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La guerra en la Franja de Gaza cumple 100 días con un saldo de más de 23.900 muertos

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La guerra en Gaza cumple 100 días con cerca de 24.000 muertos

Se cumplen 100 días del inicio de la guerra entre Israel y la milicia palestina Hamás con pocas expectativas de que el conflicto acabe a corto plazo, pese a la presión internacional para decretar un alto el fuego.

En Gaza, 125 palestinos han muerto y 265 han resultado heridos en las últimas 24 horas, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, lo que asciende el número total de fallecidos a 23.968 y el de heridos a 60.582 por la ofensiva israelí. Tras arrasar el norte, los bombardeos israelíes se centran ahora en los barrios del centro de la Franja, así como en Jan Yunis, al sur, donde se cree que podrían refugiarse alguno de los líderes de Hamás.

Hospitales, escuelas y edificios residenciales han sido atacados en estos meses, según ha informado Hamás, pero Israel le acusa de esconder en esos lugares armas y túneles, utilizados para "acciones terroristas". Mientras, la crisis humanitaria se extiende por toda la Franja ante el alto grado de destrucción de las infraestructuras del norte, y el hacinamiento y las falta de alimentos y suministros en el sur, adonde tuvo que desplazarse la población en el inicio de la ofensiva.

Los fallecidos tampoco dejan de aumentar en Cisjordania, donde han muerto alrededor de 353 palestinos, tres ellos en las últimas horas en enfrentamientos con el Ejército de Israel.

En el lado israelí, hay 1.200 muertos y más de un centenar de personas siguen secuestradas tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, detonante de que Israel declarase al guerra a la milicia. Los familiares de los rehenes mantienen una protesta en Tel Aviv desde esta noche que se extenderá durante todo el día y se ha convocado un paro de cien minutos en las actividades económicas, secundado por 150 empresas.

También se han producido marchas por todo el país, con la participación de miles de personas, que añade presión al gobierno de Benjamín Netanyahu por haber conseguido liberar solo a cerca de la mitad de los secuestrados, principalmente a través de intercambios con Hamás durante la tregua de diciembre, en cuatro meses de guerra. Las críticas no han dejado de crecer contra el mandatario, que enfrentaba ya bajos niveles de popularidad antes del conflicto, debido a su polémica reforma judicial.

Se extiende el temor a una escalada regional del conflicto

Los esfuerzos diplomáticos se han duplicado en los últimos meses desde ambos bandos por temor a una escalada regional de la guerra. Desde la Unión Europea, una vez superados los rifirrafes iniciales por las diferentes sensibilidades de los países miembros en el conflicto, se apoyó de manera común el derecho a Israel a defenderse del ataque de Hamás, pero conforme al derecho internacional y al derecho internacional humanitario.

Tras ello, el Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha realizado varias giras por Oriente Medio en el que ha reunido con líderes árabes con el objetivo de evitar una extensión del conflicto regional. También representantes de países como Alemania o Francia han visitado la zona.

En el caso de España y Bélgica, hicieron desde el paso de Ráfah, fronterizo con Egipto y por el único por el que a pasado ayuda humanitaria desde el inicio del conflicto, un llamamiento a Israel a respetar el derecho internacional humanitario en la Franja. Pese a ser una proclama reiterada por varios líderes en diversas ocasiones, acabó en la llamada a consultas de los embajadores israelíes en España y Bélgica, aunque en el caso de nuestro país ya ha regresado.

Respecto a Estados Unidos, tradicional aliado de Israel, ha avalado estos meses su derecho a defenderse y a acabar con Hamás, aunque ha ido matizando el discurso y apuntando también a la protección de los civiles palestinos. Su secretario de Estado, Antony Blinken, ha realizado también varios viajes por Oriente Medio y se ha reunido tanto con Netanyahu como los representantes de los países árabes, que como Jordania o el Líbano, apoyan la causa palestina.

No obstante, se le ha abierto otro frente: el Mar Rojo. Desde allí, los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán y que apoyan la causa palestina, han atacado a buques y bloqueando el comercio hacia Israel en uno de los pasos más importantes a nivel internacional. Estados Unidos ha creado una coalición militar de diez países en el mar Rojo para garantizar la seguridad, lo que ya producido choques entre ambos bandos en los que han muerto varios hutíes.

Además, las instalaciones hutíes en Yemen han sufrido dos ataques desde este viernes: uno de ellos coordinados por Estados Unidos y Reino Unido y el otro anunciado, por el momento, solo por la Administración de Joe Biden. Los rebeldes de Yemen ya han anunciado una "respuesta fuerte" contra estos ataques, lo que ha elevado la tensión la zona.

Otro punto que ha vivido la escalada de la guerra es la frontera norte de Israel con el Líbano, donde opera Hizbulá, una milicia chií favorable a la causa palestina, que ha lanzado ataques a territorio judío. Los choques entre el Ejército israelí e Hizbulá han sido frecuentes en estos meses y Netanyahu ha advertido al Líbano de que no paran los ataques podría llegar a arrastrar a su país a una nueva guerra. El último de ellos, ha sido este mismo domingo en el que ha muerto un civil en la comunidad israelí de Kfar Yuval por un misil antitanque lanzado por Hizbulá.

A la presión diplomática y militar, se une ahora la legal. La Corte Internacional de Justicia ha comenzado una vista contra Israel, después de que Sudáfrica le denunciara por "actos genocidas" en Gaza, algo que Tel Aviv rechaza.