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Trabajadores que ya han reducido su jornada con el mismo sueldo: "Es magnífico, es ganar tiempo para uno mismo"

  • El Gobierno ha aprobado este martes el recorte de la jornada laboral, reactivando "un debate parado en Europa durante 100 años"
  • "Cada vez somos más productivos pero trabajamos lo mismo, algo no cuadra", destacan quienes abogan por una jornada menor

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El Gobierno aprueba este martes la reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales
El Gobierno aprueba este martes la reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales GETTY

Trabajar menos horas a la semana por el mismo sueldo no es una utopía para muchos empleados. Ismael Morales, trabajador de la Fundación Renovables, es uno de ellos. Hace un año y medio, su empresa ensayó una jornada de cuatro días, con los viernes libres, un cambio que él recibió en un primer momento con cierta "incertidumbre" por la dificultad de llevar a cabo el mismo trabajo en menos tiempo.

Sin embargo, "los resultados han sido magníficos", asegura a RTVE.es. En este tiempo ha crecido la productividad e incluso han podido aumentar la plantilla. La jornada de cuatro días, defiende Morales, permite mejorar la salud —él aprovecha los viernes por la mañana para salir a correr y para organizarse las comidas de la semana— o un reparto de tareas en casa "más equitativo y más justo".

Con esas horas libres también ha podido dedicar más horas a sus proyectos personales, como un canal de divulgación sobre energía, e incluso ha podido acabar una novela. "Al final es tener tiempo para organizarte la vida", señala, seguir "esa tendencia de ganar tiempo para uno mismo" que ya habían iniciado con un modelo de teletrabajo mixto.

En el horizonte de unos 12 millones de trabajadores en España está también una reducción de jornada, aunque más modesta que esta, después de que este martes el Gobierno haya aprobado en el Consejo de Ministros el recorte de 40 horas a 37,5 horas semanales de jornada máxima. Es el primero en 40 años, y se ha logrado tras un año de tensas negociaciones con los sindicatos y la patronal, en un acuerdo del que finalmente se han descolgado los empresarios.

Una reducción de jornada "necesaria pero muy modesta"

La reducción aprobada este martes, y que da tiempo a las empresas a adaptarse a lo largo de este año, es "necesaria, pero muy modesta", según Joan Sanchis, profesor asociado de Economía Aplicada en la Universitat de València y autor de Cuatro días, trabajar menos para vivir en un mundo mejor (Barlin Libros, 2023).

Sanchis considera que tendrá una importancia "artificial" para muchos sectores, ya que la jornada media real en nuestro país es de 38,4 horas semanales, cerca del límite establecido por el Ejecutivo. Las administraciones públicas, en muchos casos, tienen una jornada de 35 horas, por lo que cree que su impacto será más relevante en sectores precarizados como la hostelería.

Este economista asesoró durante la pasada legislatura al Gobierno valenciano del Botànic en el lanzamiento de un proyecto piloto de subvenciones a las empresas que redujeran la jornada a cuatro días. A pesar del cambio político en la Comunidad Valenciana —donde ahora gobierna el PP—, el proyecto sigue por el momento adelante.

Pasar de la jornada de cuatro días a trabajar 46 horas

Vicent Pons era empleado de una de las compañías que planeaba acogerse a ese plan, una pequeña empresa de instalación de energía fotovoltaica en Pedreguer, Alicante. Empezó directamente trabajando de lunes a jueves. "Es un día entre semana que puedes ir al banco o al taller del coche", pone de ejemplo.

Tener un día más libre a la semana le permitía hacer más planes con sus amigos o su pareja y aumentar el consumo en comercios y negocios locales, otro de los aspectos que exponen los defensores de esta jornada. Y frente a los detractores de la reducción del tiempo de trabajo en las PYMES, que argumentan la dificultad de estas empresas para adaptarse, afirma que simplemente hace falta "planificarlo todo mejor".

Aquella empresa finalmente cerró por otros motivos y ahora Pons trabaja en la hostelería, pasando de trabajar 36 horas semanales a 46, incluidos fines de semana. "Se nota muchísimo, la semana pasa más lenta", lamenta. 

El debate de la reducción de jornada, "parado en Europa durante 100 años"

La reducción del tiempo de trabajo que ha planteado el Gobierno, y que aún debe ser aprobada por el Congreso, está lejos de la idea de la jornada de los cuatro días, pero es "un paso para abrir el melón alrededor de la reducción de jornada", un debate que "lleva prácticamente parado en Europa desde hace cien años", señala Sanchis. 

"En las últimas décadas, cada vez somos más eficientes produciendo, pero seguimos teniendo el mismo tiempo de trabajo, hay algo que no cuadra", asegura este economista valenciano. Hasta ahora, los proyectos piloto de jornada de cuatro días puestos en marcha en países como Reino Unido o Portugal han mostrado beneficios en la salud mental de los trabajadores, en la conciliación o en la reducción de emisiones, al reducir los desplazamientos a los centros de trabajo. 

Este objetivo de los cuatro días "ofrece un horizonte de esperanza y de luz muy necesario en esos tiempos". Muestra que "las cosas pueden ser mejores" y que "no hace falta necesariamente volver a un pasado idealizado, sino que podemos construir un futuro que de alguna manera valga la pena".

¿Es posible llegar a las 32 horas semanales?

Bajo el paraguas de los cuatro días se engloban tanto aquellos que defienden reducir un día entero de la semana laboral como quienes ven más positivo en lugar eliminar una hora al día, aunque en todo caso el objetivo global lo sitúan en las 32 horas semanales, una cifra mucho más ambiciosa que la que ha aprobado el Gobierno. En todo caso, la reducción a 37,5 horas "no estaría encima de la mesa" si no fuera por todo el debate suscitado alrededor de la jornada de cuatro días, recuerda Sanchis.

A favor del primer modelo está el argumento de la reducción de emisiones o la "desconexión" del trabajo que permite tener un fin de semana de tres días. Para Morales, tener el viernes "te permite llegar el lunes no solo con más energía, sino con nuevas ideas", lo que ha permitido mejorar la calidad del trabajo, defiende.

Mientras, quienes se decantan por recortar una hora a la jornada exponen motivos como una mayor facilidad para conciliar o repartir más equitativamente los cuidados. Sanchis cree que la solución ideal es un "modelo flexible", que tenga en cuenta las situaciones de cada trabajador.

Los empresarios, "no tan cerrados" a la idea

Pero, si la patronal se ha resistido con fuerza a esta reducción de dos horas y media, hasta el punto de descolgarse del acuerdo con los agentes sociales, ¿es factible pensar que vayan a apoyar una reducción hasta las 32 horas?

Sanchis cree que entre los empresarios hay "distintas percepciones" y que realmente "no están tan cerrados" a la jornada de los cuatro días, siempre que tengan ayuda para la adaptación, según ha extraído de sus investigaciones y conversaciones con muchos de ellos. Muchas grandes empresas, como la mayoría de las del Ibex 35, ya promueven medidas de reducción de la jornada de una manera o de otra, recuerda, mientras que las PYMES tienen una "mayor oposición y más justificada". Ahí es donde habría que dar "incentivos" desde las administraciones públicas, opina este experto.

En todo caso, las resistencias a reducir la jornada son "puramente culturales", considera, tanto por parte de los empresarios como de muchos trabajadores. Morales, por ejemplo, reconoce que tanto él como su empresa tenían muchas dudas cuando iniciaron el proyecto, pero tras un año y medio en los que han constatado una satisfacción general con la nueva jornada, no solo se reafirman en su decisión, sino que ahora exponen su caso a otras organizaciones que quieren seguir su modelo.

"Los resultados han sido mucho mejores de los que esperábamos. No solo hemos mantenido la actividad, sino que hemos contratado a tres personas y hemos aumentado el beneficio", remata.