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Reagrupar a la izquierda, crear un "proyecto de país" y la campaña del 28M: los retos de Díaz como candidata

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Yolanda Díaz durante la presentación de su candidatura a las generales con Sumar
Yolanda Díaz durante la presentación de su candidatura a las generales con Sumar

Yolanda Díaz ya ha dado el paso y a partir de ahora ya no solo será vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, sino que también deberá actuar como candidata a la Presidencia del Gobierno.

No son pocos los retos que afronta desde su nuevo papel en un año ardiente en lo político y con varios frentes de los que ocuparse y que resolver.

Gestionar la relación con Podemos para que se sume a su plataforma electoral; reunificar el siempre complicado espacio ideológico de la izquierda, con mucha disgregación de partidos y coaliciones; aunar a un grupo parlamentario, el de Unidas Podemos, dividido entre los que ya se han posicionado con Díaz y los que siguen fieles a las tesis de Podemos; y hacer campaña del 28M con muchos partidos a los que apoyar son solo algunos de sus próximos retos.

Todo ello, mientras arranca su propia campaña personal como candidata para llegar a La Moncloa conformando un "proyecto de país" y siendo la vicepresidenta segunda de quien será su rival en las urnas, Pedro Sánchez.

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Las claves de algunos de sus retos este 2023:

La difícil relación con Podemos

Ahora mismo las relaciones están más que congeladas entre Podemos y Sumar o lo que es lo mismo, entre Podemos y la propia Díaz.

El pulso que han echado estos últimos días ya es historia porque ya se ha pasado a la siguiente pantalla, una vez hecha la presentación de Díaz. Podemos quería y quiere un acuerdo bilateral con Sumar para la organización de las primarias y Díaz no ha cedido a esa petición e insiste en que el pacto será multilateral con todas las fuerzas.

La consecuencia de este primer desencuentro ya manifiesto y público entre ellos ha supuesto que Díaz dé el paso de proclamarse candidata sin el apoyo de la fuerza más mayoritaria a la izquierda del PSOE.

Este mismo lunes la ya precandidata ha dicho en una entrevista en TVE que "Podemos debe explicar por qué ha decidido quedar fuera de Sumar" y ha vuelto a insistir en que "el proyecto ya está en marcha y no va de partidos".

Y el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, ha insistido en RNE en la necesidad de firmar un pacto a dos "cuanto antes" para poder caminar juntos.

Díaz no se amilana y en su discurso del domingo, aunque no citó a Podemos, le lanzó claros recados: no va a aceptar "tutelas" de nadie, se siente "libre" y llama a que "todos" se entiendan. Podemos niega ejercer tutela alguna hacia la ministra.

Queda mucho tiempo para las elecciones generales y aún hay margen para que Podemos se sume a este proyecto, en el que temen que su marca 'morada' quede diluida entre la más de decena de formaciones que aglutina Sumar.

Reagrupar a la izquierda en medio de una campaña

Las elecciones municipales y autonómicas lo marcarán todo y de ellas dependerá y mucho el devenir de este espacio a la izquierda del PSOE.

Díaz tiene el difícil reto de concentrar y dar de la mano a más de una decena de partidos- IU, En Comú, Más País, Compromís, Equo Alianza Verde, Chunta Aragonesista, proyecto Drago, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Batzarre, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta- que tienen su propia agenda electoral en estos primeros comicios. Comparten las principales tesis y ven a Díaz como el referente de la izquierda en el ámbito nacional pero chocan -algunos- en intereses electorales más locales.

Todos querrán el apoyo de Díaz en una campaña que se augura cruenta y la candidata a La Moncloa deberá mantener unos equilibrios más que difíciles. Si Podemos finalmente entra en Sumar tendrá decisiones muy complejas que asumir: ¿en la Comunidad de Madrid hace campaña por Mónica García (Más Madrid) o por Alejandra Jacinto (Podemos)? Esta situación, extendida en otras comunidades y municipios, se puede convertir en un quebradero de cabeza para la ministra de Trabajo.

Preguntada por ello, este lunes ha dicho que ya avisó de que Sumar no "estaba preparado" para ir a las municipales y autonómicas, así que "ayudará" a todos los partidos que pueda en estos comicios.

Tanto la propia Díaz como su equipo han adelantado ya que no tienen previsto volcarse en esta campaña, pero su intención es echar una mano y ya han deslizado su disposición a arropar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Tratará de volcarse en plazas donde los partidos de izquierda no compitan entre sí.

Llevar la paz al grupo parlamentario en el Congreso

Pero el escenario de división en la izquierda no solo anda en los ruedos electorales, el Congreso de los Diputados también se puede convertir en un punto de fricción, ya que el grupo parlamentario de Unidas Podemos sale tocado de la tensión en aumento de las últimas semanas.

De los 33 diputados del grupo, los cuatro de IU, los siete de En Comú Podem, los dos de Galicia en Comú y uno de Alianza Verde han mostrado su claro apoyo al proyecto de Díaz, su estrategia y sus tiempos, y sus principales representantes han asistido al acto de su presentación como candidata.

El resto, 18 diputados, forman parte de la cuota de Podemos, aunque algunos ya han mostrado su apoyo expreso a la política gallega: la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, con discrepancias públicas con su partido desde hace tiempo; y el secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, que también acudió este domingo al acto.

El núcleo duro de los 'morados'- la propia Belarra, Irene Montero, Pablo Echenique, Rafael Mayoral, Lucía Muñoz e Isabel Franco, entre otros- se mantiene firme a la tesis de que Sumar debe dar un espacio prioritario a Podemos y firmar con ellos un acuerdo a dos, para luego, eso sí, mirar a las otras fuerzas de la izquierda.

Hacer campaña contra Sánchez haciendo tándem con Sánchez

La convivencia en el Gobierno de coalición se puede hacer cuesta arriba también en un año 2023 con elecciones en mayo y en diciembre.

Con el espacio de Unidas Podemos dividido, el bipartito puede convertirse en un tripartito en una situación complicada de gestionar por Moncloa. El propio PSOE llama a la unión a su izquierda para evitar una sangría de votos de la que solo saldría beneficiada, dicen, la derecha y alejaría la posibilidad de reeditar el Gobierno de coalición.

Además, Sánchez y Díaz ya no solo son presidente del Gobierno y su vicepresidenta segunda, ahora ya sí son rivales y ambos compiten por, mantenerse en La Moncloa el primero, y por llegar a ella la segunda. Según vayan pasando los meses los candidatos, todos, querrán marcar perfil propio y diferenciarse del contrario.

Los dos han demostrado sintonía y han defendido en las últimas semanas con fuerza el Gobierno de coalición e insisten en que queda "gobierno de coalición para rato". De momento ambos lo defienden hasta diciembre, cuando Sánchez y Díaz pasarán a competir en mítines y en debates en una situación que será bien distinta. Luego tendrán que combinar los 'golpes' para arañar cada uno su voto- y Díaz quiere pelear por el voto menos radical de la izquierda- con la mano tendida para repetir pacto de gobierno.

Sánchez quiere que le vaya bien "al espacio de Yolanda Díaz", pero lo justo para que no le quite la hegemonía de la izquierda, y Díaz quiere soñar con lo que Podemos tuvo en la punta de los dedos en 2016, pero no logró: el 'sorpasso'.

Crear un "proyecto de país"

Díaz lleva meses fraguando lo que ella denomina "proyecto de país" o lo que es lo mismo el programa electoral con el que concurrirá a las elecciones generales.

Quiere que ese proyecto sea el resultado de su trabajo con un millar de personas de la sociedad civil y organizaciones que trabajan en diferentes áreas. Ya este domingo, en su discurso de presentación de candidata, esbozó ese proyecto que quiere para España, que será un "contrato democrático" con la ciudadanía no para cuatro años de legislatura sino "para la próxima década".

"Vamos a dar respuestas a nuestro país que tiene sed de cambio", dijo con propuestas ya muy concretas como su compromiso de impulsar una reforma empresarial, llevar la salud bucodental a lo público o proteger la "joya de la corona", que es la Atención Primaria.

También reformas para "democratizar" el mercado de la energía, plantear que haya un alquiler máximo, reducir y flexibilizar la jornada laboral o impulsar una "auténtica revolución" en el sistema de cuidados, entre otras iniciativas.