Telediario Especial desde la RAE: homenaje a la vida y obra de Mario Vargas Llosa
- TVE se traslada a las 15h a la Real Academia Española para recordar la trayectoria e influencia del Premio Nobel
- DIRECTO | El mundo de la cultura y la política lamenta la muerte de Vargas Llosa
El mundo se despide este lunes del escritor peruano-español Mario Vargas Llosa. El Premio Nobel de literatura ha fallecido a los 89 años en su casa de Lima, según han anunciado sus familiares, que ya han adelantado que no harán ceremonias públicas. Para homenajear su vida y obra, el Telediario se ha volcado en su figura con una edición especial desde la sede de la Real Academia Española (RAE), donde el escritor ocupaba la letra L, que ahora queda vacía.
Autor de obras imprescindibles como La ciudad y los perros, La fiesta del chivo o Conversación en la catedral, el escritor solo quiso una cosa: escribir la mejor de las obras. El peruano no se dedicó exclusivamente a la literatura. Su gran capacidad y disciplina para trabajar y su deseo vital le llevaron a meterse en diferentes ámbitos como la política o el teatro.
Como ensayista, además, firmó La tentación de lo imposible (2004), Rumbo a la libertad (2005), El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti (2008) o Sables y utopía (2009).
Una sola vida dedicada al arte de la escritura
Inmortal, maestro de la palabra y el último de una era. Vargas Llosa fue un escritor que recibió todos los reconocimientos: el Premio Nobel, el Cervantes, el Príncipe de Asturias. Solo se le resistió una, la Presidencia de Perú.
Disciplinado y constante, a Vargas Llosa le atrapó la literatura siendo un niño, cuando aprendió al leer, pero a la escritura le abocó un descubrimiento dramático a sus 11 años. Su padre no había muerto y volvió para dar a un vuelco a su vida. "Perdí la inocencia y descubrí la soledad, la autoridad, la vida adulta y el miedo", contaba el escritor.
Obligado por su padre a entrar en una academia militar, allí empezó su revuelta contra las estructuras de poder que reflejará en su primera novela, La ciudad y los perros, con la que formará parte del llamado Boom latinoamericano.
El autor hispano-peruano recibió el Nobel en 2010, cuando pensaba que ya se habían olvidado de él, por "su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual". "Tenemos una sola vida, pero gracias a la literatura podemos vivir decenas, cientos de vidas distintas a la nuestra", decía. Y a esas vidas inventadas dedicó la suya con éxito Mario Vargas Llosa.
A nivel personal, Vargas Llosa se casó dos veces. La primera, a los 19 años, con su tía Julia Urquidi. La segunda, con su prima Patricia, madre de sus tres hijos. Décadas más tarde, mantuvo una relación con Isabel Preysler hasta 2022.
El maestro de la palabra
Hoy no hay institución literaria que no recuerde al escritor peruano. Además de los numerosos premios recibidos en vida, otro de los hitos de Vargas Llosa fue entrar en la Academia Francesa sin haber escrito nunca en francés. Con su nombramiento se convirtió en el primer escritor extranjero y en español en lograrlo, todo un acontecimiento que se celebró hace poco más de dos años.
La literatura, el amor, la política y el periodismo fueron las brújulas vitales de un autor colosal. El mundo de la cultura expresa su admiración por el escritor, con quien desaparece una forma de narrar.
Autores y amigos le describen como un hombre generoso, vital, valiente que se ayudaba de la escritura para hacer frente a sus miedos. Por su parte, Javier Cercas, al que consideran uno de sus herederos literarios, también alaba su genialidad en la técnica, que le permitió igualar a sus referentes, los grandes autores del siglo XIX.
De comunista a neoliberal: "Creo que los seres humanos cambian"
En la vida de Vargas Llosa, literatura y política siempre fueron de la mano, pues no entendía la una sin la otra. De comunista y castrista a neoliberal y firme defensor de los Derechos Humanos, el escritor defendió siempre su trayectoria política basándose en la experiencia personal. "Creo que los seres humanos cambian y es una de las características más humanas que caben, el cambiar, el evolucionar. Y he cambiado en el sentido de que he ido enriqueciendo mi experiencia", argumentaba.
Pero ya sea de un lado o de otro, siempre estuvo activo en la política. En su obra autobiográfica El pez en el agua, revela que formó parte de una célula clandestina del Partido Comunista peruano en la Universidad San Marcos de Lima para luchar contra la dictadura del general Odría.
Además, Fidel Castro y la revolución cubana atrajeron a Vargas Llosa, que cubrió como periodista la crisis de los misiles en 1962. Sin embargo, el encarcelamiento del poeta disidente Herberto Padilla le llevaron a firmar un manifiesto de condena.
Su punto álgido en la política llegó en 1990, cuando plantó cara -sin éxito- al expresidente Alberto Fujimori en las elecciones, lo que le obligó a instalarse en España.
El último del Boom latinoamericano
Con Le dedico mi silencio, Mario Vargas Llosa firmaba su última novela. Una historia en la que regresaba a su país, Perú, y en la que recorría algunos de los escenarios que marcaron su vida y su literatura. Allí, aunque la familia ha decidido que la despedida sea privada, el Gobierno ha declarado este lunes 'día de duelo nacional' y los ciudadanos han querido homenajear al escritor.
Algunos se enteraron del fallecimiento de Vargas Llosa en directo en un partido de fútbol, cuando los comentaristas deportivos lo anunciaron en directo, jugaba el equipo que él seguía, el Universitario de Deportes.
Aún quedan fotos en blanco y negro donde sonríen para el recuerdo Julio Cortázar, Vargas Llosa o García Márquez, entre otros. Un grupo que paradójicamente alguien bautizó con una palabra en inglés: boom.
Es fácil imaginar cómo en sus encuentros cordiales de genios debatían sobre una nueva forma de narrar en castellano, mientras pisaban Europa con una mirada que garantiza el éxito. Todo lo brillante cabe en el Boom: del realismo mágico a la literatura política y a la que desnuda a autócratas de un continente sometido. Ahora, con la muerte de Vargas Llosa, las historias de este movimiento y sus personajes se refugian para siempre en las librerías.
Pero con la llegada del color, la relación entre los autores se volvió más fría o menos cordial. En México, en febrero de 1976, todo cambió. En una gala que no debería haber pasado a la historia, Vargas Llosa propina un puñetazo a García Márquez. El porqué seguramente nunca lo sabremos, ya que ambos se han llevado ese secreto a la tumba.
Luis Mateo Díez: "Era una persona muy sabia"
El escritor Luis Mateo Díez, ha hablado con el Telediario sobre la muerte de su compañero en la RAE, de quien ha destacado que era "un grandísimo narrador" y "alguien que decidió contar historias y que asumió mucho la herencia de los escritores de los siglos XIX y XX con una gran naturalidad". Para el autor leonés, Vargas Llosa "se convirtió en uno de los contadores de historias más genuinos que hemos tenido".
"Tenía un encanto especial, una gran cordialidad, era una persona muy sabia, aunque no hacía ninguna ostentación especial de su sabiduría. Estuve con él en algunas comisiones, como la de Ciencias Humanas, y asumía su papel en la Academia con una gran responsabilidad", ha añadido el académico de la Lengua.
Díez rememora cuando Vargas Llosa alabó su libro La fuente de la edad: "Aquello fue para mí un elogio enorme, porque yo era un gran admirador desde el alumbramiento que tuvo para mí su novela La ciudad y los perros. Luego, con el tiempo, nos hicimos amigos".
Sus obras, el refugio de millones de lectores
Huérfanos se quedan también los millones de lectores de un autor prolífico que fue traducido a más de 30 idiomas. El hombre que aseguraba que toda su vida cambió el día que aprendió a leer acabó formando parte de la vida de numerosas personas que encontraron en su escritura el lugar en el que refugiarse.
Dueño de un universo propio en el que iban de la mano la ficción y realidad, 'Varguitas', como le llamaban cariñosamente en casa, se iba de madrugada. Atrás nos deja sus libros para que sigamos navegando en sus historias.