse y aceptarse. Y, a pesar de que hay mutaciones muy extremas, lo que busco es transmitir ese mensaje de que no importa en lo que te hayas convertido o lo asustado que estés de tu propia fisicidad, sigues siendo una persona".

"Me interesa muchísimo Lovecraft, los videojuegos relacionados con este tema, con el Body Horror... Como Octavia E. Butler (Trilogía Xenogénesis), que es una autora que tiene mucho peso en mis historias. Y aquí también hay cosas de Miyazaki, aunque más de sus mangas que de sus películas, en el sentido de que es un cuento ecologista en el que la naturaleza está limpia y que lo que está estropeado son los humanos. Nosotros no somos ni puros ni limpios pero estamos aquí e importamos. Es un poco esa idea", concluye Emma.

Tres paneles de cómic muestran una escena dramática: mujer suplicante, figura roja coralina y frases que sugieren una acción perjudicial que roba la luz.

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

Unas acuarelas hipnóticas

Destacar la belleza de las páginas de Emma Ríos, realizadas con acuarelas y que a veces nos hipnotizan, como cuando miramos al mar. "El tema de las acuarelas, de toda esa humedad y esa cosa loca que se mueve para todas partes yo creo que casi es una forma de Metanarrativa. Porque hay escenas que se vuelven confusas de forma natural, por accidente, porque es una técnica muy difícil de controlar. Mi idea era construir algo como muy romántico, muy crepuscular, como si estuviéramos presenciando la extinción de la humanidad. Y hacerlo desde el punto de vista de los críos".

"Entonces -continúa-, una de las cosas que me planteé fue que no quería que el mar fuese azul. Preferí una paleta basada en el anime de los años 80, que me interesa mucho. Si ves Marco o Heidi, por ejemplo, verás que los cielos no son azules. Son todos como verdes, rarísimos. Y el mar tampoco es azul. Y cuando había escenas de tensión era como que el agua se volvía roda y cosas así. todo eso se me quedó muy grabado y me ha servido de inspiración para la paleta de este cómic. Y luego, ese tipo de colores tan suaves y tan poco saturados de la propia acuarela, como que me han dado muchas herramientas para poder trabajar emocionalmente lo que era la imagen".

"Yo no soy escritora sino artista -nos comenta Emma-, y aquí me he encontrado, como dice Javier Pulido, escribiendo directamente con el arte. He tenido la suerte de poder trabajar al mismo tiempo la palabra y la imagen, la narración y el color... ha sido como muy loco".

Pero en esos colores también hay algo de melancolía, de calidez... "Mi madre esta obsesionada con eso porque es profesora de arte y me inculcó esta locura por el Impresionismo, que es su estilo favorito: "Los impresionistas son los mejores y estos colores son increíbles". Pero aparte de eso, también soy muy fan de ilustradores como Yoshitaka Amano, que es el que me hizo querer coger las acuarelas, aunque hasta ahora no las había usado en serio. O de Miyazaki y esa idea de hacer libros como para niños pero con temas muy adultos. Es una historia terrible de terror, pero los protagonistas son niños y por eso quería trabajarlo como si fuese un libro infantil, con colores suaves, melancólicos... pero que son bonitos al mismo tiempo".

"Y -añade-, aunque dibujes una escena violenta, el lector no puede apartar la mirada porque gracias a esas acuarelas la imagen tiene una dimensión mas interesante. Por eso, creo que el libro es muy bonito, pero a la vez tiene esa violencia que no se ve. Reconozco que estaba muy asustada cuando lo acabé, porque la técnica es muy complicada y yo no la dominaba, pero el feedback que he recibido hasta ahora me parece interesante. Y ahora que han pasado unos meses es cuando estoy empezando a quedar satisfecha".

"Creo que hay algunos originales muy chulos y me gustaría hacer una exposición con ellos -nos confiesa-.

Viñetas submarinas de un cómic: dos personajes (uno rubio, otro de piel oscura), algas, ballena, onomatopeya

Página de 'Anzuelo', de Emma Ríos

Un cómic que le ha cambiado la vida

Preguntamos a Emma hasta qué punto le ha cambiado una obra tan exigente como esta: "Cuando envié los archivos a mi editor pensé: Ya me puedo morir tranquila. Tuve la sensación muy rara y lo comenté con mi madre, que me había llevado casi el mismo tiempo que estudiar arquitectura. Además, en este tiempo pasé la pandemia, tuve una pérdida familiar bastante fuerte... Y, como decía antes, era mucho más nihilista antes de pasar por la pandemia y hacer este cómic. Ahora intento ser un poco más humanista y pensar un poco también en lo que puede venir. Estoy muy cansada de hablar con gente de de mi quinta que dice que le importa todo una mierda y que para que lo que les queda que se vaya todo al carajo".

"Cuando veo a los niños al final, en la playa, creo que ahí está el supuesto mensaje ecologista del cómic -añade-. Nos tiene que importar lo que dejamos a la gente que viene después. Tenemos que ser responsables de nuestros actos. Hace veinte años pensábamos que podíamos mejorar las cosas y ahora estamos en el punto contrario, como que todo lo que viene va a ser peor. Pero tenemos que intentar mejorar las cosas".

En cuanto a sus proyectos, Emma Ríos Anos comenta: "Estoy dibujando un nuevo arco argumental de Bella Muerte con Kelly Sue DeConick. Es una historia de orígenes, con vikingos, y es todo muy operístico. Me gusta la idea de la mitología y estamos tirando por ahí. Y mi cerebro ya está pensando en mi próximo proyecto en solitario. Me lo paso muy bien colaborando con guionistas pero quiero intercalar obras personales mientras me lo pueda permitir, porque, aunque tuve un buen adelanto, es imposible que te cubra cuatro años de curro".

Abstracta ilustración en rosa y morado para la portada del cómic

Portada de 'Anzuelo', de Emma Ríos