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Análisis | Elecciones en Israel

El regreso de Netanyahu al poder no asegura la estabilidad pero escora al país hacia la extrema derecha

  • Netanyahu demuestra ser el dirigente israelí actual más popular, a pesar de los procesos por corrupción
  • Su alianza con la ultraderecha anti-árabe puede provocar más violencia contra los palestinos

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El ex primer ministro israelí y líder del Likud, Benjamín Netanyahu, con su esposa Sara, celebra el reultado de las elecciones en Israel. Foto: Menahem KAHANA / AFP
El ex primer ministro israelí y líder del Likud, Benjamín Netanyahu, con su esposa Sara, celebra el reultado de las elecciones en Israel.

El ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, podrá volver al cargo después de 18 meses de ausencia tras ganar las elecciones en Israel, las quintas en menos de cuatro años. Para ello deberá contar con el apoyo de la extrema derecha anti-árabe, que ha conseguido sus mejores resultados.

Tras ocupar durante 12 años el puesto de primer ministro, el mandato más largo en la historia del país, el largo "reinado" de 'Bibi' pareció terminar en junio de 2021 entre procesos por corrupción que le dejaron sin aliados, provocando la inestabilidad de sucesivos gobiernos. Sin embargo, Netanyahu ha demostrado contar aún con la simpatía de un amplio sector de la sociedad israelí, que además está cada vez más escorada hacia la derecha radical.

Netanyahu sigue siendo el líder más popular de la política israelí

"Netanyahu, pese a las polémicas, sigue siendo el líder más carismático de la escena política en Israel, lo reconocen incluso sus adversarios", ha explicado en el Canal 24 Horas Javier Gutiérrez, excorresponsal de TVE en Oriente Medio.

Sigue siendo el líder más carismático de la escena política en Israel, lo reconocen incluso sus adversarios

Gutiérrez recuerda que el líder del Likud tiene abiertos procesos judiciales por fraude, cohecho y abuso de confianza, pero esto no le ha restado popularidad. "Podría terminar en la cárcel, pero son procesos a largo plazo, todos dan por hecho que incluso se puede retirar de la vida política y que las causas sigan abiertas", explica.

Javier Gutiérrez: "Netanyahu es el líder más carismático de la política en Israel" - Ver ahora

"Netanyahu encarna al israelí nacido en Israel, la mayoría de primeros ministros anteriores había nacido fuera", explica por su parte Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, en declaraciones a RTVE.es. El carácter y las declaraciones de 'Bibi' le han ayudado a crearse un "carisma populista", añade el profesor.

No obstante, el regreso de Netanyahu no garantiza la estabilidad política. Barreñada recuerda que el sistema electoral israelí es proporcional puro, lo que provoca que en la Knéset (Parlamento) haya siempre una pluralidad de partidos. "Ni siquiera los dos grandes partidos en la historia de Israel, el Likud y el Laborista, han tenido mayorías, siempre hubo coaliciones", subraya.

Esto provoca asociaciones "contra natura", en las que partidos de muy distinta ideología entran en la coalición por razones aritméticas y abandonarla en cualquier momento si sus demandas no se atienden.

Carmen López, profesora de Ciencias Políticas en la Complutense, recuerda que en 2014 se subió el umbral de proporción de voto necesario para entrar en la Knéset, del 2 al 3,25 %, supuestamente para mejorar la gobernabilidad. Ese aumento ha perjudicado ahora al bloque contrario a Netanyahu, porque va a dejar fuera, previsiblemente, a partidos como Meretz (izquierda) o Balad (árabe). "Hubieran tenido un escaño o dos, son pocos, pero en este momento son voces que se quedan fuera", destaca López en conversación con RTVE.es

La coalición que llevará de nuevo Netanyahu al poder parece más homogénea: al derechista Likud se unirán el ultraderechista religioso Sionismo Religioso y los partidos ultraortodoxos Shas (sefardí) y Judaísmo de la Torá (askenazí). El bloque supera en escaños la mayoría absoluta (61 escaños).

"Es una coalición muy representativa del giro conservador nacionalista del país en los últimos 15 años - dice Barreñada - Uno podría pensar que ese polo conservador es más estable, pero depende de lo que pidan los socios, puede romperse. Aún es pronto para decirlo".

La vuelta de Netanyahu al poder, en manos de la ultraderecha

Un gobierno con la derecha radical anti-árabe

"Este sería el Gobierno más derechista de la historia de Israel", asegura, en declaraciones a EFE, el analista político Jonathan Rynhold, en referencia a la participación del Partido del Sionismo Religioso, que con sus 14 escaños será clave en la formación del Ejecutivo y aspira a dirigir ministerios importantes, como Defensa o Seguridad Nacional (del que depende la Policía).

Javier Gutiérrez explica que su líder, Itamar Ben-Gvir, era, hasta hace poco, "un marginal". "Ha sido condenado en ocho ocasiones por vandalismo, disturbios, incitación al racismo y apoyo a organización terrorista. Aun así, pese a ser un incitador nato, racista, homófobo reconocido, y que en su momento dijo que quería la muerte de todos los árabes, ha sabido aglutinar el voto de descontento de la parte más derechista de la sociedad israelí, y su coalición ha protagonizado la campaña electoral".

Después del colapso del proceso de Oslo, hay un giro hacia posiciones más nacionalistas, conservadoras e intransigentes

"Me parece grave el crecimiento de ese nacionalismo étnico, segregacionista, y no solo pasa en Israel", comenta la profesora Carmen López, quien advierte que la religión funciona en este caso "como instrumento, como un vehículo cultural".

Según Isaías Barreñada, el giro derechista viene de lejos. "Después del colapso del proceso de Oslo, hay un giro hacia posiciones más nacionalistas, conservadoras e intransigentes, alineadas con el excepcionalismo israelí, un repliegue sobre sí mismos". Esta mayoría social se centra en la "defensa de los privilegios de los ocupantes" sobre los ocupados, los palestinos, añade el profesor de la UCM.

La izquierda israelí, en cambio, está desaparecida. La izquierda sionista tradicional, representada por el Partido Laborista, ha sufrido derrota tras derrota, hasta cosechar en estas elecciones su peor resultado histórico (cuatro escaños). El partido Meretz, más a la izquierda y pacifista, ni siquiera ha superado la barrera para obtener escaños.

"Muchos de sus partidarios no votan, están desencantados, han emigrado o tienen sus horizontes fuera de Israel - explica Barreñada - Hay un desapego, una desafección, están descentrados".

La izquierda tampoco ha sabido o querido integrar a los árabes-israelíes y acabar con la discriminación. La minoría árabe-israelí, que representa el 20 % de la población y que en el pasado apoyó al Partido Laborista, ahora vota a sus propios partidos o se abstiene.

Aparte de los posicionamientos ideológicos, Jonathan Rynhold advierte del riesgo que la coalición representa para la propia democracia israelí. "Esa coalición aprobaría una ley para que Netanyahu obtenga inmunidad en el juicio por corrupción en su contra e intentaría aprobar otra que aumente el control del Gobierno sobre la selección de jueces", ha asegurado a Efe, lo que "implicaría una erosión de las normas democráticas de Israel".

Más conflicto con los palestinos e Irán, y desencuentro con Biden

"El futuro gobierno de Netanyahu se va a escorar más a la derecha, a posiciones más radicales. Las reacciones de los árabes y los palestinos de Cisjordania y Gaza son que el escenario del conflicto se va a radicalizar y va a empeorar", advierte Javier Gutiérrez.

En efecto, las primeras reacciones de las organizaciones palestinas tras conocerse los resultados preliminares indican preocupación.

"No hay duda de que una coalición así incrementará la actitud hostil hacia los palestinos, y hará que las medidas de la ocupación sean más extremas", ha declarado a Reuters desde Ramala (Cisjordania) Bassam Salhe, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Hamás, que gobierna en la franja de Gaza y ha mantenido varios enfrentamientos armados con Israel, predice que puede generarse más violencia. "Es claro que los israelíes se inclinan hacia más extremismo, lo que significa que se incrementará la agresión contra nuestro pueblo", ha advertido Hazem Qassem, portavoz de la organización.

Para Isaías Barreñada, entramos en una "fase compleja", no solo en el conflicto palestino-israelí y la ocupación de los territorios palestinos, sino en las relaciones con otros países árabes, como Siria, y con Irán. "Habrá presión interna a favor de la anexión de asentamientos, veremos si Netanyahu se deja. Dudo que reactive el diálogo con los palestinos", considera el profesor de la UCM.

Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin firman los Acuerdos de Abraham en la Casa Blanca, junto al presidente de EE.UU., Donald Trump.

Otro asunto serán las relaciones con EE.UU., principal aliado de Israel. Al contrario que Barack Obama, Donald Trump mostró siempre su sintonía con Netanyahu, aunque posteriormente le dedicó insultos por reconocer la victoria de Joe Biden. Con el republicano en la Casa Blanca, Israel obtuvo el reconocimiento oficial de Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos.

Muy diferente a la relación con el actual presidente estadounidense. "Biden llegó a la Casa Blanca pidiendo calma en el conflicto palestino-israelí y que las aguas se mantuvieran tranquilas", recuerda Javier Gutiérrez, quien cree que Biden "podría hacer alguna llamada o interferir de alguna manera en la política israelí".

En la noche de su victoria, Netanyahu quiso disipar los miedos que su coalición causa en el exterior y prometió crear un gobierno responsable que evitará "aventuras innecesarias" y "expandirá el círculo de la paz".