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Sanfermines 2022

Terminan las fiestas de San Fermín más especiales con la vista puesta en las del año que viene

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Enrique Maya, alcalde de Pamplona: "El balance de Sanfermines 2022 es muy bueno"

Tras nueve días de fiestas, de encierros y de reencuentros, las esperadas fiestas de San Fermín han vuelto a brillar en las calles de Pamplona. Una celebración que marca el inicio del resto de fiestas en los diferentes pueblos, localidades y peñas de nuestro país. Todas ellas enmarcadas en la época estival, una de las más esperadas porque, además, son sinónimo de descanso y desconexión para muchos españoles.

Para el recuerdo queda el montaje del vallado, la celeridad de limpieza de las calles para facilitar la carrera a los mozos durante el encierro, el ritmo frenético de los hosteleros para que nadie se quedase sin su 'almuercico', los balcones privilegiados en Estafeta y la acción de los agentes de seguridad y sanitarios. Un complejo engranaje que este año ha vuelto a funcionar como antes de la pandemia. El 'Pobre de mí' entonado por los asistentes y envuelto en un mar de velas encargadas de iluminar los rostros de emoción, marcaba el fin de estos Sanfermines 2022.

"La valoración de los Sanfermines es muy positiva"

El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, asegura que la valoración de este San Fermín es muy positiva: "Tanto en hostelería, como en la Plaza de Toros de Pamplona y en los encierros, el balance muy bueno. Tras dos años de pandemia lo habíamos pasado muy mal. Los hosteleros lo han pasado muy mal, pero este año ha llevado a la gente a la calle y a más consumo. Con esto pueden tirar buena parte del año".

El alcalde vive en la calle Estafeta y con bajar la mirada ha podido disfrutar de las carreras: "Soy aficionado a ver los encierros, no a correrlos. Podría decir que he corrido toda la vida, pero hay que ser muy valiente para correr".

La retransmisión termina con casi 1.5 millones de espectadores y un 66.9 % de cuota. La de este año ha sido una emoción compartida entre todos los asistentes: "Como ciudadano y como alcalde es un lujo estar presentes permanentemente en los medios y en concreto en TVE. Sin la retransmisión, ¿qué serían los Sanfermines?", relata.

El pregón del chupinazo que inauguraba las fiestas corrió este año a cargo de Juan Carlos Unzué, exfutbolista que padece la enfermedad de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Dedicó su mensaje "a los sanitarios" y a "todos los enfermos con ELA". Junto a él en el balcón estuvo el alcalde: "Nos pareció un momento clave hacerlo durante el chupinazo. Unzué es un auténtico crack, a mí se me escapaban las lágrimas", concluye el alcalde.

Comienza la cuenta atrás para Sanfermines 2023

Los Sanfermines empezaron con el famoso chupinazo que daba el pistoletazo de salida a los posteriores encierros. El 'almuercido', la fiesta en la Plaza de Toros pamplonesa y los gigantes y cabezudos vendrían poco después. Unos días marcados por ocho encierros, el primero dejó a los asistentes con el corazón en un puño cuando se ocasionó la montonera de mozos en la entrada del ruedo, antes de pisar el albero, tras salir del callejón. Se saldó sin heridos graves. Una joven de 16 años perdía la falange de un dedo por el pellizco ocasionado por la pezuña de un morlaco.

En el resto de encierros se respiraba nervios entre los corredores los minutos previos a escuchar el cohete encargado de anunciar la salida de los astados de los corrales. Toros negros o tostados, nobles y bravos. Abrían los Núñez de Cuvillo para cerrar la ganadería sevillana Miura. Este 2022 ha estado marcado por la rapidez en las carreras, dos minutos catorce duró la más rápida protagonizada por los Jandilla, durante el sexto encierro, haciendo honor a su fama. Dejaban tres ingresados por asta en el hospital de Pamplona.

Pero si algo ha marcado estos Sanfermines 2022, han sido las ganas del reencuentro, del abrazo al amigo. Porque han sido dos años sin poder almorzar, correr o disfrutar del baile de la alpargata juntos. Ahora empieza la cuenta atrás para anudarse de nuevo el 'pañuelico' tras el chupinazo y ajustarse el fajín, en el lado izquierdo, por aquello de no parecer 'guiri'.