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Una huelga de 45.000 trabajadores paraliza la red ferroviaria del Reino Unido

  • Los operarios del ferrocarril protestan por la subida de precios, piden un aumento de salario y el cese de los recortes
  • Los sindicatos han convocado el sábado otra jornada de huelga y el viernes pararán los trabajadores del Metro de Londres

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Un hombre camina en un andén completamente vacío.
Se estima que solo el 20 % de los servicios estén operativos en esta jornada de paro.

Con la inflación disparada en el Reino Unido por encima del 10%, 45.000 trabajadores ferroviarios del Reino Unido han convocado este jueves una huelga que ha paralizado la red ferroviaria del país. En sus protestas piden mejoras en los salarios y las condiciones laborales ante el aumento del coste de la vida.

Solo el 20% de los trenes habituales estaban programados durante la jornada, todos ellos entre las 7:30 y las 18.30 horas, y en algunas líneas se ha parado la circulación por completo en la sexta huelga del sector desde el pasado mes de junio.

Ciudades con importante actividad portuaria como Swansea (Gales) y Portsmouth (Inglaterra) han quedado incomunicadas por tren a raíz del paro, que volverá a repetirse este sábado.

Además de empleados de 14 compañías ferroviarias, participan en los paros miles de trabajadores del operador Network Rail, responsable de las vías y la señalización.

El secretario general del sindicato del transporte RMT, Mick Lynch, ha asegurado que el sector está dispuesto a mantener de manera "indefinida" la disputa. Por el contrario, un portavoz del Ministerio de Transporte ha lamentado que "los líderes sindicales han optado de nuevo por infligir miseria y problemas a la vida diaria de millones de personas".

Descontento también del servicio portal del Estado y las telecomunicaciones

Las huelgas de este verano han situado a los británicos en una situación similar al "invierno del descontento" de hace 30 años, cuando el país se paralizó por las protestas contra los límites a las subidas salariales impuestos por el primer ministro laborista James Callaghan.

El Gobierno fijó entonces un límite del 5% de incremento, cuando la inflación superaba el 7% a finales de 1978, lo que hizo estallar el malestar general. A medida que avanzaban los años, los precios llegaron a dispararse cerca de un 18% en 1980 y no volvieron a caer por debajo del 10% hasta 1982.

Este verano, numerosos sectores han vuelto a expresar su descontento con la actual situación económica. Además del transporte, los trabajadores de las antiguas empresas estatales de correos (Royal Mail) y telecomunicaciones (BT) han programado huelgas, mientras que los sindicatos que representan a profesores, enfermeros y policías, entre otros, han avanzado que estudian convocar acciones tras recibir aumentos de entre el 4% y el 5%.

El exlíder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, segundo a la izquierda, el diputado por Coventry South Zarah Sultana y el secretario general del Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte (RMT) Mick Lynch, se paran en la línea de piquete frente

El exlíder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, la diputada Zarah Sultana y el secretario general del Sindicato Ferroviario, Marítimo y de Transporte (RMT) Mick Lynch, con un piquete informativo en la estación de Euton. AP / STEFAN ROUSSEAU

Habrá "acciones generalizadas", pero no necesariamente una huelga general

A pesar de los numerosos paros de las décadas de 1970 y 1980, el Reino Unido no ha vivido una huelga general desde 1926, y solo la federación nacional de sindicatos TUC tiene poder para convocarla.

"Hay una oleada de reacción entre la clase trabajadora ante el modo como están siendo tratados. La gente se está haciendo más pobre cada día que pasa"

Durante un piquete en la estación londinense de Euston, el secretario general de esa organización, que agrupa a cerca de medio centenar de sindicatos y tiene más de 5 millones de afiliados, ha sido preguntado este jueves por la posibilidad de dar ese paso histórico. "Creo que habrá acciones generalizadas y sincronizadas", ha afirmado, admitiendo que las medidas no necesariamente adoptarán la "forma tradicional" de una huelga general.

"Hay una oleada de reacción entre la clase trabajadora ante el modo como están siendo tratados. La gente se está haciendo más pobre cada día que pasa. No pueden pagar las facturas. Están siendo tratados de forma miserable en sus trabajos", ha señalado.

El Gobierno busca desconvocar los piquetes

A pesar de que los trabajadores han acusado al Gobierno de presionar a las compañías ferroviarias para limitar las subidas salariales, el Ministerio de Transporte ha insistido este jueves en que el Ejecutivo "no está involucrado en las negociaciones", que considera "un asunto entre los sindicatos y las empresas".

"Es momento de desmontar los piquetes y volver a la mesa de negociaciones. El futuro de nuestro sector ferroviario depende de ello", ha indicado un portavoz del ministerio.

"Está claro que las huelgas ya no son la poderosa herramienta que un día fueron, y los líderes sindicales ya no son capaces de paralizar el país. Al contrario que ellos, el mundo ha cambiado y la gente simplemente trabaja desde casa", ha añadido.

Negociaciones "lentas y dolorosas"

El consejero delegado de Ferrocarriles Nacionales, Andrew Haines, ha declarado este jueves a la BBC que las negociaciones son "lentas" y "dolorosas" a fin de superar los problemas. En tanto, Luke Chester, portavoz del sindicato TSSA ha dicho que "la realidad es que necesitamos resolver esta disputa sobre un aumento de sueldo que refleje el incremento del coste de vida que está afectando a la mayoría de la gente en este país".

Según los sindicatos, el Gobierno exige a las compañías ferroviarias que no ofrezcan incrementos salariales de más del 2%, a pesar de que la inflación supera ya el 10%.

De acuerdo con las últimas cifras oficiales, el índice de precios al consumo (IPC) del país se situó en julio en el 10,1%, frente al 9,4% del mes anterior, por lo que se sitúa en el nivel más alto en más de 40 años. El incremento respondió principalmente al alza de la electricidad y el gas, así como el transporte, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas y del transporte, agregó la ONS.

El Banco de Inglaterra subió recientemente los tipos de interés del 1,25 al 1,75% a fin de controlar la inflación y avisó de que esta puede llegar al 13% antes de que termine el año, mientras que anticipó que el Reino Unido puede entrar en recesión en el último trimestre de 2022 y que esta crisis puede continuar en 2023.