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Los impuestos, comunidad por comunidad: los datos de la batalla fiscal

  • La Comunidad de Madrid bonifica el 100 % algunos tributos cedidos como el de patrimonio, y ahora se suma Andalucía
  • También hay diferencias en los impuestos propios: Cataluña cuenta con 15, frente a Madrid que los ha eliminado todos

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Existen grandes diferencias entre comunidades autónomas en materia tributaria
Existen grandes diferencias entre comunidades autónomas en materia tributaria

Andalucía ha suprimido el impuesto de patrimonio y, a su vez, ha desatado una nueva batalla fiscal en España. Entre acusaciones de “dumping fiscal” (competencia desleal) y “demagogia” de los partidos, la política tributaria se ha convertido en un arma electoral recurrente. El signo político marca la pauta: mientras unas regiones apuestan por rebajas de impuestos con el fin de que el dinero “se quede en el bolsillo de los ciudadanos”, en otras los tributos son más elevados para “garantizar la calidad de los servicios públicos”.

Lo cierto es que las diferencias son notables en función de la comunidad autónoma de la que se hable. Hay brechas importantes en el impuesto de patrimonio o de sucesiones, que llegan a bonificarse hasta el 100 % en algunas regiones; pero también en el tramo autonómico del IRPF. Sin olvidar los tributos propios, donde Cataluña cuenta con hasta 15 gravámenes, mientras que Madrid los ha eliminado todos.

Pero, ¿cómo se gestionan los impuestos en España?

El sistema tributario español establece que determinadas competencias estén asumidas por el Estado y otras por las comunidades autónomas. Actualmente, hay establecido un régimen común -para la mayoría de comunidades-, en el que ambas se reparten la gestión de los impuestos, y otro foral -Navarra y el País Vasco-, que permite ordenar y gestionar todos los tributos procedentes de los contribuyentes.

En el régimen común, el Estado recauda el IRPF, el IVA y los Impuestos Especiales (bebidas alcohólicas o tabaco, entre otros) y posteriormente cede a cada región el 50 % del IRPF y del IVA recaudado en cada territorio y el 58 % de los Especiales.

Las comunidades también se encargan de gestionar los rendimientos de los impuestos de Patrimonio, Sucesiones, Donaciones, Transmisiones patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Son los gobiernos autonómicos quienes tienen en su mano el poder de subirlo, bajarlo o eliminarlo, por lo que existen grandes diferencias entre regiones: la recaudación se situó en 3.424 millones en Cataluña y 2.165 en Madrid, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda correspondientes a 2019. Le siguieron muy de cerca Andalucía con 2.099 millones y la Comunidad Valenciana, con 1.784.

A estos se suman los impuestos propios con los que cuenta cada comunidad, que son creados y gestionados por sus gobiernos. Cataluña es la región que más recauda, casi un 30 % del total estatal. No obstante, es una cifra pequeña si se compara con el global de los ingresos tributarios en España: estos gravámenes solo supusieron el 1,7 % de la recaudación total en 2020, según los datos del Consejo de Economistas de España.

IRPF: madrileños y canarios, los que menos pagan

Dentro de los impuestos que se reparten tanto el Gobierno como las comunidades, las mayores diferencias se dan en el IRPF. En este tributo, donde hay un tramo autonómico que se suma al estatal, las comunidades con tipos mínimos más bajos son Madrid, Canarias y La Rioja -un 9 %, que se queda en un 18,5 % agregado- mientras que el más alto se da en Cataluña -un 12 %, el 21,5 % agregado-.

Así, un madrileño con un sueldo de 16.000 euros destinará 841,05 euros a los compromisos fiscales, frente a las tres diputaciones vascas, que tienen la mayor presión fiscal en este tramo con 1.120 euros de cuota.

A partir de los 20.000 euros hasta los 110.000, País Vasco pasa a ser la región con menor IRPF, siendo Cataluña donde más se paga en los tramos de 20.000 y 30.000 euros. Por lo que respecta a los tipos máximos, Madrid tiene el más bajo -21 %, un 43,5 % agregado- y La Comunidad Valenciana el más alto -un 29,5 %, el 54 % agregado-. Precisamente, la Generalitat Valenciana ha anunciado para este 2022 una rebaja el IRPF para las rentas de menos de 60.000 euros y una subida un 10 % las deducciones. Castilla-La Mancha se une también a la medida y rebajará el IRPF a las rentas inferiores a 30.000 euros.

En la misma línea, gobiernos autonómicos como el de la Comunidad de Madrid, Andalucía, Murcia y Galicia han anunciado recientemente que deflactarán algunos tramos del IRPF con el fin de reducir el impacto de la inflación entre las familias. En general, se trataría de un porcentaje del 4,1 %, equivalente a la subida salarial media según la estadística de costes laborales del INE, correspondiente al segundo trimestre de 2022.

Esto significa que a aquellos contribuyentes a los que se les ha subido el sueldo por el aumento de precios, se les descontará este porcentaje y se quedarán así en el mismo tramo en la declaración de la renta (pagando los mismos impuestos que el año anterior). No obstante, y según los especialistas, para que sea efectiva la deflactación tiene que aplicarse en las dos partes del impuesto: la estatal y la autonómica. Pero, de momento, el Gobierno central descarta aplicarla porque perdería unos 5.000 millones de recaudación extra.

¿Qué es deflactar el IRPF?

Tributos cedidos: bonificados hasta el 100 %

  • Impuesto de Patrimonio

Es un tributo estatal que grava el patrimonio neto de las personas físicas. Fue suprimido en 2008 pero, con la crisis económica, en 2011, se decidió restablecer con carácter temporal. No fue así finalmente, ya que en 2021 se le otorgó carácter indefinido.

El impuesto existe en todas las comunidades, si bien algunas aplican bonificaciones que llegan hasta el 100 % en el caso de la Comunidad de Madrid y, a partir de ahora, también de Andalucía. Otras regiones como Galicia se han sumado a esta iniciativa y han anunciado una bonificación del 50 %, mientras que la mayoría aplican incentivos para discapacitados o patrimonios especialmente protegidos.

Debido a la bonificación total, Madrid es la región española donde menos se pagan impuestos por patrimonio. Un contribuyente con una fortuna de 800.000 euros pagará 1.164 euros si es aragonés, 770 euros si es catalán y 0 euros si es madrileño. Para altos patrimonios, Extremadura es la región donde más impuestos se pagan: si en lugar de 800.000 euros tiene cuatro millones de euros, la cuota asciende hasta los 59.920 euros. En Madrid, continúa siendo 0 euros, mientras que en Cataluña este contribuyente debería desembolsar 41.944 euros.

  • Impuesto de Sucesiones y Donaciones

Grava la transmisión de bienes y derechos de una persona a otra, ya sea por causa de fallecimiento o voluntad. Al igual que en el caso anterior, las comunidades tienen en su mano establecen reducciones o bonificaciones, lo que provoca que sea mucho más ventajoso heredar en unas comunidades que en otras.

Así, la comunidad con un tributo más alto en el impuesto de Sucesiones es Asturias. Cogiendo un ejemplo de un contribuyente soltero menor de 30 años que hereda bienes de su padre por valor de 800.000 euros, en Andalucía, Cantabria y Galicia no pagaría nada, mientras que en Asturias abonaría 103.135 euros.

En el caso de Donaciones, Extremadura lidera la clasificación. Si en lugar de una herencia, en el caso anterior el padre dona los 800.000 euros en efectivo a su hijo de 30 años, un extremeño pagará 200.122 euros en impuestos frente a los cero euros de Cantabria o los 2.000 de Madrid, Castilla y León y Murcia.

  • Impuestos de Transmisiones patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados

En la misma línea, si lo que se transmite es un inmueble no destinado a vivienda de 450.000 euros, el interesado pagaría 45.000 euros por Transmisiones Patrimoniales en Cantabria, Cataluña y la Comunidad Valenciana, mientras que prácticamente la mitad (27.000 euros) en Madrid y Navarra. En Actos Jurídicos Documentados (AJD), en Murcia se abonarían 9.000 euros, mientras que en Navarra y País Vasco, 2.250 euros.

Tributos propios: 15 en Cataluña y ninguno en Madrid

Aunque sin duda son los impuestos propios los que más contrastes generan entre territorios. Según la documentación de la Secretaría General de Financiación Autonómica y Local, en España existen 76 impuestos propios gestionados por las comunidades, si bien cuatro de ellos están sin efecto y uno tiene la aplicación suspendida.

Cataluña se sitúa en lo alto de la tabla, con hasta 15 tributos. Entre ellos, tasas turísticas e impuestos sobre las viviendas vacías, las bebidas azucaradas envasadas, los grandes establecimientos comerciales o sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica. Le sigue Andalucía, con seis, siendo el canon de mejora de infraestructuras hidráulicas uno con los que más recauda (139 millones de euros).

El mismo número de impuestos se registra en Galicia, que grava la contaminación atmosférica; en Asturias, con impuestos sobre el juego del bingo y sobre fincas o explotaciones agrarias infrautilizadas; y en Murcia, donde destaca el tributo a pagar por los vertidos a las aguas litorales. En el caso de Madrid, es la única región que no tiene tributos propios, pues los eliminó en 2021. Mientras, Castilla La Mancha y Cantabria tienen dos y tres impuestos propios cada una, respectivamente.

No obstante, los rendimientos por los tributos propios en algunos casos no se corresponden con la importancia de la recaudación por ingresos tributarios en el total nacional, tal como sostienen desde el Colegio de Economistas. Ese es, por ejemplo, el caso de Madrid que apenas obtiene ingresos por impuestos propios (en 2020 aún contaba con ellos), mientras que recauda el 19,9 % de la tributación total autonómica. Baleares es el caso contrario, pues la recaudación por tributos propios representa el 5,6 % del total nacional y la recaudación por ingresos tributarios solamente supone el 3,7 %.