Madrid se despide del papa Francisco con una misa funeral en la catedral de la Almudena
- La eucaristía ha estado presidida por el cardenal arzobispo José Cobo, candidato a papa
- "Francisco nos hizo sentirnos en casa dentro de la Iglesia, con nuestras imperfecciones y dudas", según Cobo


Último adiós en Madrid para el papa Francisco. La ciudad ha rendido un homenaje al pontífice en una misa funeral que se ha celebrado este martes en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. La eucaristía, organizada por la Archidiócesis de Madrid, ha estado presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo.
Numerosos fieles y representantes institucionales, como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, o la portavoz socialista en el Ayuntamiento, Reyes Maroto, se han acercado al templo para despedirse del pontífice. La ceremonia, que ha comenzado a las 19.00 horas y se ha prolongado durante una hora y cuarto, ha estado marcado por la emoción y el recuerdo.
Durante la misa, Cobo ha invitado a la reflexión, preguntándose hacia dónde se dirige la vida de cada uno "en un mundo complicado, lleno de apagones de muchas formas". "Venir hoy, queridos hermanos, a esta catedral es una oportunidad para preguntarnos juntos, cada uno desde donde esté, por el lugar de Dios y a dónde va nuestra vida", ha considerado.
El cardenal también ha destacado la semblanza humana y espiritual del pontífice, pese al "mundo convulso y para los pobres de la tierra". "Fue más que un líder visible", ha expresado, "fue un testigo en medio del mundo, un hombre de Dios".
El pontífice —ha recordado Cobo— mostró "que la vida cristiana vale la pena cuando se vive de verdad, de rodillas y con las manos extendidas a los demás". También ha señalado que Francisco "nos hizo sentirnos en casa dentro de la Iglesia, con nuestras imperfecciones y dudas" y ha añadido que el papa "fue aclamado y a veces malinterpretado".
"El amor" es aquello que sustentaba la "humanidad sin apagones" del pontífice, ha reivindicado el cardenal. "El amor es lo que queda y lo que construye nuestra Iglesia y una humanidad sin apagones", ha agregado. Por otro lado, ha alabado que el papa "ha sido un hombre nacido del Espíritu, atento al soplo de Dios, abierto al discernimiento".
Un pastor cercano
El cardenal Cobo ha aludido a la figura del papa como un pastor cercano. Para Cobo, Francisco resaltó "por su carácter pastoral, su cercanía a los pobres, su incansable defensa de la paz y su valentía para acometer reformas". También fue quien cargó la cruz "en nombre de los pobres y los marginados, de los inmigrantes y de los invisibilizados, hasta el final de su enfermedad".
Por otro lado, Cobo ha sostenido que el pontífice "siempre tenía una sonrisa franca", y ha expresado que sus palabras "siempre tocaban el corazón". Asimismo, ha resaltado que Francisco "no necesitaba grandes discursos para hablarnos de lo esencial".
Tal y como ha rememorado Cobo, desde el inicio de su pontificado, Francisco subrayó "que la Iglesia no es una fortaleza ni un tribunal, sino un refugio para los que buscan sentido". En este lugar, caben "todos, todos y todos". Estos avances han llegado, para Cobo, "en un tiempo en el que al mundo le cuesta mirar a Dios y parece no tener oídos ni corazón para la sensibilidad del Evangelio".
"La Iglesia no debe ser una aduana, sino una casa con las puertas abiertas donde todos puedan encontrar consuelo", ha remarcado el cardenal. Al término de la misa, Cobo ha querido remarcar "la necesidad [de Francisco] de salir a las periferias", como uno de los mensajes de su pontificado, y ha invitado a no quedarse "en sacristías", sino llegar "a los que sufren, a los pobres y olvidados".