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Conflictos armados

Los combates en Sudán agravan la crisis humanitaria: "Con tantos heridos, solo quedan suministros para tres semanas"

  • El conflicto ha dejado ya más de 500 civiles muertos y más de 4.000 heridos
  • Diversas ONG temen que esas cifras se multipliquen ante la falta de acceso a suministros básicos

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Una sala abarrotada de un hospital de El Fasher, en la región sudanesa de Darfur del Norte, donde numerosas personas han resultado heridas en los combates que se libran en la zona.
Una sala abarrotada de un hospital de El Fasher, en la región sudanesa de Darfur del Norte, donde numerosas personas han resultado heridas en los combates que se libran en la zona.

Varios alto el fuego fallidos están siendo la señal de que la situación en Sudán. Los suministros empiezan a agotarse y los pocos que quedan tienen los precios disparados. Ante esto, ni los civiles ni los trabajadores humanitarios ven la luz al final del túnel.

En más de dos semanas de conflicto, los combates ya han dejado más de 500 muertos y 4.000 heridos. Una cifra que "aumentará exponencialmente porque hay zonas a las que todavía no se ha podido acceder", cuenta a RTVE.es Mohammed Hassan, director ejecutivo de la ONG local Darfur Network.

Pero no solo la población ha salido damnificada de estos combates. Sudán, a pesar de no ser un país conocido por todas sus infraestructuras, las tenía. Aunque en muchos puntos del país han quedado reducidas a escombros. Hospitales, casas, colegios y aeropuertos han sido las víctimas materiales de este conflicto.

"En muchas zonas de Darfur los bombardeos y ataques aéreos han arrasado con todo", explica Hassan. Desde su ONG ayudaban a la población sudanesa a salir adelante. No era fácil, pero ahora lamenta que a muchos de ellos "los han dejado sin nada".

Y se han quedado sin nada, pero la ayuda que recibían del exterior también ha desaparecido: "Si eso no cambia pronto, la mayor parte de muertos no serán por el fuego cruzado, serán porque en sus casas ya no tenían ni agua ni comida".

Los niños, el colectivo más vulnerable

"Una situación catastrófica", define Ammar Ammar, jefe de comunicación y sensibilización de la oficina regional de UNICEF en Oriente Próximo y África del Norte en una entrevista con RTVE.es. Desde la ONG aseguran que la peor parte se la llevan los niños.

Pese a que hay gente que ha podido huir, todavía hay muchas familias con niños atrapadas en las zonas de combate. "Tienen poca agua y poca comida, se han quedado sin medicamentos, y no pueden salir para resguardarse en zonas seguras". Ammar explica lo desgarrador que es recibir un mensaje de familias en una situación así: "Quieres ayudar y no puedes por tu propia seguridad".

Quieres ayudar y no puedes por tu propia seguridad

Antes de que estallase el conflicto, Sudán tenía las tasas de desnutrición más altas del mundo. "Más de tres millones de niños padecían malnutrición y actualmente no pueden recibir tratamiento debido a la situación, porque los centros de tratamiento están en hospitales que han sido destruidos o están fuera de servicio", explica Ammar. Tres millones de niños cuyas vidas ahora corren "peligro inminente". Según UNICEF, esto explicará, en cierta medida, que en los próximos días se vea un aumento de fallecidos.

Jaled, un niño que estuvo encerrado durante tres días para resistir los combates en Sudán

La pandemia del hambre no es el único riesgo al que se enfrentan los niños. En Sudán existía una crisis educativa antes de los enfrentamientos actuales, y ahora se ha visto agravada. Una situación que solo convierte a los niños en el blanco perfecto. "Al no estar en el colegio, en un entorno protector, podrían ser explotados, y esta situación es muy peligrosa para el reclutamiento voluntario, donde podrían ser objeto de abusos y otras formas de maltrato", cuenta Ammar.

UNICEF es una de las muchas organizaciones que intenta seguir con sus operaciones para ayudar a todos esos niños en riesgo. Pero la situación lo impide en muchos casos. "Si las partes combatientes no ofrecen las garantías de seguridad necesarias, nadie podrá operar sobre el terreno en un entorno tan peligroso y prestar la asistencia que tanto necesitan la población y los niños", sentencia el jefe de comunicación.

La ayuda humanitaria no llega

Y en plenos combates, la ayuda es cada vez más necesaria. Los heridos son un goteo incesante y tienen que ser atendidos por un "sistema sanitario que lleva décadas al borde del colapso". La escalada del conflicto no ha hecho más que llevarlo "a un punto de ruptura", explica Abubakr Bashir, responsable de operaciones de MSF para Sudán.

Los hospitales están desbordados, "se quedan sin suministros, agua, electricidad y combustible para los generadores", el poco personal que hay trabaja sin parar, mientras que muchos profesionales no pueden llegar al hospital debido a los intensos combates. Pero, en su caso, al menos están operativos. En muchas regiones las instalaciones sanitarias han sido gravemente dañadas o directamente destruidas en los combates.

Muchas personas se están viendo privadas de atención médica cuando más la necesitan, pero "no hay soluciones fáciles en medio de combates tan intensos", sentencia Abubakr.

Crisis humanitaria en Sudán: sin comida ni agua y bajo fuego cruzado

En el estado de Darfur del Norte solo queda operativo un hospital. Un hospital que ni siquiera lo era, originalmente era una unidad de maternidad. Pero en una región con una población cercana a los 10 millones de personas, a pesar de no tener unas instalaciones preparadas, "han visto una afluencia de heridos que no han podido rechazar", cuenta Abubakr.

Allí trabaja Médicos Sin Fronteras, donde inicialmente solo había 36 camas, han conseguido "aumentarlas a 108". Un gran avance que sigue sin cubrir las necesidades de la población. "Hay tantos pacientes que están siendo atendidos en planta, en las salas y en los pasillos e, incluso, hay camas compartidas por dos personas", relata Abubakr.

Y, ante tanta afluencia, los suministros no hacen más que menguar: "Si seguimos recibiendo un número tan elevado de heridos, solo quedan suministros médicos suficientes para tres semanas más". Medicinas, reservas de sangre y demás artículos esenciales que, a pesar de las treguas, es prácticamente imposible reponer.

Al uso de suministros se suman los saqueos. MSF ha sufrido varios, uno de ellos en un hospital pediátrico en la región de Darfur. Allí solían derivar a los neonatos, pero desde el saqueo ya no hay a donde enviarlos: "Lo que dificultará mantener con vida a esos niños", sentencia Abubakr.

Una situación "sin precedentes"

Los combates que están consumiendo el país, "no tienen precedentes", según el responsable de operaciones de MSF. Allí, las necesidades humanitarias ya "estaban en el punto más alto de la última década" y empeora día a día.

Que continúen los combates no es esperanzador para el pueblo sudanés. Además de las víctimas, los pocos servicios básicos que siguen funcionando "podrían ser el blanco de los nuevos ataques o colapsar", incide Ammar.

Algo que solo perjudica a los sudaneses, que ya no ven una salida fácil. Necesitan garantías de seguridad, para tratar de recomponerse por sí mismos o para que trabajadores humanitarios les ayuden. Pero tras más de dos semanas de conflicto, esas garantías parecen estar cada vez más lejos.