El legado de Mario Vargas Llosa: literatura y rebeldía
Mario Vargas Llosa, fallecido este lunes a los 89 años, fue, sobre todo, dos cosas: un escritor y un rebelde. De hecho, ambas cosas estaban unidas porque él mismo confesó que su padre odiaba tanto la idea de que fuera escritor que le metió en una academia militar a los 14 años. Algo que no tuvo el resultado que su progenitor esperaba: "Mi padre pensó que un colegio militar me iba a quitar la vocación literaria, a la que él temía, y más bien me dio las experiencias con las que escribí mi primera novela", rememoró en el documental Mario y los perros (2019).
Y durante toda su vida hizo de esa rebeldía y búsqueda de libertad el centro de su obra. Una obra en la que cultivó todos los géneros, desde el periodismo a la novela pasando por el cuento infantil, el ensayo...
"La literatura es fuego, significa inconformismo y rebelión. Y la razón de ser del escritor es la protesta, la contradicción y la critica", aseguraba el escritor sobre la pasión a la que dedicó toda su vida.
El "boom" que cambió la literatura latinoamericana
Vargas Llosa compartió ese fuego con una de las generaciones más importantes de la historia de la literatura, el llamado "boom latinoamericano", del que formó parte junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar o Carlos Fuentes y que coincidió con el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, lo que hizo que casi todos los ojos se centraran en Latinoamérica.
A esos escritores pronto se unirían muchos más (Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti...), que desafiaron todas las convenciones de la literatura de la época y, debido a la situación de América Latina en aquella época, también hicieron una literatura muy política. Además, fueron las primeras novelas latinoamericanas en publicarse en Europa.
Una generación de escritores que combinarían el Realismo Mágico con los cuentos fantásticos y la crítica de la realidad social que les tocó vivir. Gracias a esa generación, las novelas iberoamericanas empezaron a ser traducidas a casi todo el mundo.
Y Vargas Llosa fue quien, junto a Gabriel García Márquez, logró mayor proyección internacional entre los escritores de ese "boom".
Lo mejor de la literatura europea y latinoamericana
Además, el legado de Vargas Llosa es fundamental porque renovó las formas narrativas pero partiendo de la literatura clásica, que conocía y admiraba. Además, como decía el gran novelista mexicano Carlos Fuentes: "Vargas Llosa es un escritor que nos ha dado lo mejor de dos tradiciones: la intensidad dramática de la novela latinoamericana y el rigor constructivo de la novela europea".
Y siempre fue un experimentador, empezando por esa teoría que llamó "vasos comunicantes", y que consistía en la mezcla de episodios e incluso diálogos separados en el espacio y en el tiempo. Eso aumenta la profundidad de ambos fragmentos aunque, en principio no tuvieran ninguna relación.
Sin olvidar su teoría de la "Novela Total", que parte de la idea de la muerte de Dios a fines de la Edad Media a manos de la Razón. Como consecuencia de ese deicidio, y para evitar el caos y el vacío existencial, Vargas Llosa defiende la creación literaria como "la realidad, objetividad y subjetividad, acto y sueño, razón y maravilla". Y, por tanto, el escritor sería "el suplantador o competidor de dios".
La influencia de Vargas Llosa en otros escritores
La influencia de Vargas Llosa en los escritores modernos va más allá de su calidad literaria, también ha calado en la comprensión de la sociedad y la identidad. Posiblemente muchos no estarán de acuerdo con sus ideas políticas, pero la mayoría reconocen la pasión que demostró por Iberoamérica en todos sus escritos y admiten que les ha enseñado a mirar de forma crítica la sociedad.
Por eso escritores como Roncagliolo, Cueto, Juan Gabriel Vazques, Javier Cercas, Martín Caparrós, Antonio Muñoz Molina... han admitido la influencia de Vargas Llosa.
Cercas aseguró que: “Cuando Vargas Llosa está en su punto más bajo es mejor que casi todos los demás novelistas cuando estamos en nuestro punto más alto”.
Y Antonio Muñoz Molina resaltaba: "Mario nos enseñó que una novela puede ser simultáneamente una construcción artística impecable y una indagación profunda en la condición humana y social. Su obra reconcilia los imperativos estéticos y éticos que tantas veces se presentan como antagónicos".
La muerte de Mario Varas Llosa cierra uno de los capítulos más brillantes de la literatura iberoamericana, pero su legado seguirá marcando a futuras generaciones de escritores... Su fuego y su rebeldía seguirán vivos.