El papado de Francisco deja una huella de avances y polémicas: "La Iglesia Católica no es la misma"
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El pontificado de Francisco estuvo marcado por su intento de modernizar la Iglesia, aseguran expertos consultados por RTVE.es, pero también ha dejado polémicas, a veces en los mismos terrenos de la moral y la opinión pública en los que intentaba incidir.
"Los logros del papado de Francisco son muy importantes a nivel teológico para todos los creyentes. La Iglesia Católica no es la misma", asegura la presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, Montserrat Escribano.
"Ha puesto en marcha un proceso de actualización, de cambio, de acentuación de la dimensión evangelizadora de la Iglesia", opina, por su parte, el profesor de Antropología Teológica en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Pedro Castelao.
Reactivación del Concilio Vaticano II: el foco en las "periferias"
Ambos coinciden en que, desde su llegada al papado el 13 de marzo de 2013, Francisco "restauró" o "reactivó" las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que incluía una doctrina social. El jesuita argentino tuvo contacto durante su formación con uno de los frutos del Concilio en América Latina: la teología de la liberación.
Así, hay que entender, según Escribano, su atención a las "periferias" y al "pueblo de Dios", a los creyentes por encima de la jerarquía. "Él ha puesto la centralidad en las pobrezas. Y eso ha hecho que toda la Iglesia entera tuviera que mirar hacia ese centro".
Se apreció también en gestos como que su primer viaje oficial fuera a la isla de Lampedusa, centro de acogida de inmigrantes o, más recientemente, críticas a las deportaciones de la Administración Trump.
Francisco actualizó además estos contenidos al sumar la preocupación por el medio ambiente. Escribano considera que una de sus encíclicas más importantes es la primera, Laudato Si', en la que alertaba del cambio climático y pedía abandonar los combustibles fósiles. "No es una 'encíclica verde', sino una llamada a toda la Iglesia. ¿Cómo entender nuestro ser cristiano? Eso no puede hacerse al margen de la naturaleza", asegura Escribano.
Para Castelao, Bergoglio "se convirtió en la última década en una de las pocas voces con autoridad mundial para hacer explícita y presente la voz no solo de un planeta climatológicamente muy maltratado, sino también la voz de aquellos que sufren esas consecuencias".
"Reforma eclesial" y más protagonismo a la mujer
En segundo lugar, Francisco inició una reforma de la propia Iglesia. "Llevó a cabo, a través de diferentes documentos y constituciones apostólicas, transformaciones de las cuales probablemente la más llamativa es la reforma de la curia romana", explica Castelao, para convertir la institución en una "ayuda para la evangelización del papa" y "agilizarla".
Dentro de esa reforma, la mujer ha adquirido más presencia y responsabilidad en la jerarquía, por ejemplo, con el nombramiento de mujeres al frente de organismos oficiales (dicasterios) o la elección de Raffaella Petrini como 'número dos' del Vaticano.
Estos avances hacia una mayor igualdad, sin embargo, no son algo "consolidado y definitivo", reconoce Castelao.
Impulso contra la pederastia
Dentro de esa "reforma eclesial" pueden situarse las iniciativas contra la pederastia en la Iglesia. Bergoglio ordenó en 2019 eliminar el secreto pontificio para estos casos. En 2022, reformó la Congregación para la Doctrina de la Fe para hacerla más efectiva frente a los abusos. Y han sido varias las ocasiones en que ha pedido perdón a las víctimas y ha ordenado agilizar la respuesta.
"Ha puesto el centro en las víctimas y eso ha sido un gran cambio —subraya Montserrat Escribano— ha sido un movimiento eclesial muy importante y ha obligado a que todos los obispados del mundo tengan que rendir cuentas".
Sin embargo, muchas víctimas lo consideran aún insuficiente y piden "voluntad real" a la Iglesia para garantizar la transparencia y enmendar el daño, también con indemnizaciones económicas.
El "acento en la misericordia" y el acercamiento a la comunidad LGTBI
En asuntos de moral y familia, Francisco adoptó un enfoque más flexible que otros papas. "Un esfuerzo explícito por subrayar una vía, digamos, de apertura, de comunión, de atención al discernimiento concreto de cada situación, evitando que la doctrina de la Iglesia se convierta en una especie de aplicación inmisericorde de normas inflexibles", resume Pedro Castelao.
Por ejemplo, aceptó que los divorciados vueltos a casar puedan recibir la eucaristía, o que los transexuales e hijos de parejas del mismo sexo puedan ser bautizados, y permitió bendecir las uniones homosexuales, aunque sin considerarlas matrimonio.
"Si una persona es gay y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla?", dijo Francisco en una famosa declaración a la prensa. También condenó las leyes que, en muchos países del mundo, aún penalizan la homosexualidad.
Sin embargo, el papado se sigue oponiendo al cambio de sexo, según el documento Dignitas Infinita, que actualiza la postura sobre derechos humanos, desde la pobreza a la "violencia digital". Tampoco ha variado la postura tradicional de oposición al aborto y la eutanasia.
Polémicas: de la crítica al feminismo al "mariconeo"
El pontificado de Francisco, sin embargo, no estuvo exento de polémicas. La más reciente saltó cuando se conocieron las palabras de Francisco en una reunión con obispos italianos, en la que dijo que había "mucho mariconeo" en los seminarios. "¡En la Iglesia hay lugar para todos, para todos!", alegó el Vaticano en el comunicado en el que pidió perdón. Sin embargo, en la nota no se negaba la posición del papa de no admitir a homosexuales en los seminarios.
Este es un ejemplo de declaraciones privadas de Francisco que contradicen sus propias políticas públicas. En otro caso equiparó el feminismo con el machismo; o dijo que "los cotilleos son cosa de mujeres".
Escribano relaciona estas polémicas precisamente con la "cercanía" y "espontaneidad" de Bergoglio y con su presencia habitual en los medios de comunicación, y advierte de que hay que distinguir entre sus declaraciones personales y la doctrina.
La extrema derecha política también ha criticado a Bergoglio, empezando por el presidente de su país, Argentina, Javier Milei.
Más profundas fueron las controversias dentro de la propia Iglesia, donde las corrientes más conservadoras han criticado las iniciativas saludadas por otros como avances. Se le ha llegado a tachar de "hereje".
"Un gran logro del pontificado de Francisco ha sido alentar que las diferentes formas de pensar en la Iglesia se expresen con libertad, con holgura", explica Pedro Castelao. "Esto ha llevado a que sectores que en pontificados anteriores eran defensores absolutos y recios del magisterio pontificio en determinados temas, ahora han aprovechado este clima de horizontalidad, de libertad, para hablar y expresarse, justamente para ir en contra del papa", añade.