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Guerra en Ucrania

Del rearme a la mejora del relato ruso: los motivos de Putin tras una tregua inútil para alcanzar la paz en Ucrania

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Escombros fruto de los bombardeos frente a una iglesia ortodoxa en Bogorodychne, Ucrania.
Escombros fruto de los bombardeos frente a una iglesia ortodoxa en Bogorodychne, Ucrania. Imagen de archivo.

El primer intento de tregua de la guerra de Ucrania - declarada de forma unilateral por Rusia por la Pascua ortodoxa- ha finalizado a media noche del sábado entre acusaciones mutuas de ataques en el frente de batalla. El fracaso de la propuesta, rechazada desde el comienzo por Kiev, ha hecho saltar las dudas sobre su trasfondo y qué efectos podría tener en el desarrollo del conflicto que, casi un año después de su inicio, parece estar aún muy alejado de un acuerdo de paz.

"La tregua no busca un ambiente propicio para entablar una negociación, sino que está enfocada a obtener un rédito propagandístico y mejorar el relato ruso en el conflicto. Es decir, pretende mostrar la aparente buena predisposición de este bando ante la negativa ucraniana que, según Moscú, pondría todo tipo de excusas para no finalizarlo", ha asegurado a RTVE.es el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Torres.

Otro de los motivos de este alto el fuego, que ha tenido una duración de 36 horas, podría ser la propia reorganización militar de las tropas rusas, después de que un bombardeo ucraniano en un cuartel de Makíivka, Donetsk, dejara 89 soldados muertos, según Moscú, y al menos 400, según Kiev. "La campaña militar rusa continuamente está reestructurando los planes y tratando de cohesionar las líneas de ataque. Podría ser que esta tregua atendiera a ganar tiempo para mejorar las condiciones de sus soldados y reorganizar las tropas", ha indicado, por su parte, el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Educación a Distancia (UNED), Isidro Sepúlveda.

En esta línea, también se ha expresado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que ha desconfiado de la supuesta petición del patriarca de la Iglesia rusa, Kiril, para la paralización de hostilidades en Navidad ortodoxa, y ha descrito la orden de Putin como "una tapadera" para armar a las tropas en el frente. Donetsk ha sido, precisamente, uno de los puntos que ha sufrido los ataques durante la pretendida tregua, donde continúan las batallas por el control de Bajmut, clave en el control de la región.

Reforzar la imagen de Putin ante el aumento de la disidencia

En el espacio de información ruso, las respuestas a la tregua han sido diversas, según el Instituto del Estudio para la Guerra (ISW), instalado en Washington, Estados Unidos. Mientras que funcionarios rusos y bloggers, habrían criticado la propuesta de Putin por brindar a Ucrania "la oportunidad de mejorar sus posiciones en áreas críticas del frente", otras voces religiosas rusas han encumbrado "los valores religiosos" del mandatario mostrados en esta pausa.

Este cambio de relato, consideran los analistas consultados por RTVE.es, podría estar ligado a un intento por reforzar la imagen de Putin en la pugna dialéctica de la guerra, una victoria atribuida hasta ahora al presidente ucraniano. "Zelenski ha hecho una política de comunicación que ha ganado el apoyo de Occidente y que ha pasado de hablar de paz a hablar de victoria de manera exclusiva. Por parte de Rusia realmente no ha habido un relato en que haya conseguido tomar la iniciativa a lo largo de toda la guerra, por lo que la tregua es un intento más por parte del Kremlin de liderar esa parte", indica la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Ruth Ferrero.

Rusia ha cambiado, de hecho, varias veces su discurso, asegurando al comienzo que se trataba de "una operación militar" rápida para "desnazificar" Ucrania, después centrando la lucha en el Donbás y en la anexión de territorios y ahora orientándose a la lucha contra "la decadencia occidental", según enumera el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia, Frédéric Mertens de Wilmars. "Siguiendo esta narrativa, el enemigo iría más allá de Ucrania y la lucha se centraría en defender Rusia y sus valores", continúa.

Muestra de la unión política y religiosa y acercamiento a los ortodoxos

La ampliación del conflicto no ha hecho más que aumentar las voces críticas de sus propios ciudadanos, que se ha hecho patente en los últimos meses a través de manifestaciones, arriesgados mensajes de ‘No a la guerra’ en una prensa censurada e incluso abandonos del país ante el temor de ser movilizados por el ejército. "Que se hayan tenido que dictar leyes en contra de las críticas a los militares y al nombramiento de la guerra evidencia hasta qué punto las críticas eran importantes y estaban extendidas en el interior", señala Sepúlveda.

La disidencia también está presente en la política rusa y en el ejército. En septiembre, al menos 84 diputados municipales rusos de todo el país firmaron una petición pública para pedir su dimisión por "alta traición" al iniciar la guerra en Ucrania y considerar que afectaba a los ciudadanos rusos. "El presidente ruso prometió a sus ciudadanos que esto iba a ser una campaña en el que Rusia se iba a imponer con gran facilidad e iba a engrandecer la gloria del país. Esto no solamente no ha sido así, sino que cada día la victoria se ve más lejos", añade Sepúlveda.

Además del relato propagandístico y las maniobras de la guerra, un tercer aspecto de esta tregua podría ser la de simbolizar la unión entre el poder político y religioso en Rusia, después del cisma en 2018 de la Iglesia ortodoxa. "Es su intento de mostrar que la guerra no es una verdadera invasión, sino que también es un conflicto en la que confluyen dos sensibilidades potentes en el terreno dentro de Ucrania", dice en esta línea Ferrero. "Con esta tregua, Rusia intentaría acercarse o recuperar la simpatía de los ortodoxos ucranianos y representar esa vuelta a los valores frente al avance de otros valores occidentales", agrega Mertens de Wilmars.

Un avance incierto con la vista puesta en los aliados

Los avances para un posible fin del conflicto, que entra en su undécimo mes de guerra, han sido prácticamente inexistentes debido a las líneas rojas establecidas por ambos bandos. Mientras Moscú reclama que reconozca la anexión rusa de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón - recuperada recientemente por Ucrania - , Kiev pide la retirada total de las tropas del país. "Estamos muy lejos de una vía de diálogo y para conseguirlo se necesitaría un desbloqueo de esa guerra de posición, que apenas avanza", cuenta Mertens de Wilmars, que ve en los aliados externos, tanto de Occidente como de una posible intervención de China, la llave del desbloqueo.

En este sentido, el mismo día de la Pascua ortodoxa, Estados Unidos anunciaba un paquete de ayuda militar para Ucrania por valor de 3.000 millones de dólares, uno de los mayores destinados al país hasta la fecha, mientras que la UE ha reiterado su ayuda al bando ucraniano durante este año.

Para Torres, ambos han entendido que "la mejor manera de acabar con la guerra es apoyar de manera mucho más intensa al bando ucraniano, contemplando ya como una realidad la posibilidad de que Rusia salga derrotada de manera inequívoca del conflicto", asegura. A esto, sin embargo, Ferrero incluye un matiz: "En el caso de EE.UU. tendremos que ver exactamente como funcionan los pactos a los que ha llegado el nuevo presidente de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, con su ala más radical, que pedía endurecer las normas del techo de gasto y podría tener algún impacto en la aprobación de paquetes destinados a la guerra de Ucrania".

Sepúlveda, por su parte, considera que no está todo dicho en el bando ruso. "La historia nos da una serie de lecciones y ningún autócrata sobrevive a una derrota. En consecuencia, Putin considera que no puede permitirse perder esta guerra, lo que nos conduce a un escenario muy largo en el que ni los ucranianos terminarían de ganar, ni los rusos de perder. Es una guerra de desgaste que tendremos que seguir analizando", concluye.