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Premios Nobel

El Nobel de la Paz premia al activismo civil en Rusia, Bielorrusia y Ucrania

  • El activista encarcelado Ales Bialiatski y las organizaciones Memorial y Center for Civil Liberties ganan el premio
  • Se trata de un galardón cargado de enorme simbolismo, en plena guerra de Ucrania

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El Nobel de la Paz premia al activismo civil en Rusia, Bielorrusia y Ucrania

El activista bielorruso Ales Bialiatski y las organizaciones rusa Memorial y ucraniana Center for Civil Liberties han sido reconocidos con el Premio Nobel de la Paz 2022 "por criticar al poder" y "denunciar crímenes contra la humanidad", ha anunciado este viernes el Comité Nobel noruego, con sede en Oslo.

El de este año es un premio cargado de un enorme simbolismo, en plena guerra de Ucrania que se desató a raíz de la invasión por parte de Rusia el pasado mes de febrero. “El Comité Noruego del Nobel desea honrar a tres destacados defensores de los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica en estos tres países vecinos: Bielorrusia, Rusia y Ucrania”, ha declarado la presidenta del organismo nórdico, Berit Reiss-Andersen.

Bialiatski, un Nobel encarcelado

Ales Bialiatski es un abogado bielorruso que comenzó su activismo en la década de los ochenta y fundó en 1996 la organización Viasna ("Primavera") como contrapeso a las tendencias "dictatoriales" del régimen de Alexander Lukashenko.

Bialiatski pasó tres años en prisión, entre 2011 y 2014, y fue detenido de nuevo tras las protestas postelectorales de 2020, en las que criticó duramente las detenciones masivas de los manifestantes antigubernamentales después de los comicios y su procesamiento penal. Aún permanece en prisión preventiva, por lo que es la cuarta persona reconocida con el Nobel mientras está presa, junto a la birmana Aung San Suu Kyi, el chino Liu Xiaobo y el alemán Carl von Ossietzky.

El activista y otros miembros de su ONG se enfrentan ahora a entre 7 y 12 años de cárcel por presunta "financiación de acciones que violan burdamente el orden público". Previamente, Bialiatski, junto con la Nobel de Literatura bielorrusa, Svetlana Alexievich, y otras destacadas personalidades del país, formó parte del consejo coordinador de la oposición bielorrusa, para impulsar la transición, que fue disuelto por las autoridades.

"Fue uno de los iniciadores del movimiento democrático que surgió en Bielorrusia a mediados de la década de 1980. Ha dedicado su vida a promover la democracia y el desarrollo pacífico en su país de origen", destaca el comité noruego en el comunicado que acompaña al anuncio del premio.

La presidenta del comité, Reiss-Andersen, ha enviado un mensaje al Gobierno bielorruso en relación a Ales Bialiatski, reclamando su liberación inmediata. "Urgimos a las autoridades bielorrusas a que suelten a Ales Bialiatski, esperemos que ocurra y que pueda venir a Oslo. Pero hay miles de presos políticos en Bielorrusia, y me temo que mi deseo no es realista", ha asegurado.

Memorial, en constante pulso con el Kremlin

Memorial es la principal ONG de derechos humanos en Rusia, y fue ilegalizada por el Tribunal Supremo ruso el pasado mes de diciembre. Es una asociación dedicada a la investigación histórica y a la defensa de los derechos civiles que opera en la Federación de Rusia y varios estados postsoviéticos.

Fue fundada en 1987, en pleno declive soviético, por activistas como Andrei Sajarov, que ya ha sido reconocido con el premio Nobel de la Paz. La organización siguió creciendo tras el colapso de la URSS y su constante pulso con el Kremlin llevó a que fuese declarada "agente extranjero" y obligada a cerrar a finales de 2021.

El Comité Nobel recalca que recopiló y verificó información sobre abusos y crímenes de guerra perpetrados contra la población por las fuerzas rusas y prorrusas. "En 2009, la jefa de la sucursal de Memorial en Chechenia, Natalia Estemirova, fue asesinada a causa de este trabajo", recuerda.

Memorial se basa en la idea de que confrontar los crímenes pasados es esencial para prevenir nuevos. La organización también ha estado al frente de los esfuerzos para combatir el militarismo y promover los derechos humanos y un gobierno basado en el Estado de derecho.

"Este premio nos da fuerza y autoridad moral para todos nosotros y para muchos de nuestros colegas, no solo en Memorial, ya que lo consideramos como un tributo a toda la comunidad rusa de derechos humanos. También nos renueva la fuerza y la inspiración para seguir trabajando, aunque me temo que el galardón no ayudará en términos de reducir la presión sobre nosotros ", ha asegurado a los periodistas Oleg Orlov, presidente de Memorial, después de conocer el fallo del Comité Nobel.

Center for Civil Liberties y los crímenes de guerra rusos

Finalmente, Center for Civil Liberties surgió en 2007 para promover la democracia y la defensa de los derechos humanos en Ucrania y, durante estos últimos meses ha trabajado para identificar y documentar los presuntos crímenes de guerra perpetrados por Rusia. Ya había abogado desde su fundación por la incorporación de Ucrania al Tribunal Penal Internacional (TPI), en aras de la rendición de cuentas.

"Ha tomado una posición para fortalecer la sociedad civil ucraniana y presionar a las autoridades para hacer de Ucrania una democracia de pleno derecho", constata el Comité Nobel, y añade que esta organización "se ha convertido en una fuente importante para documentar crímenes de guerra por parte de Rusia" y desempeña un "papel pionero" para "hacer rendir cuentas a los culpables".

Coincidencia con el cumpleaños de Putin

"Este premio no está dirigido al presidente (Vladimir) Putin, ni por su cumpleaños ni por otro motivo. Siempre damos el premio a alguien por algo, no contra nadie. Pero su gobierno y el de Bielorrusia representan a regímenes autoritarios que suprimen los derechos humanos", ha valorado Reiss-Andersen, al ser preguntada por la coincidencia con el aniversario del mandatario ruso.

El de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta ahora, después de los de Medicina, Física, Química y Literatura, y sucede al otorgado en 2021 a dos periodistas, la filipina María Ressa y el ruso Dmitry Muratov.